FILOSOFIESTA

HACIA LA FILOSOFÍA DESDE LA DIVERSIÓN Y HACIA LA DIVERSIÓN DESDE LA FILOSOFÍA

Para esta experiencia se requiere una noche estrellada, una atmósfera limpia de luminosidad y nubes, un lugar donde tumbarse tranquila y tiempo. Tiempo para imaginr por un momento que las estrelas no están arriba y tu abajo, sino al revés. Al fin de cuentas no hay por qué pensar que no es así. Nosotros sobre las estrellas y si queréis volar, ¡volad!

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Respuestas a esta discusión

Por lo visto soy yo la que va a empezar a hablar, bueno a contestar esta experiencia que por ahora nadie ha contestado, aunque yo esta experiencia no la he vivido quiero deciros que no dudaré en probarla, quiero saber lo que se siente el pensar que son las estrellas las que están abajo y yo soy la que está arriba. Estaría bien imaginarse que las estrellas son las que están abajo y tu eres el que está arriba, tu eres quien mira a esas estrellas tan sumamente bonitas en un noche tan romántica como se pintado. Si no planteáramos mirar las estrellas con la imaginación puesta en que las estrellas son las que están abajo y nosotros arriba, sería como si estuviésemos volando, que eso es el sueño de casi toda persona, el poder volar, el poder sentir el aire en la cara, pero pienso que lo que nosotros pensamos de que el cielo es el que está arriba y nosotros abajo, lo creemos de esta forma porque siempre desde pequeños nos han enseñado que las estrellas son las que están arriba y nosotros somos los que estamos abajo, observando las estrellas como lucen bajo una noche fuera de contaminación luminosa, porque es cierto, ya no se pueden ver tantísimas estrellas como se veían antiguamente, ahora con la contaminación luminosa que existe no podemos ver esas hermosas estrellas que lucen en el cielo y que nos hacen relajarnos y desconectar de la vida social, yo cuando miro la luna me quedo embobada mirándola porque me hechiza, cuando la miro es como si lanzara un hechizo sobre mí para que yo nunca deje de mirarla y así poder exhibirse ella en todo su esplendor pero ese hechizo que me lanza solo ocurre en verano, cuando estoy en la playa fuera de la contaminación lumínica, donde puedo estar tumbada en la playa escuchando el ruido de las olas y viendo a la luna , tan redondita que nunca podría dejar de mirarla. La verdad sea dicha nunca me había planteado mirar las cosas de esa manera, mirar al cielo y decir tu eres el que está abajo y soy yo la que está encima y aunque yo os admire estrellas por ser tan bonitas y brillantes en esas noches oscuras, quiero sentir que sois vosotras las que me admiráis a mí por ser yo la que se encuentra arriba.
Aun que sé que es un poco fantástico lo que estoy diciendo este verano voy a proponerme mirar a las estrellas como si fueran ellas las que se encuentran abajo, como si yo fuera la que se encuentra arriba y que son ellas las que observan como yo ceno con mi novio al lado de la orilla de la playa (porque este es el único lugar que se me ocurre donde se que nunca encontraré contaminación lumínica y podré ver las estrellas tranquilamente sin que nadie me moleste) cantando mis canciones, estando con la gente que yo quiero y viendo con la luna roja se refleja en el mar mientras va bajando para exponerse a las demás personas con su magnífica silueta circular. Me pongo a pensarlo y siento que es una sensación magnifica, llena de tranquilidad, donde una persona puede pensar en sus problemas, en sus disputas, en sus amigos, en su familia, para mí lo más bonitos mirando las estrellas y pensando que son ellas las que nos miran a nosotros (o sea que son ellas las que se encuentran abajo y yo arriba) para mí sería poder pasar esa noche al lado de la persona que más quiero en este mundo que ahora mismo es mi pareja, poder pasar toda la noche con esa persona los dos abrazados, sintiendo el calor del otro pero antes de eso una buena cena, para mí eso sería maravilloso y todo eso mientras pienso que las estrellas son las que me observan a mí en lugar de yo a ellas, sentir que son ellas las que me están mirando y están sintiendo envidia de lo feliz que yo me siento estando con la persona que quiero.

 

      Me encuentro en un campo abierto, alejada de la gran ciudad, sumida en mis pensamientos, imaginándome el murmullo de los coches, porque mis oídos se decantan por escuchar algo tan acorde a la noche, como un nocturno de Chopin, concretamente el número dos, es mi favorito de todos ellos. Me enamoré de esa canción desde que la escuché por primera vez, dando historia de la música el año pasado. Bendito romanticismo y su delicadeza artística que tanto me gusta.

 

     Precisamente esa música me traslada a un mundo en que las estrellas ocupan todo mi espacio visual, todo el cosmos se descubre ante mí, sin contaminación lumínica, sin esa capa morada típica del cielo nocturno urbano, sin esas molestas nubes que traen consigo la vitalidad del agua. Sólo la soledad, el piano romántico y yo.

 

     La sensación más absoluta y sublime que puedo alcanzar con esta experiencia: la paz. Me rodea, todo el cuerpo se relaja, cada molécula rebosa la más gloriosa tranquilidad y respiro. Mis pulmones absorben el oxígeno limpio y libre. Mi piel se impregna de la luz plateada de la luna y siento como brillo, como las estrellas invaden mi pensamiento, entonces aparece esa sensación de vacío en la que me encuentro, parece que voy a caer y me voy a perder en los astros.

 

    Atisbo el miedo a caer, a desaparecer del mundo que sujeta mis espaldas, a no volver a tocar esa hierba tan mullida que me rodea. A perder esa música del sentido del oído, tan embriagadora, que hace que me sienta como en una nube. El miedo a volverme frágil, a romperme en mil pedazos, a caer en el olvido, a no sentir esa ayuda maternal del planeta que habito. Mis lágrimas caen incesantes sobre mis mejillas sonrosadas al vacío estelar, me invade la agonía y la rabia y de mi garganta sale un sonido atronador rompiendo el absoluto silencio de la noche, un “no” resonante en todo el campo, liberando mi desconsuelo. Entonces, mis pensamientos son leídos por mi tierra, que tiembla tras mi cuerpo congelado, y aparece la sensación de adrenalina en todo mi ser, ella mi ayuda, me mima, me consuela y me da fuerzas; me dice: ‘Tú eres la vida que yo he creado, tú eres el ser más perfecto del universo, no temas, mi niña, yo estoy contigo. ’’ Sus palabras me llenan de seguridad, al saber que ella estará conmigo, que me sujetará siempre, hasta en el peor de los momentos. Y entonces es cuando yo comienzo a pensar en qué sería de mí si yo no la tengo a ella, qué pasaría si no me apoyase, si no la tuviese cerca, si no me quisiera de la manera en la que yo la quiero o simplemente, ¿y si no existiera? El sentimiento de la tristeza ahoga mi pensamiento por completo. Mis pupilas se inundan, noto el sabor salado de los sollozos rozando mis labios y mi cuerpo se estremece con un escalofrío que recorre cada partícula de mi existencia. Mi tierra siente mi tristeza y vuelvo a apreciar ese temblor que hace cuando quiere pronunciarse: “No tengas miedo de nada, porque yo siempre voy a estar aquí para cuidarte, eres lo más preciado que tengo y nada ni nadie podrá impedir que te proteja. Ten presente siempre, que cuando tengas algún altercado, o en los malos momentos no tengas a nadie físicamente, estaré yo protegiéndote de todo mal que te aceche. Nunca te voy a dejar sola. Te quiero, mi niña.”

 

          Sus palabras me reconfortaron plenamente, me relajé, me acurruqué entre la hierba, silencié la canción de cuna de Chopin y en su lugar apareció el canto de un grillo trasnochador. Irrumpió en mí un sueño absorbente en mi consciencia, quedando totalmente inconsciente, arropada por el calor de mi querida tierra y la seguridad que sólo ella me brinda.

 

     Desperté por la mañana, en mi cama, con la almohada encharcada, los brazos de mi madre abrazándome y sus ojos bañados en preocupación. Le abrazo, sin darle ningún motivo, lloramos juntas, y, a continuación, me pregunta con la cara anegada: ¿Qué soñaste? ¿Por qué te revolvías entre tus sábanas? Y yo le contesté: “Mamá, no preguntes, sólo te pido que seas mi tierra”. Mi madre me arropó con sus brazos y nos fundimos en un maravilloso y cálido abrazo.

Esta experiencia ya la había probado antes de empezar este curo, especialmente este verano, cuando las condiciones nos permite disfrutar de este fenómeno tan bello, que es muy bonito y va más allá de verlo, es decir, no es el simple hecho de ver las estrellas y ya estás, no es el verlas y ver en tu interior lo que esto te invita a reflexionar. Me gusta ver las estrellas mientras escucho música, me hace, para decirlo de alguna manera me transporta a otro mundo, fuera del molesto ruido de las ciudades y de su contaminación. Esta experiencia a mí me aporta básicamente un equilibrio y una estabilidad interior, que hace que me sienta bastante a gusto conmigo mismo, me hace visionar las cosas de diferente manera que si estuviese en otra parte, te permite como desconectar el cerebro, y olvidarte de tensiones, trabajo, problemas, aunque solo sea por un rato, pero te permite hacer como desaparecer del mundo y luego más tarde  poder regresar a él, es una experiencia que se debería probar siempre que se pueda, porque tiene algo especial que la diferencia de otras muchas experiencias. Además ver las estrellas es algo que me viene bastante bien, porque además de probar esa experiencia me facilita dormir, ya que normalmente me cuesta bastante dormirme debido a que soy muy malo para eso. Lo que me molesta es que muchas personas no reflexionen sobre lo que realmente significa ver las estrellas, hay gente que es muy paleta y que no sabe ni lo que son las estrellas y que no le da la importancia que esta experiencia debería tener, porque desde mi punto de vista demasiada poca gente hay que realiza esta experiencia, sientes como entre la música, y la paz y armonía hace que tu alma y tu mente se transporten, mientras que tu físico se queda en el mismo sitio sin moverse, esta es una experiencia que nos permite relajar el alma y la mente, yo suelo ver las estrellas cuando voy al pueblo después de una semana de exámenes, y me es muy útil porque hace que descanse tu parte adicional, como ya he mencionado en la experiencia anterior, te permite reposar el alma y la mente, pero también incluso en menor medida te hace relajar el cuerpo y descansas. Muchas veces  le  pregunto a mis familiares del pueblo que porque no ven un rato las estrellas en lugar de tanto hablar de cotilleos y todo eso, que hacer o probar esta experiencia de vez en cuando no perjudica y le hace ningún mal a nadie, pero como no se enfadan conmigo porque para ellos es la prioridad cotillear. Hay gente que debería aprovecharlo pero bueno, que se le va hacer. Es que me podría meter un mundo hablando de lo que te aporta esta experiencia: tranquilidad, paz, armonía, relajación, desconexión… entre otras muchas  cosas que se pueden decir. Más que explicar lo que es, es hacerlo, esto no es teórico, ni he sacado una teoría de esta experiencia, lo único que he sacado como conclusión es que esta experiencia te puede aportar bastantes más cosas de lo que uno se puede imaginar, más se podría decir que esto es práctico más que teórico, y que hay que probarlo para poder sacar lo que te ha parecido, a mi me ha parecido una  experiencia bastante buena, esta es de las mejores que he tenido y me gustaría seguir probándolo más de vez en cuando. Por último para acabar, me gustaría acabar con esta experiencia diciendo que es una experiencia que te aporta muchos valores que te pueden pasar a tu carácter y que te permiten encontrarte en un mundo en el que lamente y la alma desaparece por un momento del cuerpo y se transporta a otro mundo del que regresa, es muy difícil de explicar y lo mejor es probarlo para saber lo que realmente significa la realización de esta experiencia.

He elegido esta experiencia porque me parece realmente interesante… No le he hecho caso al profesor en lo referente a que para hacer esta experiencia se requería ver las estrellas. Porque esta experiencia no es la primera vez que me la planteo. Os pongo en situación: 12 de Agosto de 2012, estoy en mi casa pasando mucho calor cuando veo en la televisión que esa noche va a haber una lluvia de estrellas. Decido salir al jardín para ver este fenómeno atmosférico. Mientras espero a que llegue decido tumbarme en una tumbona y mirar las estrellas. Me quedo mirándolas fijamente y llega un momento en que me olvido de todo lo que hay a mi alrededor y me siento como si estuviera volando por encima de las estrellas. Me siento el rey del mundo , el rey del espacio. Las estrellas siguen a millones de kilómetros de mí pero esta vez no soy yo el que está abajo , si no que ahora era yo el que estaba arriba y el que observaba todo. La Tierra estaba arriba o simplemente no existía Tierra y estaba volando. Veía el universo abajo por lo que reflexionaba que si iba hacia abajo llegaría un momento en que el universo terminaría y me acabaría cayendo. Pensé que el mundo ya no existía que sólo vivía yo y que era el único superviviente en todo el espacio.. aibá era la única persona del mundo que podía volar en el espacio. Me sentía libre  y nada ni nadie me diría o me haría hacer cosas que yo no quisiera. Podía hacer lo que quisiera. No podía mirar para arriba porque estaba en el punto más alto del espacio… De repente cuando ya estaba en situación , mi hermano me llamó e hizo que me descentrara… La verdad es que me costó volver a conectarme , así que me relaje un poc , bebí un poco de agua y me dispuse a salir a seguir mirando las estrellas pero la única tumbona estaba ocupada por mi padre , que finalmente me la cedió. Ya volvía a ser el rey del espacio … era una experiencia relajante. Llegó un momento en que incluso parecía que estaba caminando por el espacio… Era increíble.. Era una sensación que nunca nadie iba a tener y yo la estaba viviendo , era genial… Cuando andaba por el espacio pensaba que el espacio ya no era infinito para mí , que un poco de tiempo llegaría al final del universo y vería cosas que nadie nunca había visto… De repente cuando por fin estaba ya ambientado. Vi como un relámpago debajo de mí , o sea , en el cielo. Era la lluvia de estrellas .Era la cosa más increíble que había visto en mi vida. Llegó un momento en que temí quemarme ya que estaba encima de esa lluvia de estrellas. Cuando terminó , el cielo se quedó negro , era como si todo se hubiera acabado , como si el espacio y yo hubiéramos muerto.. Volví a la realidad… Jamás me había pasado una experiencia tan emocionante y jamás pero jamás la olvidaré. Para finalizar mi reflexión , voy a decir que muchas veces nos creemos los reyes de todo , momentos en que nos creemos los únicos habitantes del planeta. Esta experiencia me ha ayudado a reflexionar sobre cómo serían experiencias que jamás podré vivir y como el poder de nuestra mente hace que parezcan reales , sólo con un poco de concentración. Ese es el increíble poder de la mente humana , crear cosas y experiencias inexistentes. Quiero pensar que la mente humana no tiene límites y que la mía hará que viva nuevas experiencias y que esta experiencia nunca se me olvide ya que si se me olvida , olvidaré uno de los momentos más increíbles y el momento donde más libre y seguro me he encontrado en mi vida.

 Hace ya algunos días que sali con amigos a pasear y dar una vuelta por el centro. Cuando estaba de camino al coche de mi padre pase por al lado de una fuente. Ésta estaba casi congelada por el frio que hacia en la calle, pero sin embargo, era lo suficientemente líquido para reflejar en las estrellas de aquella noche.
Lafuente entera parecía estar acumulando las estrellas en su interior como si no se quisieran escapar. El agua se reflejaba negra como en el cielo y compuesta por miles de puntitos brillantes dispersados.

Era increible poder contemplarlas desde abajo en lugar que mirarlas al cielo y por increible que parezca, allí reflejadas en el agua eran todavía más visibles y relucientes que si mirabas directamente al cielo. No pude quedarme mucho tiempo allí pero si recuerdo que en los primeros minutos deje el estanque tranquilo, y luego cuando metí la mano en el agua helada para agitarla, los puntitos brillantes de las estrellas no paraban de moverse, parecía que bailaban.Aquel simple gesto me recordó al mar y aquellas noches de verano en la que salía con los amigos a sentarnos en una roca al borde del agua y veíamos el mismo paisaje de estrellas en el agua entre tantas olas. Fue una sensación preciosa ni con mil palabras podría describirse la única manera de que comprendan lo que siento es coger a esa persona y plantarla de pie en frente de la fuente. Más tarde llege a casa mi padre me preguntó por que había tardado tanto en el camino y como siempre o casi siempre, me limite a decir: "Por nada" ¿Que excusa era quedarse mirando una fuente mientras él me esperaba en el coche? Seguramente me habría echado en cara las tonterías que hago y que le hacen perder el tiempo. Así que para evitarme esa charla prefería callarme.

Estas cosas son las que los padres en cierto modo no entienden. Si lo explicarás seguramente dirian: "Menuda chorrada, haz eso en otro momento y haber venido antes". O al menos eso pienso. No se habrían parado a pensar o a entendernos ¿Porque en otro momento y no ahora? ¿y como se yo que podría darse otra vez esa oportunidad para aprovecharla?

puede que quizás ellos, con el paso del tiempo acostumbrado a tantas experiencias que una más que menos no les importa.Pero somos nosotros quienes no han vivido esas experiencias y merecenla pena vivirlas, aunque por lo menos sea para recordarlas como en mi caso cada noche que puedo más bien las que tengo tiempo libre miro las estrellas por la ventana. Las miro tanto rato que me siento pequeña el cielo es inmenso y yo tan insignificante que apenas llegaría a ser una milésima de el. Y es verdad que si miras mucho tiempo al cielo a cada minuto sentirías que se hace más grande.

Este puede ser un buen método para relajarse cuando muchos problemas te agobian o cuando necesitas un rato de dedicación para ti la verdad esque cuando miras las estrellas los primeros segundos no te viene nada, solo te limitas a contemplarlas desde tu sitio, Más tarde te llegan preguntas como ¿Y si somos tan insignificantes, cómo esque podemos causar tanto mal? ¿no habrá alguna forma de seguir viviendo eternamente?.

A parte de la fe que cada persona tenga por supuesto y si a mi me llegan tantas preguntas cuándo tengo el tiempo libre para dedicarme a esto ¿Podría ser que tambien los filósofos del pasado se inspiraran en sus grandes temas del pensamiento mirando al cielo como yo ahora?. Definitivamente no puedes pensar esta sensación

Por eso elegi esta pregunta para responderla porque me acuerdo de aquella vez y me recoforta saber aunque pase el tiempo, vallamos creciendo, no hagamos más ma duros y responsables... siempre encontraremos experiencias que nos fascinarán como si todavía fueramos niños. Por eso os invito a que la vivais por vosotros mismos, no os arrepentireis.

Ver las estrellas abajo.

Esta es una actividad que no he podido realizar ahora pero solo necesito recordar la noche del verano pasado en la que estuve mirando las estrellas para poder realizar esta experiencia desde mi imaginación.

 Al ver las estrellas abajo, siento algo así como que estoy pegada al suelo, aunque sepa de sobra de es la fuerza de la gravedad la que me atrae. Siento que puede que esté mirando desde encima o desde enfrente las estrellas, y digo esto por la siguiente razón, la cual es una cuestión, ¿cómo sabemos que no estamos encima, en frente o debajo de las estrellas?. El universo es muy grande y no tenemos forma de saber en qué posición estamos respecto a este.

Al pensar en todo esto me siento como si fuera una pequeña parte de un grano de arena en una playa. Se que esta expresión puede resultar un poco exagerada pero es la realidad, porque el universo es inmenso y en él, la Tierra es una partícula de polvo, pues existen estrellas que podrían comerse fácilmente el Sistema Solar de lo enormes y de lo colosales que son.

Es increíble que todo surgiera de una partícula tan diminuta que haría falta un microscopio para poder observarla y, tan caliente que si me tocase tendría graves problemas. ¿Qué habría sucedido si esa partícula no hubiera explotado?, es lógico que no estaríamos aquí pero, ¿habría otro universo?, ¿cómo sería este?, no lo se. Y también resulta totalmente increíble que tras esa explosión el universo comenzase a expandirse y a enfriarse, la materia comenzase a formarse y, que posteriormente las estrellas y los planetas apareciesen. Nuestra existencia es un minuto en la vida del universo, apenas hemos existido unos pocos millones de años, cifra que el cosmos supera con creces.

También debemos saber que, la experiencia de que el Mundo dure 20 días, puede hacerse realidad ya que estamos a merced de una estrella que, en cualquier momento, puede sufrir una erupción violenta y afectarnos a nosotros o, también puede caernos un meteorito que provoque las mismas condiciones que derivaron en la desaparición de los dinosaurios. Y otra cosa, si el meteorito que provocó la desaparición de los dinosaurios no hubiese caído y ellos aún estuvieran aquí, ¿nosotros estaríamos vivos?, ¿o seríamos otra especie distinta?. Puede que nos hubiésemos desarrollado de otra forma o, que sencillamente, no estuviéramos aquí. En realidad agradezco que ese meteorito impactase contra la Tierra, aunque me parezca una auténtica pena el hecho de que muriesen tantos seres vivos.

Actualmente el universo continúa en expansión y las galaxias se alejan pero, existen varias teorías sobre el final del mismo, una defiende que éste continuará expandiéndose  para siempre y. otras defienden que las galaxias se acercarán hasta colisionar y, que se producirá el proceso contrario al de la creación del universo.

La conclusión que yo puedo sacar de todo esto es que, debemos vivir tranquilos a pesar de que podamos desparecer en cualquier momento porque si vivimos preocupados durantes toda nuestra vida, la habremos desperdiciado.

El universo es un mundo tan grande que podíamos extra mucho tiempo hablando de el, pero lo que aquí nos ocupa es como seria ver ese mundo desde abajo y sobre todo esos millones de pequeñas luces que vemos cada día cuando el sol se pone y oscurece el día, es decir se pone de noche, cada día cuando esto ocurre tenemos unos sueños especiales, pues es como si fuera una apuesta, porque  quien no se ha puesto a decir es una noche de estrellas, vamos a contar los estrellas, unos decimos que seria imposible contar todos y mas cuando la vemos desde abajo, pues es imposible y mas, porque el ciclo es tan grande que nos llevaría miles de noches contarles y jama llegaríamos a contar todas las estrellas. Las estrellas desde abajo han servido a muchas personas a sentir deseos o a pedir una ilusión pensando en que el universo donde esas pequeñas lucecitas cada noche nos iluminan seria la solución para todos esos pensamientos que nosotros tenemos en nuestra cabeza. Hay figuras que forman esas estrellas que desde abajo parecen carros, figuras míticas de la historia que viene en todos los libros y que nosotros hemos estudiado y siempre ha sido un enigma que no hemos sabido entender, aunque nos ha gustado pensar que esas pequeñas lucecitas nos harían soñar y tener una ilusión que nos haría tener todos los deseos y cosas que nosotros deseamos.

Quien no se ha puesto mirar desde el suelo, en una montaña, en la playa o en cualquier sitio mirando desde abajo al cielo y pedir que una de esas estrellas lejana y le hiciera cumplir todos los deseos que es esos momentos u en cualquier momento de su vida le pudiera ayudar.

Yo recuerdo que un día que estábamos de campamento el monitor nos dijo que cualquier niño era capaz de contar mas estrellas, nos pusimos boca abajo y mirando al cielo en un día muy estrellado a contar, era imposible hacerlo, pues había testimonios que al final nos equivocamos, pero ala vez era bonito ver tantas lucecitas juntas. Había de vez en cuando unas que se movían a lo largo del cielo y decíamos que era una estrella fugaz otras tenían forma de carro, otras formaban figuras tan bonitas que desde abajo y según las veíamos cada uno se hacia una ilusión y les pedía lo que cada uno quería. Por eso las estrellas desde abajo es un mundo tan bonito que cualquier persona que las vea, seria tan feliz que el mundo cambiaría para ella y todas las preocupaciones que uno tiene se irían para siempre. Ese mundo no debería de cambiar las estrellas es un mundo tan bonito que en cada una de ellas hay una ilusión, quien no ha pensado en una estrella y ha dicho esa estrella es para mí y seria muy feliz si bajara y pudiera cumplir todas las ilusiones que yo he creado sobre ella. Ya las estrellas es un mito en nuestra navidad de cada año, quien no a colgado una de ellas en un árbol y a significado el punto de partida de la navidad. Por eso, no deberíamos de dejar nunca ese mundo de ilusión, por eso que queremos alcanzar, y ver en cada una de ellas lo que cada uno querríamos ser y así las preocupaciones se nos irían por otros rumbos. Por eso desde abajo ese mundo tan maravilloso que vemos en lo alto del cielo y esa luz que nos ilumina con tantísimas estrellas con todas ellas con ilusión de cada uno, no debería de cambiar nunca porque en cada una de ella hay un significado alcanzable para todo el mundo y para cada uno un significado diferente pero a la vez ilusión en cada una de ellas y que nunca se termine esa motivación porque de ellas dependemos cada persona y así será para siempre.

Creo las experiencias son algo que se viven a diario , mientras pasan las horas , los días , y mas siempre habrá una circunstancia difícil de la vida , también habrán momentos alegres y de todo tipo , todas estas cosas que nos suceden a diario se transforman en experiencias que luego nos sirven para enfrentar nuestro futuro.Ahora contare una de mis tantas experiencias vividas y como todas creo que marcan nuestras vidas, llego una fecha en la que mi madre paso por una etapa muy difícil , a la ves era muy triste para ella y para mi por que cada día que pasaba se convertía en un reto , fue algo que duro por mucho tiempo , la menopausia es algo que una mujer tiene que soportar por un largo periodo y que se debe tratar cada día porque realmente es algo difícil , la vida se vuelve un poco mala y sientes como cada día tienes que ir buscando la forma de tratarla , esta experiencia la he vivido junto a mi madre , no es algo que me haya ocurrido a mi pero yo forme parte de esa lucha constante de ver mejorar a mi madre , bueno los primeros días no fue tan difícil todo esto , eran pocos días desde que mi hermano había nacido , yo no estaba enterada de esta etapa por la que pasaban las mujeres hasta una cierta edad y pues no estaba informada de como ayudar a tratar a mi madre , mientras los días pasaban empece a notar como ella iba cayendo en una depresión , por la noches no lograba dormir y al tener que cuidar a mi hermano las cosas iban cambiando , yo empezaba a notar la tristeza en su rostro y así mismo me contagiaba de esa tristeza yo también al ver el estado en el que se encontraba , pero aun así a mi no me gustaba que este así , entonces cada día yo trataba de cuidarla y de ver que este bien , salir con ella algún lado para que se distraiga , buscar una forma para que se sienta feliz mientras los días pasen y todo esto vaya acabando , ya fueron pasando varios meses , ella lograba cuidarse también y se notaba un cambio , se veía como cada día que pasaba su mirada ya no era la misma de antes , ya tenia mas ganas de hacer muchas cosas como salir a divertirse , ir  un parque a jugar con el pequeño y un sinnúmero de actividades que hace unos meses atrás no lograba hacer porque su estado anímico no se lo permitía , debo decir que esto duro al rededor de un año mas o menos , fue algo realmente difícil para ella y para mi quien era que presenciaba todo ese sufrimiento y no soportaba verla en ese estado .Luego de tanto tiempo ya se iba fortaleciendo en cuerpo y mente , sabia que todo había acabado y me sentía tan aliviada , sentía que todo había vuelto a la normalidad. De tantas experiencias que he vivido creo que esta es una de las mas duras , también es una experiencia que te enseña mucho , como todas, es algo que un día vivirás y sabes que para ese entonces estarás preparado(a) , sabrás asumir con mucho valor lo que se venga , para eso son las experiencias  y sus enseñanzas.Ver las estrellas abajo y saber que soy yo quien esta arriba , saber que cada día es un nuevo reto, que cada reto es una nueva enseñanza , todo lo que queremos hacer siempre esta en lo que decida nuestra voluntad , en aquello que decidamos hacer nosotros mismos, siempre que queremos volar y salir adelante , siempre debemos pensar que estaremos sobre las estrellas brillando nosotros y no las estrellas brillando sobre nosotros.

Siento mucho no haber podido hacer este experimento como tal, y entonces, he tenido que ir tiempo atrás, a una noche de verano, en el campo, bajo un manto de estrellas. Ya sabemos que la memoria es tan imprecisa… Pero no me queda otra.
Era el espectáculo más precioso jamás contemplado. Era la primera vez en mi vida que dormía mirando a las estrellas, que, para quien no lo haya probado, es de las sensaciones más placenteras y mágicas del mundo. Era un campamento con la gente de mi catequesis, yo contaba con unos catorce años, más o menos cumplidos. Durante el día hicimos actividades diversas, entre ellas simular ser refugiados de guerra. Fue un día de locos, agotador a la par que divertido, y aprendimos lecciones valiosas. Entonces nos echamos en mitad del campo a dormir, y de tanto en tanto, un par de catequistas hacían guardia. Y tuvo su gracia, porque de la nada y sin esperarlo, cerca de nosotros pasó un pastor con su rebaño de ovejas, y algunas se escaparon y empezaron a pasar y a trotar entre medias de los sacos de dormir. Y el pastor que no daba abasto, los catequistas intentando mantener la calma de todos los niños, que no paraban de reír y no prestaban atención… es curioso, pero lo recuerdo con cariño.
Luego nos echamos delante de ese espectáculo natural, y oramos por los miles de refugiados que había por el mundo, que tenían que dormir en semejantes condiciones, a la intemperie, entre los peligros de la guerra y una muerte segura.
Y ahí me encontraba yo, pueril e inocente, alabando las bondades de la Creación. Y me fijé en todas las estrellas, punto a punto, como un tapiz perfectamente tejido, en armonía y en sintonía, allá en lo alto, en el cielo nocturno.
Y tuve la sensación de que me encontraba flotando en ese mar de estrellas, de que me elevaba. De que huía de aquel lugar, lleno de hipócritas, de lobos con piel de cordero. Todavía me pregunto por qué iba a esos campamentos, cuando me daban más sinsabores que alegrías. Tal vez buscaba algo, tal vez buscaba cariño, tal vez buscaba dejar de culparme por el trato que recibía.
Pensé me elevaba, que caminaba en el aire (curioso también, ahora mismo estoy escuchando una canción que se llama así en inglés, de Chloe Agnew, la música es el motor de la inspiración) Caminaba en el aire, flotaba a través del cielo…
Y pude ver que las estrellas se encontraban abajo y yo arriba. Y me dejé mecer por esa cálida y mística sensación, sintiéndome parte del mundo celeste, sintiéndome especial. Y me hizo pensar que quizás no era tan tonta como los demás pensaban y como querían hacerme creer. Ellos, personas llanas, personas huecas, ni tan siquiera apreciaron la belleza de dormir bajo las estrellas, no atesoraron eso en sus recuerdos ni sacaron una experiencia clara de todo aquello. Simplemente, dirían algo así como: “Una vez de pequeño dormí bajo las estrellas, que guapo tío, todo estrellado” y nada más.
Me sentí (sin vanidad, ni pretensiones) una persona buena, una persona que intentaba superarse a sí misma, que quería sentirse parte del Universo. Las estrellas brillaban bajo mis pies, mostrándome el camino, el camino hacia casa, el camino hacía mí mismo.
Eran tan grandes, pero no me hacían sentir pequeño, todo lo contrario. Me sentía elevado, y no tan insignificante, como con aquellas personas con las que compartiría horas de sueño hasta alcanzarnos el alba.
Sentí que no era tan mala persona como me hacían sentir muchas veces, sentí que no tenía la culpa de lo que me pasaba, de lo que me hacían. Siempre pensando “¿qué habré hecho mal, que les habré hecho mal para que me traten aún peor?” No lograba entenderlo, pero por una noche, caminando en el aire, encima de ese manto de estrellas, parecía tenerlo tan claro… Otras personas no hubieran experimentado tal cosa, no hubieran mirado más allá de lo físico, no hubieran ido más allá de lo que muestran sus ojos. Lástima que los recuerdos sean algo tan impreciso.
Pero basta con recordar ese momento, ese detalle, esas sensaciones, para que tomen forma y recuperen todo su sentido.

La experiencia de ver las estrellas al principio me parecía un poco absurda, creía que salirme a la calle a ver las estrellas no valdría para nada y que sería una forma absurda de responder a esta experiencia.

He decidido esperar a que sean las 23:00 para salir al jardín de mi casa y poder ver las estrellas, porque antes de esa hora no se pueden diferenciar con claridad las estrellas. Mirando las estrellas, lo primero que me vino a la cabeza era la pregunta de: ¿Qué hago aquí parada viendo las estrellas? No le encontraba ningún sentido, ni encontraba nada para poderlo explicar aquí. De pronto me dio por mirar todas las estrellas que estaban más unidas o más juntas y me acordé de la charla que nos dieron sobre las estrellas, cuando fuimos con el campamento de verano a un planetario en Sierra Nevada para explicarnos el origen y en qué consistían un poco las estrellas.

Me acordé del cinturón de Saturno, la corona de una diosa (hija de Zeus creo), la Osa Mayor y la Osa Menor, que una de ellas tenían forma de carro; y más tarde, me acordé del momento donde nos explicaban los distintos colores que tenían poder las estrellas, había estrellas azules,  blancas, amarillas o rojas. Depende de los años que tuviera la estrella, así es su color. También me di cuenta (dejando aparte lo que nos explicaron), de que las estrellas hacían formas entre sí, sobre todo las que estaban más cerca las una de las otras.

Al cabo de un rato, me di cuenta que no me servía de nada recordar eso, porque hasta ahora estaba describiendo lo que estaba viendo y no lo que yo sentía al ver las estrellas.

Dejé de centrarse solamente en las estrellas, para mirar a un punto cualquiera, y lo primero que me vino a la cabeza, fue el recuerdo de mi abuelo, de mi tío y de mi primo.

Las tres personas más cercanas a mí que se murieron hace tiempo, y que más echo de menos. Me acordé de cuando mi abuelo estaba vivo, de todas las navidades que pasaba con nosotros, de los villancicos que nos enseñaba a mí y a mis primos, las largas charlas que daba para agradecernos a todos que estuviéramos allí y de cuando llegaban las 00:00 de la noche nos daba a todos un par de castañas y un culillo de anís; que él decía que era muy bueno para la salud y para entrar en calor.

Cuando me acordé de mi primo, se me hizo un nudo en el corazón, porque mi primo murió muy joven, con tan solo 22 años y fue culpa de un accidente de tráfico y me vinieron a la mente todos los recuerdos de su muerte, cuando nos dieron la noticia de que había muerto, me vinieron a la mente las caras de mis padres.

Me puse a pensar que donde podrían estar todas aquellas personas que se mueren y que dicen que van al cielo, podrían ser cada una de las estrellas que hay en el cielo o podrían estar detrás de cada una de ellas… quién sabe donde podrán estar todas aquellas personas a las que tanto queremos y que un día se nos fueron.

La conclusión que yo puedo sacar de esta experiencia es que cada persona puede ver o sacar de cada una de ellas una cosa diferente, yo por ejemplo me he acordado de mis seres queridos que ya fallecieron, supongo que habrá gente que al mirar las estrellas también han recordado lo mismo que yo y también habrá otras personas que han visto miles de cosas menos eso, pero de eso se trata la experiencia de que cada uno saque su opinión de la observación y que pueda reflexionar sobre ello.

 Pantera Negra.

 

Ver las estrellas es algo que siempre me ha gustado. Desde que era pequeña, siempre que  he ido a algún lugar en el que no hay contaminación lumínica y se ven bien las estrellas, me he puesto a mirar hacia el cielo admirada por lo bonitas que son y siempre me quedo embobada. Dicen que cuando alguien se muere se va al cielo, y que aparece en una estrella. Cuando yo era pequeña y mis abuelos murieron, mi madre me dijo que mis abuelos estaban en una estrella, en la que yo quisiera, por eso las estrellas me recuerdan a ellos y me puedo pasar las horas muertas fijándome en cada una de ellas. También dicen que cuando pasa una estrella fugaz, si pides un deseo se te cumple. Estas son cosas que a día de hoy soy consciente de que no son verdad, pero aun así me encanta disfrutar de estas pequeñas cosas que hacen que las estrellas sean tan especiales para mí. Además de esto, me encanta ver las estrellas  porque con mi imaginación me pongo a unirlas unas con otras y además de identificar las constelaciones que ya existen, me invento otras formas y es muy entretenido.

Me acuerdo de un día de verano que estaba en la playa, tumbada en la arena, mirando las estrellas acompañada de una amiga y escuchando música a la vez. Estuvimos como dos horas tumbadas y apenas hablábamos, simplemente nos limitamos a disfrutar del paisaje y a hacernos preguntas a nosotras mismas. Yo me preguntaba miles de cosas, es curioso porque aparecían en mi mente muchas preguntas distintas que no tenían mucho que ver y que me hacían ponerme en duda a mí misma. Pero cuando miro las estrellas  no solo me hago preguntas, también me pongo a pensar en todas mis cosas, en mi familia, mis amigos, la gente que me rodea, mis estudios, en mí misma como persona, los problemas que me causan preocupaciones, en mi futuro... Lo pienso todo. También siento una aglomeración de sentimientos que se concentran todos a la vez en mí y me hacen sentir cosas que normalmente no siento. Noto  que el universo esta en mis manos, me imagino cosas que quiero que sucedan, como el cambio en la sociedad, el cambio en mi misma, un cambio en cosas de mi entorno, incluso recuerdo buenas experiencias que me hacen sentirme bien. Cuando miro las estrellas siento una inspiración que muy pocas veces surge de mí, es como si me pusieran el mundo delante y me estuvieran diciendo los resultados de cómo son las cosas, los problemas  y las soluciones que se les pueden dar a esos problemas.

Una de las muchas cosas que siempre siento al mirar hacia el cielo estrellado e imaginarme lo grande que es el universo, es que siento que solamente soy  una parte muy diminuta de él, en un espacio y tiempo tan pequeños que ni si quiera consta de mi existencia en sus grandes dimensiones. Al observar todo esto me pregunto si podrá haber vida en otro planeta que este en lo más lejano del infinito del universo, incluso se me ocurren paranoias del tipo: a lo mejor hay un yo haciendo una vida paralela a la mía en otro mundo contrario a la Tierra en todo, o a lo mejor hay extraterrestres que son la evolución en el tiempo de la raza humana, o a lo mejor estamos en este planeta capturados y estamos sirviendo de experimento para alguien superior a nosotros y que tiene todo el poder del universo…  Se me ocurren miles de cosas así, que pueden resultar absurdas, pero quizás sean ciertas, nunca lo sabré.

Moira MacTaggert.

Bueno esta experiencia la he vivido hace poco, justamente este verano en unas vacaciones a mi pueblo donde todo parece ser muy tranquilo.

La intención fue ir a ver las lágrimas de San Lorenzo desde una colina, yo fui con un amigo hacia allí para probar la experiencia de estar tumbado viendo las estrellas aquellas tan bonitas.

Al ver las estrellas sobre las tres de la madrugada junto a mi amigo, me sentí el adolescente más pequeño del mundo, al ver todo aquello me emocioné muchísimo, contemplando toda aquella cantidad de estrellas que pasaban frente a mis ojos.

Curiosamente durante la lluvia de estrellas empecé a recordar vivezas de mi vida, aunque parezca mentira mi hermano me enseño a recordar cosas a partir de las estrellas, como el Lucero del Alba, me recordaba a mi familia, la constelación del dragón y otras muchas más.

Supongo que esta experiencia me ha servido para recordar viejos momentos y nuevos momentos. Me sentí una parte ínfima del universo, una sensación también de belleza, utilizando la frase de ¨ Qué bello es el mundo y el universo ¨

Desde muy pequeño siempre que he ido a mi pueblo a mirar las estrellas supongo que esto me viene desde edad muy temprana pero realmente me puse a contemplar las estrellas desde este año, desde que me he empezado a dar cuenta de más cosas.

Mirar las estrellas te relaja y te hace pensar mucho, sobre si habrá más vida en otros planetas, de cómo ha podido el mundo crearse relativamente en poco tiempo histórico, me pregunto cómo serán los otros planetas y si realmente existe vida en otros lugares del universo, aunque yo creo que sí porque si nosotros vivimos en una parte tan pequeña del universo, ¿Por qué no va a haber vida en otras partes del universo?

Esta experiencia realmente es preciosa y yo se la recomiendo a muchas personas, te hace recapacitar sobre las cosas con el simple hecho de estar contemplando el universo en su máximo esplendor aunque solo vemos una pequeña parte de el ya que es infinito.

Ver las estrellas además de recordarme buenos momentos también me acordé de los malos momentos, de las experiencias trágicas de mi vida, ya que lo de mirar las estrellas me viene de familia y mi abuela fue la primera que me enseño a contemplarlas, el día que fui a mirar las estrellas me acordé de ella sentía una sensación rara de cómo si ella estuviese allí conmigo, contemplando las estrellas juntos, supongo que no haber podido conocer bien a mi abuela me ha marcado la ilusión de conocerla algún día, aunque ella no este conmigo siempre la recuerdo cuando hago algo que ella me enseñó y cada vez la siento mas cercana a mi, fue una experiencia muy emaciante que no dudaré en realizarla más veces a lo largo de mi vida, para intentar recordar tanto los buenos momentos como los malos ya que en mi opinión la vida es una bolsa de recuerdos, vivencias, experiencias , conocer y saber más y más cosas, el recuerdo es algo natural al que le debemos mucho.

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