ENTRAR EN EL ESPACIO DE UN CUADRO

[Fernando López Acosta]

¿Hacia dónde conducirá el camino que aparece pintado en el cuadro que hay en una de las paredes del comedor de tu casa? ¿Quién vivirá en esa casa siempre iluminada? ¿De qué hablarán las personas que viajan en ese barco? ¿Podría montar ese caballo y dejar que me lleve a galope a través de la pradera? Elige un cuadro, habítalo y cuéntanos tu experiencia, qué lugares has conocido , qué personas has encontrado, que aventuras has vivido...... ¿vivido? ¿no? ¿si?

[Trias]

En el caso de esta experiencia se me pide que me imagine que estoy en el interior de un cuadro cualquiera. Yo tengo un cuadro en mi habitación bastante bonito y que a mí personalmente es que me encanta. Está representada la ciudad de Nueva York, más concretamente, una de sus calles por la que más gente pasa. Podemos ver los altos rascacielos tan característicos de esta ciudad y toda la calle llena de grandes carteles por los que se mezclan un millón de colores que por arte de magia, todos contrastan perfectamente unos con otros. Se ven en la carretera algunos coches y dos o tres de esos taxis amarillos característicos de Nueva York. Por último, podemos observar que miles de personas se pasean por las calles de este cuadro y coincide con lo que he dicho antes de que esa calle suele estar a rebosar de gente.
Ahora voy a “adentrarme” en este maravilloso cuadro que os he descrito. En este momento me encuentro paseando por entre la gente en la acera de la izquierda y afortunadamente me da la impresión de que he escogido la parte correcta de la calle ya que no hay tanta gente como en la otra acera que esta llenísima. Unas mujeres van hablando entre ellas y llevan montones de bolsas, creo que de tiendas de ropa y un largo etcétera, y muy bien arregladas ellas. Las cuatro señoras han seguido su camino junto con su conversación y yo sigo andando un poco más hasta que llego a un paso de peatones enorme y que parece que no tiene final. Mientras pasan todos estos coches de un lado a otro y al revés, me estoy fijando en las personas que junto a mí esperan a cruzar: unos van juntos hablando con ese acento del inglés norteamericano que les caracteriza, otra chica va con una amiga un poco más atrás de donde yo estoy y están haciéndose fotos y podría seguir contando lo que miles de personas que hay aquí están haciendo pero tardaría creo que muchísimo. Por fin el semáforo se ha puesto verde para nosotros y cual es mi sorpresa, aunque en parte me lo esperaba, que para cruzar por esta calle necesitas un escudo para no tropezar con alguien o que te empujen. Aquí todos van muy rápido a todos lados y entre las prisas que tienen todos y que somos mucha gente cruzando esto se convierte en un caos total.
Ahora he conseguido llegar al otro lado de la calle donde cual es mi sorpresa que me he encontrado delante de mí una cafetería muy neoyorquina o más bien americana esta es Starbucks; y por supuesto voy a entrar a pedirme un café.
Una vez cumplido el “deseo” de un café voy a subir a la planta más alta de este rascacielos que tengo delante. Una vez en el ascensor empiezo a fijarme en los muchísimos botones que tiene y veo el número mayor y le doy. La verdad es que ha tardado en subir un poco… Cuando termino de recorrer un pasillo me encuentro con una gran ventana y la que me dirijo para ver como se ve desde aquí: y la verdad, ¡es increíble estoy a tal altura que las personas parecen enanos!
Desafortunadamente, ahora toca salir de la imaginación de este cuadro y volver a la vida real. Buena experiencia la verdad.