HACIA LA FILOSOFÍA DESDE LA DIVERSIÓN Y HACIA LA DIVERSIÓN DESDE LA FILOSOFÍA
http://www.javier.org.es/archivos/enlaces/_private/temas/descartest...
Descartes es el iniciador de la MODERNIDAD.1.1. La modernidad
Nótese que con la Modernidad vienen casi todos los paradigmas que terminarán por destruir al hombre en el siglo XX.
Nace en La Haye, en Turena, en 1596. De familia noble. Estudia en el mejor colegio jesuita de Francia (La Flèche), se licencia en “Jurisprudencia” en París y deja los estudios para viajar y ver mundo.[1] Ingresa en el ejercito de Maximiliano de Baviera para participar en la guerra de los Treinta Años. El 10 de noviembre de 1619 «lució para él la luz de una admirable revelación» ydescubrió así el cogito. Vuelve a París y se instala en Holanda, donde escribe y publica sus obras más importantes y mantiene sólo contacto con un escogido círculo de amigos y por carta con la princesa Isabel, hija de Maximiliano, y con la reina Cristina de Suecia. Invitado por ésta a Estocolmo, muere allí en 1650. Las principales obras filosóficas de Descartes son: el Discurso del método (1637); las Meditaciones metafísicas (1641), losPrincipios de filosofía (1644) y el Tratado de las pasiones (1649) y el tratado póstumo Reglas para la dirección del espíritu (1701).
Descartes llega a la filosofía dudando, pero su duda NO ES UNA DUDA REAL, existencial, sino que duda para saber algo. La primera creencia es que para conocer la realidad es necesario suspender el juicio. Tiene pues una serie de CREENCIAS que se esconden tras su duda:
Con todas estas creencias DUDA por las siguientes RAZONES:
Pero la duda es algo que no sería necesaria si tuviésemos percepciones directas de los universales, es decir, de las abstracciones matemáticas, que son totalmente fiables y totalmente seguras. Es necesario pues partir del mismo método matemático para descubrir la realidad. (De todos modos hay que hacer notar que toda la filosofía de Descartes está basada en el cogito y que éste apareció por una intuición[2] el 10 de noviembre de 1619). |
Descartes se plantea pensar que todo es falso, pero algo no puede serlo mientras se lo plantea: su propia existencia. Y hace de su proposición “PIENSO, LUEGO SOY” el primer principio de la nueva filosofía que buscaba. Parte pues de una duda y rápidamente se adentra en una verdad absolutamente cierta.
Con el cogito se logra una escisión grave que durará toda la modernidad: el yo se separa del cuerpo (ya lo había dejado esbozado santo Tomás) y se produce la primera esquizofrenia moderna. No somos dos, nuestro cuerpo no es algo distinto a nosotros, somos espíritus corpóreos. El cógito también nos mete en otro laberinto moderno perjudicial para la salud humana: el solipsismo. La percepción del otro para Descartes es una deducción tardía, cuando en realidad yo no soy sin un tú que diga mi nombre. No existe el yo cartesiano, aislado en un mundo matemático, existe un yo que desde que nace está pidiendo un tú. En esto consiste el método cartesiano y el método de la matemática: en reducir construcciones complejas a simples y en partir DE LO SIMPLE HACIA LO COMPLEJO, y este fue también el resultado del cogito: su invención de la geometría analítica. El cogito es el punto de partida del método, que consiste en:
ABSOLUTO era “cuanto contiene en sí una naturaleza pura y simple“, es decir, lo uno, causa, universal, igual, etc. Enfrentado a RELATIVO, que es “lo que tiene la misma naturaleza, o al menos participa de algo de ella, según la cual puede referirse a lo absoluto, y deducirse de él a manera de una serie”. Como por ejemplo dependiente, particular, muchos, etc.
La aparición del cogito supone un giro de 180º en la historia de la filosofía, da pié, como hemos dicho, al inicio de una nueva época: la MODERNIDAD, marcando ciertos CARACTERES que hay que recordar:
|
3.1. Sustancia finitaLa meta final de la mente humana es el conocimiento de la naturaleza de las cosas. Dice Descartes que “por SUSTANCIA no podemos entender otra cosa que la cosa que existe de tal modo que no necesita de ninguna otra cosa para existir”. En consecuencia, y, siendo lógicos, podríamos decir que sólo es substancia DIOS, que es naturaleza no creada, y que el mundo de las sustancias finitas son Dios. Pero entraríamos en el panteísmo, por lo que Descartes tiene que frenar esta argumentación y admitir la existencia de substancias finitas: la MENTE y los CUERPOS, que siendo dependientes de Dios no dependen de nada en el mundo. Descartes supone un paralelismo entre lo pensado y el mundo (de raíz clásica: la adecuación de la mente y la cosa) y hace coincidir sin más preámbulos las tres ideas innatas con las tres sustancias. Pero, habíamos dicho que las ideas innatas no eran algo fijo en la mente, sino tan sólo una disposición de ésta a captar ciertas cosas por medio del sentido externo o interno. Pues bien, CAPTAMOS LA SUSTANCIA POR SU ACTIVIDAD, y de ahí deducimos la existencia de las dos sustancias, cada una con sus propiedades esenciales (atributos) y accidentales (modos):
En realidad no hay distinción entre modos y atributos, es sólo una distinción de razón, es decir, para el mero análisis de la realidad. La distinción que hace Descartes entre res extensa y res cogitans nos lleva a estudiar alma y cuerpo como parte de la ciencia del ser:
Del cogito mismo se deduce directamente la existencia del alma, pues una cosa que su esencia no es más que PENSAR y no depende de cosa ni lugar alguno para existir es lo que llamamos alma. La esencia o naturaleza del alma es el pensamiento. El alma ya no es principio de vida,[5] es ahora conciencia INDEPENDIENTE del cuerpo que no cesa su actividad con la muerte de este, sino que se marcha a otro lugar. En el alma encontramos dos estados:
Como hemos dicho antes, la escisión entre alma y cuerpo es una desgracia para el hombre, pero peor aún es llamar al alma res cogitans, y dejarse fuera lo más rico de ella: la voluntad. La libertad es la que caracterizaría al alma, si la hubiera, pues no existe tal cosa: somos espíritus corpóreos y con nuestro cuerpo, o con cualquier otro análogo, viviremos eternamente. No somos seres separables, ni estamos encerrados en una máquina que nos impulsa a no sé qué males. No. Nuestra corporeidad no está mal.
Por CUERPO entiende Descartes “todo lo que puede ser limitado por alguna figura, que puede ser circunscrito por algún lugar y llenar un espacio, de tal suerte que todo otro cuerpo sea excluido de allí; que puede ser sentido (…) que puede ser movido…” etc. Pero en realidad sólo es lo que podemos captar como idea clara y distinta: la extensión. Descartes sólo se fija en realidad en las cualidades matemáticas de los cuerpos, y el resto de lo sensible es apartado de su análisis. Una característica del cuerpo es el movimiento extrínseco. Mientras el alma y los espíritus, pueden moverse libremente todo movimiento corporal es producto de un choque, de un contacto de una materia en movimiento. Esto presupone un espacio lleno. Los cuerpos en movimiento son contornos o límites matemáticos desplazándose unos a otros. Todos estos límites se configuran en un movimiento perfecto de fuerza cero (hay tanta fuerza de empuje como de resistencia) en un sistema cerrado que funciona como una máquina, como un reloj. Desaparece, pues, con el mecanicismo de Descartes la idea de movimiento teleológico aristotélico. Los animales, las plantas y el propio cuerpo humano en sus actividades pasivas (en lo que no entra la voluntad a poner “orden”) son resultado de este movimiento universal de la sustancia corpórea. Es decir, los animales son como autómatas muy perfectos, carentes de alma. ¿Quién no se siente tentado a reducir todo a estos cuerpos perfectos, matemáticos, sujetos a leyes invariables, chocando cuan coches de feria en un mundito cerrado? Descartes planta las bases del materialismo moderno, pues no deja lugar en su mundo ni a Dios ni al alma. (¿Qué hacemos con la libertad?) Cuando aceptamos la idea mecanicista y colocamos un alma al mando de la materia, no tiene que extrañarnos que nos eliminen hipótesis que no explican nada. Dios y el alma quedaban tan aislados ene el pensamiento de Descartes que sólo faltaba ejecutar la sentencia.
Evidentemente el Dios cartesiano es un dios perfecto en un mundo perfecto que no puede ocuparse personalmente de los hombres. Al igual que el yo es un yo aislado, el hombre es un ser aislado de Dios. |
4.1. El problema de la interacción del cuerpo y del almaNadie se lleve a engaño: no somos cuerpo y alma. Tú no tines cuerpo, como tienes coche, sino que eres un espíritu corpóreo. Ojo con esta concepción cartesiana del alma y del cuerpo, pues no deja cabida a uno o a otro. La razón: el espíritu no puede comuniar con la materia. Por eso Descartes se volverá loco para unirlos y la filosofía posterior o es materialista o es espiritualista. Hoy hemos descubierto la trampa del lenguaje que nos tendió Descartes y, gracias a ello, vamos superando el cosicalismo cartesiano. El cuerpo del hombre se comporta como un cuerpo más en mundo, tiene pues todas las características que arriba dijimos para la substancia extensa. El alma no es la que le presta vida al cuerpo, si entendemos por vida el automovimiento. La muerte no es más que la ruptura del órgano principal del cuerpo. Aún así el cuerpo es movido gracias a la existencia de espíritus animales (vid. n. 6). Los espíritus animales no son más que cuerpos diminutos que se mueven a gran velocidad por la sangre hasta el cerebro, y a través de éstos, se trasmiten las órdenes a los músculos. Los espíritus animales se mueven por tres causas:
El problema que se plantea a Descartes con esta descripción puramente mecanicista es cómo unir alma y cuerpo de forma que sea una unión sustancial, pues es evidente que el cuerpo humano es algo diferente a los demás cuerpos desde el momento en que es la casa del alma. Llega a una unión por composición en la que el alma ocupa la glándula pienal, (amígdala del cerebro actual), desde la que gobierna y ordena la información que le llega de los espíritus animales. El problema que se plantea será discutido los siglos posteriores, pues es una inconsistencia del sistema cartesiano: la imposibilidad real de la unión de dos sustancias que, precisamente, son sustancias por el hecho de estar separadas, es decir, de no tener nada de lo que depender. Las posturas posteriores al problema de la interacción serán: el ocasionalismo (Dios actúa cada vez que hay un movimiento corporal, pues es incomprensible que el espíritu mueva la materia), el materialismo, el psicologismo, etc.
La duda metódica será una duda que afecte a todo saber excepto a la moral. Descartes piensa que no debe cambiar su forma de actuar aunque dude de todo, pues la duda sólo es metódica, es decir, es una duda para conocer el mundo, no una duda existencial ni personal. Plantea que mientras “destruye la casa del saber” para edificarla sobre nuevos cimientos se hará un refugio provisional para vivir mientras no termine de construir su sistema. Esto es la MORAL PROVISIONAL, que consta de:
La moral de Descartes está muy influenciada por el ESTOICISMO (2 y 3). Pero es a la vez consecuencia de su racionalismo (4) y del cristianismo que se ve en toda su filosofía. El estoicismo buscaba una vida feliz a base del control de las pasiones y de la vida. El hombre estoico sabe dominarse. Descartes, partiendo de este ideal de autodominio pone a la razón como ideal gobernadora de toda acción humana. |
JB·01 |
Etiquetas:
FILOSOFIESTA por Fernando López Acosta se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
© 2024 Creado por Fernando López Acosta. Tecnología de