HACIA LA FILOSOFÍA DESDE LA DIVERSIÓN Y HACIA LA DIVERSIÓN DESDE LA FILOSOFÍA
El hombre escucha al hombre
aún reconociendo error en sus palabras
pues el hombre puede hablar
y el hombre debe oir.
Después el hombre calla.
Sabe que el error ordena sus ideas
y no las muestra.
Así el argumento del hombre ha de ser el silencio.
Que el silencio del hombre es sabio
porque no yerra,
es sereno
y no exalta,
se convoca a sí mismo
y conduce al hombre a meditar su propio verbo
hasta reconocer su propio error
y optar por su propio silencio.
de "El silencio y la palabra" Fernando López Acosta Edicones Osuna. Colección Epígonos Ayuntamiento de Granada 1997
Escúchame despacio,
escúchame sin prisa,
escucha en el silencio
cada gesto y cada mirada,
cada cual guarda una sonrisa.
Escúchame sosegado,
escúchate mientras me escuchas,
que no te engañen las palabras
que dicen, permanecen
y luego se pierden sin más.
Escúchame en tu tristeza,
escúchame no decir nada,
el amor hablará por sí mismo,
develando sentimientos
y el tacto de la piel enamorada.
Escúchame cuando no quede nada,
ni siquiera el aire,
solo el silencio y nada más.
Llévame, cariño,
donde quieras que te mire.
Escúchame mientras me miras,
y ahora en el espejo te ves,
porque no eras más que tú mismo
perdido en el silencio
yendo con tus pensamientos a través.
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