FILOSOFIESTA

HACIA LA FILOSOFÍA DESDE LA DIVERSIÓN Y HACIA LA DIVERSIÓN DESDE LA FILOSOFÍA

Aquí está mi primera experiencia.

1.- Busca un lugar tranquilo y solo (si hay alguien puede pensar que estás mal de la cabeza)
2.-Comienza a llamarte a ti mismo/a
3.- Durante un buen rato, con distintos tonos, con distinta exigencias, con distinta intencionalidad
4.- Más rato todavía
5.- Y si después de un buen rato sientes algo, concluye el experimento respondiedo, tambien en voz alta "¿Qué quieres?"

Y después por supuesto escribe en este foro lo que has sentido, antes, durante y después de la experiencia.

Visitas: 3140

Respuestas a esta discusión

Llamarse a uno mismo. 

Lo primero que tengo que hacer es echar a todos los que haya en casa jajaja ya que ayer empecé a llamarme a mí misma cuando estaba mi madre en casa y subió creyendo que me estaba dando algo. Por lo que hoy que se han ido todos y no hay nadie en casa es cuando me he puesto a hacer dicha experiencia. Estando sola en casa en mi cuarto me dispuse a llamarme. Al principio es bastante raro, parezco tonta ¿Pantunflo, dónde estas? Ostras, vaya chorrada. Me siento tan extraña que no entiendo lo que pregunto, sobre todo porque sé perfectamente donde estoy y quien soy, yo soy yo y mis circunstancias que las conozco. La experiencia la tengo que repetir en numerosas ocasiones, esperando dejar de reírme de la misma, hasta que llega el momento me pongo seria y tomo consciencia del experimento llegando a la conclusión anterior: ¿me conozco, sé quién soy? Ya he respondido a esta cuestión antes así que cambio el tono y vuelvo a la carga. ¡Pantufloooo! Por qué no contestas de una vez. Vaya situación, me llamo y no me respondo, y… ¿Porqué? Porque no quiero o porque no lo encuentro razonable el responderme; la respuesta es la segunda: no necesito llamarme a mí misma ya que se en todo momento y soy consciente de donde estoy y lo que hago en este mismo instante. Por eso no respondo y lo cierto es que me resulta curioso hacer esta experiencia porque me hace pensar y discernir sobre cosas que habitualmente no suelo hacer.

Hay otras formas de llamarme. Si lo hago con tono de circunstancia. Esto lo puedo hacer cuando tengo dudas de si estoy o no donde debo estar, se produce una duda dentro de mí que me hacer pensar si es que no respondo porque no estoy o porque tengo miedo de responder. Y… porqué debería tener miedo de mí, no lo sé y prefiero no planteármelo porque no me resulta razonable ni coherente con mi forma de ser y actuar. No tengo miedo de mí y confío plenamente en mí, hasta donde pueda llegar lo haré con mis propios recursos y con el apoyo de los que me quieren a mí alrededor.

Podría llamarme con miedo. En este caso quiere decir que no respondo y que dudo de mi existencia. No es el caso, pero si lo fuera, sería una situación creo que peligrosa ya que entiendo que en esta circunstancia yo estaría escondida en mí misma e incluso escondida para los demás. Cuando esto te ocurre normalmente tienes miedos que se manifiestan en tu conducta con los demás ya que estos miedos te impiden actuar como deberías y lo peor de todo, es que lo sabes porque eres consciente de ello y, sin embargo, ese miedo te impide ser como quisieras ser. Al final te llamas con el miedo a responder, sabiendo que no vas a responder debido a ese miedo que te invade por dentro y que te impide respirar.

Al final resulta que esa no soy yo. Yo sí que me puedo llamar y me llamo de una forma natural y además, veo que me encuentro a mi misma llamándome en casa para responderme riendo a carcajadas porque es lo normal en mí. Reírme cuando puedo y cuando no puedo lo intento, o busco cualquier excusa para intentarlo yo sola, como en esta experiencia, o bien con los que me rodean. Esta experiencia me ha servido para bucear dentro de mí ser para llegar e pensar como soy, como pienso, cuales son mis inquietudes y mis deseos. Estos trabajos, que son nuevos y que nunca había experimentado, han hecho que profundice en mi cabeza y que me plantee cuestiones que me resultan novedosas y sobre todo interesantes, porque me están ayudando a conocer de otra forma distinta la realidad en la que me muevo y vivo.      

Recuerdo que fue la primera experiencia que nuestro profesor Fernando nos mandó, y todos nos quedamos extrañados y pensabamos que el profesor no estaba muy bien de la cabeza... no debería de poner esto ya que lo va a leer seguramente, pero que no lo tenga en cuenta el mismo lo dijo... je, je.
Es muy extraño empecé a hacerlo en mi casa y adecir verdad me sentí un poco tonta... mi madre vino a ver que me pasaba, pensaría que estoy loca... je, je.
Bueno lo hice y en realidad noté como em ponía de los nervios a la tercera vez que decía mi nombre en alto, pero no me pasó más nada. Y cada vez que decía mi nombre me partí de risa no sé por qué pqeo me hacía mucha gracia sentir mi propia voz llamandome.
A los días lo volví a hacer estando en la calle con unas amigas, habíamos salido y emepecé a gritar mi nombre, la gente lógicamente me miraba... pero a mi me daba igual, sentí entonces la necesidad de decir qué, y lo tuve que decir me acabé contestando qué, me sentí aliviada, necesitaba hacerlo, necesitaba saber que necesito, encontrarme a mi misma, me quede pensando y me di cuenta que al hacer esto sentí la necesidad d conocerme a fondo de conocer todoso mis sentimientos, de que si no hay nadie no imporat estoy yo, que yo misma me puedo ayudar, que tengo que aprender a escucharme, a quererme más. sentí que necesito conocerme a mi misma paa que los demás tambien me puedan conocer, conocerme en mi totalidad, que no se dejen engañar por una imagen que tenga de mí, pues esa imagen no soy yo...
No sé que más poner para que esto sean 650 palabras las experiencias me cuestan más que todo lo demás...
pero bueno voy a seguir a ello. ¿Habrá alguien que se llegue a conocer perfectamente? yo creo que no, nunca habrá alguien que se llegue a conocer realmente y tener todo el control de sí miso, es decir de sumente, su cuerpo...
Los umanos somos animales racionales y como animales que somos tenemos siempre nuestros propios impulsos. Por ejemplo lo que hicimos en clase sobre el fin del mundo,en este caso habría muchas personas que movidas por el miedo, la paranoia, etcétera, matarían a otras simplemente por el hecho de conseguir su salvación propia dandole igual la vida de la otra persona.
Otra cosa que acabo de reflexionar es que al hacer esto de llamarme, la gente que me escuchaba o yo se lo decía o incluso un mejor ejemplo, cuando el propio proesor nos lo dijo, todos pensabamos que era una tontería una locura, pero porque no lo vemos normal, y ahora me pregunto que ¿qué será lo normal? Nosotros vemos normal hablar por telefono, llevar ropa en verano que hace calor y por tanto no la necesitamos, no saludar a la gente que no conocemos pero sí a la que conocemos, etcétera. Y no vemos normal, salir desnudos a la calle en verano, bañarnos en las piscinas y las playas con un bañador, no podemos prescindir de cosas materiales, etc. Aunque hay gente que todo esto último que he dicho no no lo hace y por ello para el resto de la gente que por el contrario sí que lo hace para nosotros -yo e incluyo en el grupo de los ''normales''- son raros y están locos... para mí no aunque yo este dentro del grupo que opine esto, para mí son personas totalmente libre y que se conocen muy bien y que saben en todo momento lo que quieren sin importarle en absoluto lo que el resto de personas de su alrededor piense sobre ellos, realmente me encantaría ser así, ser como ellos, ser libre en mi totalidad.

La primera experiencia que voy a realizar en mi asignatura de filosofía, me parece interesante porque la mayoría de las veces por el ruido que tenemos en el exterior no escuchamos la voz que nos llama por nuestro nombre continuamente.

Tecnicamente no nos llama nadie, es una forma de decir que de vez en cuando tenemos que encontrarnos con nosotros mismos y ver quienes somos y a dónde vamos y que queremos; pero la mayoría de las veces no nos escuchamos.

Por esto, la primera experiencia me parece muy buena idea para poder conocernos mejor.

Esta experiencia la estuve haciendo durante unos cuatro o cinco días, cuando llegaba la hora de acostarme, después de lavarme los dientes y antes empezar a leer un libro me llamaba por mi nombre, y al llamarme me ponía a pensar sobre lo que había hecho ese día; pensaba lo que había hecho desde que me levanto a las 6:30 hasta que entro al Colegio, al pensar esto recapacito y como sé que me cuesta mucho levantarme por las mañanas tan temprano pues me pongo a pensar y ya se que al día siguiente necesito acostarme mas temprano.

Mas tarde, pienso el lo que he echo en el Colegio, pienso si me ha servido de algo, si he atentido en clase lo suficiente, si me he portado bien con mis compañeros y con mis profesores, si he hecho todos los ejercicios que tenía que hacer y si me he estudiado lo fijado para ese día; después de analizarlo bien, me doy cuenta de que debería de atender un poco más, poner más de mi parte para que al final la asignatura me resulte mas fácil y como soy nueva este año, también pienso en que tengo que seguir quitándome la timidez a lo largo de los días para poder conocer del todo a mis nuevos compañeros.

Seguidamente, pienso el lo que he hecho por la tarde, pienso si he estudiado todo lo aprendido en clase, si he hecho los ejercicios que han mandado para casa, si debería de haber aplicado mas tiempo al estudio y menos a ver la televisión, entonces recapacito y me digo a mí misma que cada día que pasa de curso es un día más para avanzar y que si no lo aprovecho lo suficiente al final puedo verme mas atrasada que mis compañeros, por lo que me propongo hacerlo mejor al día siguiente y cuando termino de analizar mi día completo escribo en un papel como me siento; al escribir la experiencia, cogí el papel para ver lo que sentía a lo largo de los días que me he ido llamando a mi misma y al leer todos los días juntos me he dado cuenta, de que hay una cosa que siempre coincide y es que, siempre puedo dar mas de lo que doy, puedo esforzarme mas de lo que me esfuerzo y puedo aprovechar mejor el tiempo de lo que lo aprovecho.

También quiero destacar, que el otro día, comiendo con mi familia, mi abuelo me dijo que veía una perdida de tiempo estar todo el día con el whatsApp, dice que es la manera mas absurda de perder el tiempo y que yo ahora mismo no lo aprecio pero que cuando pasen mas años me acordare de lo que un día me dijo mi abuelo.

Esta experiencia me ha servido para aprender a escucharme de vez en cuando y para saber que tengo que hacer con el tiempo que tengo, que aunque algunas horas se hagan eternas, al fin y al cabo los días pasan y que por lo menos pueda tener la satisfacción de decir que mi tiempo ha estado bien empleado.

Experimentando, me he llamado varias veces, de varias forma, interrogándome,  imperativamente, con seguridad, transmitiendo confianza, y llego a la cuestión ¿Que quiero? Pues pensándolo  las personas nunca están conforme con lo que poseen siempre quieren más y lo vemos en los ejemplos más claro, los ricos siempre quieren más dinero, el pobre quiere ser rico y si logra serlo algún día siempre querrá mas, pero yo profundizo un poco más en lo material y no material al llamarme, y lo más importante es saber de donde vienes, quien eres, y no dudar nunca eso, y que nadie te haga dudar, saber que los bienes mas preciado que tienes son los valores personales y tu principios, si que tal vez de eso no se coma pero seguro que a día de hoy es lo que más escasea, cuando me llamo encuentro a una persona que a evolucionado mucho respecto  a esto ultimo, que valora más las cosas que hacen sus padres por el, que intenta pagárselo de alguna manera, y que me ha llevado a cambiar esos aspecto, los errores del pasado, que me los tome como pasos hacia la felicidad, que no me derrumbe cuando tal vez otro querían eso, que asumí que equivocarse forma parte de la vida, y lo más bonito es saber usar ese error para luego convertirlo en acierto y saber que lo hecho esta hecho, y que hay que segur adelante por los sueños que aún nos quedan, que en esta vida todo pasa, las personas pasan, el tiempo pasa y nada pasa hay que seguir con fuerza, llamándome también descubro que añoro, tal vez el cariño de personas que perdí siendo bastante pequeño o un buen consejo, un abrazo, o un simple empujón y apoyo, el hacerme muchas preguntas, ¿ Por que no están? Pero guardando la esperanza que desde donde estén se puedan sentir orgulloso de mi, de saber que me enseñaron a ser fuerte, desde el momento que desaparecieron, y de que tarde o temprano los veré, y le agradeceré la mejor herencia que puede existir que es la vida, y continuo preguntándome, llamándome pero esta vez animándome a si mismo, a no tener miedo para afrontar los problemas que se me presente en esta vida, a que reír no sea una opción sino una obligación porque así  se afrontan mejor las cosas, que he conseguido grandes cosas y todas han sido con trabajo y de las cuales me tengo que sentir orgulloso, que habrá días de alegría y de melancolía,pero vivo, y nadie mas que mi propia persona es capaz de colocar la meta donde quiera y de asegurarme que voy a llegar, que cuando no haya nadie para ayudarme, pensare al menos me tengo a mi y si alguien me ayuda valorarlo, la generosidad es algo que se esta perdiendo hoy en día, ayudar sin recibir algo a cambio se esta convirtiendo en algo natural, pero como me considero diferente a los demás, intentare seguir ciñéndome por esos valores, y se que la vida no es como se lee, como se escribe ni mucho menos como la vemos ahora por televisión, puede ser dura pero cada uno la vive a su manera, al llamarme si sale mi yo de amigo, pienso que he intentado ser una persona sincera, he perdido a muchos amigos por decirle lo que pienso, pero que en realidad nunca fueron amigos, que intente estar en los momentos mas amargos, porque en los dulces es muy fácil estar, compartir momentos increíbles, crecer con los que de verdad la vida te dice que son los que merecen la pena, y a más aún sentirme un poco traicionado no por hechos sino por falta de palabras al sufrir el cambio de venir a otra ciudad, y no preguntarme ni como estoy, con lo dificil que puede ser, pero como dije antes positivamente me doy cuenta de los que me quieren que no son pocos, y de que no necesito mucho mas, cuando me pregunta ¿ Que quieres? Quiero seguir creciendo con esto valores ir puliendo mis defecto, conseguir mis metas académicas, que mi madre se sienta orgulloso de mi, mis hermanos menores me tomen de ejemplo y que Dios me de vida y salud para estar juntos a mis amigo y familia el máximo tiempo posible.

La primera experiencia que voy a realizar en mi asignatura de filosofía, me parece interesante porque la mayoría de las veces por el ruido que tenemos en el exterior no escuchamos la voz que nos llama por nuestro nombre continuamente.

Técnicamente no nos llama nadie, es una forma de decir que de vez en cuando tenemos que encontrarnos con nosotros mismos y ver quiénes somos y a dónde vamos y que queremos; pero la mayoría de las veces no nos escuchamos. A veces es la voz de nuestra madre, la de nuestros profesores, nuestros compañeros, pero en este caso la voz es especial.

Por esto, la primera experiencia me parece muy buena idea para poder conocernos mejor. Para aprender a escucharnos y pasa saber qué es lo que tenemos en nuestro interior que nos llama para poder salir al exterior y darse a conocer, para mostrarnos tal y cómo somos, y que en cierto modo, ni todavía no ha salido es por el miedo a saber qué hay dentro de mí, dentro de cada uno de nosotros.

Esta experiencia la estuve haciendo durante unos cuatro o cinco días, cuando llegaba la hora de acostarme, después de lavarme los dientes y antes empezar a leer un libro me llamaba por mi nombre, y al llamarme me ponía a pensar sobre lo que había hecho ese día; pensaba lo que había hecho desde que me levanto a las 6:30 hasta que entro al Colegio, al pensar esto recapacito y como sé que me cuesta mucho levantarme por las mañanas tan temprano pues me pongo a pensar y ya sé que al día siguiente necesito acostarme más temprano.

Más tarde, pienso el lo que he hecho en el Colegio, pienso si me ha servido de algo, si he atentido en clase lo suficiente, si me he portado bien con mis compañeros y con mis profesores, si he hecho todos los ejercicios que tenía que hacer y si me he estudiado lo fijado para ese día; después de analizarlo bien, me doy cuenta de que debería de atender un poco más, poner más de mi parte para que al final la asignatura me resulte más fácil y como soy nueva este año, también pienso en que tengo que seguir quitándome la timidez a lo largo de los días para poder conocer del todo a mis nuevos compañeros.

Seguidamente, pienso el lo que he hecho por la tarde, pienso si he estudiado todo lo aprendido en clase, si he hecho los ejercicios que han mandado para casa, si debería de haber aplicado más tiempo al estudio y menos a ver la televisión, entonces recapacito y me digo a mí misma que cada día que pasa de curso es un día más para avanzar y que si no lo aprovecho lo suficiente al final puedo verme más atrasada que mis compañeros, por lo que me propongo hacerlo mejor al día siguiente y cuando termino de analizar mi día completo escribo en un papel como me siento; al escribir la experiencia, cogí el papel para ver lo que sentía a lo largo de los días que me he ido llamando a mi misma y al leer todos los días juntos me he dado cuenta, de que hay una cosa que siempre coincide y es que, siempre puedo dar más de lo que doy, puedo esforzarme más de lo que me esfuerzo y puedo aprovechar mejor el tiempo de lo que lo aprovecho.

También quiero destacar, que el otro día, comiendo con mi familia, mi abuelo me dijo que veía una pérdida de tiempo estar todo el día con el whatsApp, dice que es la manera más absurda de perder el tiempo y que yo ahora mismo no lo aprecio pero que cuando pasen mas años me acordare de lo que un día me dijo mi abuelo.

Esta experiencia me ha servido para aprender a escucharme de vez en cuando y para saber que tengo que hacer con el tiempo que tengo, que aunque algunas horas se hagan eternas, al fin y al cabo los días pasan y que por lo menos pueda tener la satisfacción de decir que mi tiempo ha estado bien empleado.


La primera experiencia que voy a realizar en mi asignatura de filosofía, me parece interesante porque la mayoría de las veces por el ruido que tenemos en el exterior no escuchamos la voz que nos llama por nuestro nombre continuamente.

Técnicamente no nos llama nadie, es una forma de decir que de vez en cuando tenemos que encontrarnos con nosotros mismos y ver quiénes somos y a dónde vamos y que queremos; pero la mayoría de las veces no nos escuchamos. A veces es la voz de nuestra madre, la de nuestros profesores, nuestros compañeros, pero en este caso la voz es especial.

Por esto, la primera experiencia me parece muy buena idea para poder conocernos mejor. Para aprender a escucharnos y pasa saber qué es lo que tenemos en nuestro interior que nos llama para poder salir al exterior y darse a conocer, para mostrarnos tal y cómo somos, y que en cierto modo, ni todavía no ha salido es por el miedo a saber qué hay dentro de mí, dentro de cada uno de nosotros.

Esta experiencia la estuve haciendo durante unos cuatro o cinco días, cuando llegaba la hora de acostarme, después de lavarme los dientes y antes empezar a leer un libro me llamaba por mi nombre, y al llamarme me ponía a pensar sobre lo que había hecho ese día; pensaba lo que había hecho desde que me levanto a las 6:30 hasta que entro al Colegio, al pensar esto recapacito y como sé que me cuesta mucho levantarme por las mañanas tan temprano pues me pongo a pensar y ya sé que al día siguiente necesito acostarme más temprano.

Más tarde, pienso el lo que he hecho en el Colegio, pienso si me ha servido de algo, si he atentido en clase lo suficiente, si me he portado bien con mis compañeros y con mis profesores, si he hecho todos los ejercicios que tenía que hacer y si me he estudiado lo fijado para ese día; después de analizarlo bien, me doy cuenta de que debería de atender un poco más, poner más de mi parte para que al final la asignatura me resulte más fácil y como soy nueva este año, también pienso en que tengo que seguir quitándome la timidez a lo largo de los días para poder conocer del todo a mis nuevos compañeros.

Seguidamente, pienso el lo que he hecho por la tarde, pienso si he estudiado todo lo aprendido en clase, si he hecho los ejercicios que han mandado para casa, si debería de haber aplicado más tiempo al estudio y menos a ver la televisión, entonces recapacito y me digo a mí misma que cada día que pasa de curso es un día más para avanzar y que si no lo aprovecho lo suficiente al final puedo verme más atrasada que mis compañeros, por lo que me propongo hacerlo mejor al día siguiente y cuando termino de analizar mi día completo escribo en un papel como me siento; al escribir la experiencia, cogí el papel para ver lo que sentía a lo largo de los días que me he ido llamando a mi misma y al leer todos los días juntos me he dado cuenta, de que hay una cosa que siempre coincide y es que, siempre puedo dar más de lo que doy, puedo esforzarme más de lo que me esfuerzo y puedo aprovechar mejor el tiempo de lo que lo aprovecho.

También quiero destacar, que el otro día, comiendo con mi familia, mi abuelo me dijo que veía una pérdida de tiempo estar todo el día con el whatsApp, dice que es la manera más absurda de perder el tiempo y que yo ahora mismo no lo aprecio pero que cuando pasen mas años me acordare de lo que un día me dijo mi abuelo.

Esta experiencia me ha servido para aprender a escucharme de vez en cuando y para saber que tengo que hacer con el tiempo que tengo, que aunque algunas horas se hagan eternas, al fin y al cabo los días pasan y que por lo menos pueda tener la satisfacción de decir que mi tiempo ha estado bien empleado.

Pantera Negra.

Cuando empecé a hacer esta experiencia me sentía un poco tonto ya que está hablando solo y de distintas maneras, así que la deje por un rato hasta que  no sé si fue por conciencia o responsabilidad volví ponerme con ella. Me fui al cuarto de baño me puse frente al espejo y empecé a mirarme y a llamarme de diversas maneras como si estuviera loco.

Empecé llamándome en un tono cariñoso y me recordaba mucho a mi abuela ya que ella siempre hablaba cariñosamente nunca hablaba mal a nadie ocurriera lo que ocurriera ella siempre tenía una sonrisa para todo el mundo y ayudaba a todo el mundo.

Después me llame en un tono agresivo recordando cuando tenemos discusiones sobre algún tema en cuestión cuando nos peleamos con nuestros padres o con nuestros amigos. Este modo en el que hablamos cuando nos pelamos es muy desagradable porque a lo único que se llega con esto a tener más pelea y no resolver los problemas como es debido dialogando y sin gritarse mutuamente. Al llamarme y ver que me estaba frustrando como si me estuviera peleando de verdad deje de llamarme de esa forma y cambie porque me estaba enfadando de verdad y no iba a poder hacer las otras experiencias.

Luego me llame de una forma normal ni demasiada cariñosa y ni demasiada enfada era una voz normal que no me inspiraba nada, solo me sentía tonto por lo que estaba haciendo y empecé a llamarme más rápido como si estuviera buscando una contestación de alguien para responderme a la pregunta de por qué hacia eso a parte de para aprobar filosofía, cuando hacia esto me di cuenta que me estaba llamando para encontrar el yo mismo y sentí todos los sentimientos que tenemos las personas, cuando nos hablan con amor, enfadados, cariñoso, agradable todos estos sentimientos los expresamos mediante el habla o por escrito hacia otras personas y nos hace ser humanos ya que expresamos nuestros sentimientos de diversas maneras.

Por ejemplo cuando estas enfadado no importa con quien tú hablas mal con todo el mundo contestando, rechistando etc. Cuando estas contento les hablas a los demás con seguridad con amor etc. Y esto era lo que estaba sintiendo yo en ese momento que me estaba llamando estaba recordando a mis amigos cuando hablas con ellos de las cosas que te gustan de la chica que te gusta etc. A mi familia cuando hablas cariñosamente con ellos hablando lo que has hecho hoy de tus aficiones, a las personas que me caían mal y nos enfadábamos ya que también es un sentimiento el enfado.

Después de haber pensado toda esta reflexión empecé a llamarme en modo pregunta recordando a mis sobrinos y primos chicos cuando siempre están preguntando cosas porque tienen ganas de aprender y de saber todo lo que puedan ese tiempo en que los niños imitan todo lo que haces para aprender cómo es como se hace una cosa es un periodo muy bonito y fantástico en el cual es el periodo que nos vemos con más ganas de aprender y saber sobre el mundo.

Cuando acabe de llamarme de todas las maneras que pensaba que había empecé a preguntarme pero ahora en voz baja y no en vos alta preguntas sobre que pensaba sobre lo que había hecho la reflexión que había tomado haciendo esta experiencia .Todas estas preguntas me ayudaron a aclararme como escribir la experiencia y hacerlo de una forma mas fluida. No me ha resultado difícil hacer esta experiencia ya demás me ha ayudado a saber cuáles son los sentimientos y la manera como hablamos cuando nos pasa algo.

 

Llamarse a uno mismo, al ver esta pregunta lo primero en lo que pensé fue si de verdad había “alguien” dentro de nosotros llámalo alma o como tú quieras, y tras mucho pensar en ello aún sigo pensando si de verdad existe algo que nos lleva por un camino, que nos hace actuar o pensar de otra manera distinta a la que estamos acostumbrados a hacerlo, es cierto que a veces he actuado de una forma que no era normal para mi dentro de un registro, pero saber eso no nos asegura la existencia confirmada de de ese "alguien".

Bueno esta experiencia la quise hacer estando solo en casa, ya que nuestro profesor nos dijo que debíamos de llamarnos en voz alta y con distintas intensidades para ver lo que pasaba, asique quería estar solo en casa porque no quería que mi familia me tomara por un loco. Un día cuando conseguí quedarme solo en casa vi que era mi oportunidad de hacerlo, asique cogí cerré  los ojos y comencé diciendo mi nombre en voz alta, después de eso hubo una pausa y me empecé a reír como un verdadero loco, asique volví a repetirlo para ver que ocurría, no había pasado nada y entonces me quede pensativo unos instantes y pensé ¿Qué estoy haciendo?, fue una pregunta que volví a hacerme después de repetir mi nombre otra vez en voz baja, en voz alta cambiando la voz, haciéndome la misma pregunta mentalmente, con voz de pito, nada no paso absolutamente nada y entonces empecé a preguntarme qué era lo que realmente quería que hiciésemos al hacer esta pregunta de ese modo tan peculiar, asique empecé por el principio, lo primero fue pensar en que asignatura estábamos haciendo este ejercicio y era filosofía, algo normal dentro de lo que cabe para mí porque la filosofía pretende que nos encontremos a nosotros mismo y que le demos un rumbo a nuestra vida sin importarnos los demás, después pensé ¿Por qué esta pregunta?, para mi creo que lo que quiere hacer esta pregunta es que miremos en nuestro interior y que nos demos cuenta del porque estamos haciendo eso y el porqué de esa manera y otra totalmente diferente lo cual llevaría a situaciones y resultados diferentes, asique empecé a pensar en ello detenidamente, empecé por el principio que para mi correspondía estudiar, algo que para mí al principio cuando tuve una capacidad mínima de razonamiento pensé que era una estupidez, pero mientras pasaban los años me iba dando cuenta de la importancia que va a tener los estudios en mi vida, ya que van a decidir si tendré trabajo, si tendré una casa donde vivir,... algo que para mi pensaba que todo estaba solucionado y es completamente distinto, ya que cada vez que estudiamos y aprobamos, nos estamos acercando muy despacio a nuestro trabajo, el cual nos llevará a nuestra casa, y así se irá formando una cadena de sucesos que nos hagan vivir mejor o peor.

 A continuación pensé en lo que realmente había en nuestro interior y como ya he puesto el ejemplo antes, actué de una forma distinta a mis normas establecidas en una situación en concreto, la primera pregunta que me hice fue si de verdad existía algo que nos marque en nuestra vida cotidianamente sin darnos cuenta y nos conduzca a un camino en concreto, eso quiere decir ¿Qué lo que “llevamos dentro” está relacionado con nuestro destino?, ¿existe verdaderamente algo no físico que esté relacionado con algo físico?, estas y muchas más preguntas son las que planteamos en clase y por mi parte aún no les he buscado una respuesta que encuentre razonada todo el mundo, y esto es lo peor que tiene satisfacer las creencias gustos,... de todo el mundo, porque “para gustos los colores”. Para mi creo que esas y muchas más preguntas son las claves de nuestra vida, y estamos destinados a buscarles una razón a todas las cosas que hacemos en nuestra vida y que serán secretos inexpugnables hasta que todos contribuyamos a descifrarlas. 

Cuando Fernando dijo esta experiencia yo pensé que era una tontería, pensé que eso  no me serviría a mi de nada ni en mi vida diaria ni en un futuro pero, sin embargo, había algo dentro de esa experiencia que me llamaba la atención y quería saber que era lo que se sentía cuando yo misma me llamaba.

Decidí hacerla un día a solas cuando nadie se encontrara en mi casa, ya que pensarían que estoy loca, y lo último que se les pasaría por la mente es pensar que es una actividad que debo de realizar para filosofía.

Era un martes sobre las 5 de la tarde no había nadie en mi casa solo mi perro, fui al cuarto de baño, me mire al espejo y empecé a gritar mi nombre, sentí una sensación muy raro como si estuviera loca y pensé que se me había ido la cabeza, pero aún así yo seguí gritando mi nombre lo hice con distinta intensidad, más fuerte más flojo, gritando, casi murmurando ect  y seguía sintiendo la misma sensación decidí probar con distinto tono de voz: más grave, más agudo ect ect , con distintas voces: voz de viejo, de bebe, de animal, de cateto,….de todo los tipos de voces que se me ocurrieron en ese momento incluso probé con distinta velocidad cuando lo había muy muy rápido apenas podía reconocer que lo que decía era mi nombre parecía una palabra procedente de otro idioma , cuando lo hacía muy lento era como si me faltara vitalidad como si mi nombre el que tanto me gustaba hubiera perdido por completo su sentido, también probé diciendo mi nombre imitando el ritmo de unas canciones, cuando la canción era lenta y no me gustaba llegue incluso a odiar mi nombre, pero por el contrario cuando la canción que intentaba imitar diciendo mi nombre me gustaba era como que había recuperado por completo el amor a mi nombre entonces pensé que mi nombre en realidad es la unión sucesiva de letras y que no significaba ni representaba nada  , también probé a llamarme como los demás me conocen por ejemplo: sobrina de óscar, sobrina de Inma, nieta de Luis, nieta de maruja, amiga de Noelia , amiga de Amanda, prima de Álvaro, prima de alba, amiga de Carlos, amiga de Javi, amiga de manolo, amiga de marina, prima de Alberto, nieta de cele, nieta de Eduardo, amiga de ángel, amiga de Paula ect ect así durante un largo rato y me di cuenta de que  cuando estaba pronunciando esas palabras  se me venían recuerdos buenos y malos acompañados por esas personas y notaba como me iban cayendo unas lágrimas sobre la cara entonces me di cuenta de que debería de parar por unos minutos y luego volver a repetir la experiencia , después del descanso me di cuenta de que esa última parte del experimento me estaba volviendo loca  me estaba llamando a mi de distintas formas posibles pero todas esas formas se referían a una única persona y esa persona era yo misma, también probé a llamarme y a contestar yo misma, estaba manteniendo un dialogo conmigo misma era una sensación taaaan rara yo misma me llamaba y yo misma respondía durante esos minutos me di cuenta de que era muy triste las personas que estaban solas y se hablan sí mismas porque en esos momentos yo me sentía sola, como si no tuviera a nadie a mi alrededor como si todo el mundo hubiera desaparecido y yo fuera la única superviviente de un gran desastre y para notarla presencia de alguien me hablaba a mi misma a partir de aquí decidí parar con esta experiencia porque realmente me estaba haciendo pensar que estaba loca .

Esta experiencia me ha servido para darme cuenta de que dependiendo de la forma en la que me llamen los demás me afectara de una forma diferente en cada uno de los casos y por ahora no me apetece volver a sentir esa sensación tan rara

La realización de esta experiencia me ha supuesto una serie de sensaciones muy extrañas, puesto que llamarme a mi mismo no es algo que haga muy normalmente, sin embargo , al decirme Fernando , que podíamos realizar esta experiencia, no me lo pensé dos veces, y la he realizado porque la veía una experiencia un poco chorra, pero sin embargo, en su realización , me he dado cuenta de que no, todo lo contrario, puesto que al realizarla, he sentido una serie de sensaciones extrañas que voy a desarrollar en párrafos posteriores.
En primer lugar, empezar comentando que una de las sensaciones que he sentido al realizar esta experiencia ha sido la de incertidumbre, puesto que al llamarme a mí mismo sin esperar respuesta ninguna, ha provocado en mi mucha incertidumbre de pensar a quien realmente estaba llamando y si esa persona a la que estaba llamando existía de verdad, puesto que al no obtener respuesta como es normal de mi mismo, sentía que estaba hablando con algún fenómeno natural que no existía y por tanto me sentía también un poco tonto de hablar yo solo y llamarme a mi mismo, sin embargo a pesar de esta sensaciones, estoy muy orgulloso de estos sentimiento que he experimentado, puesto que me ha hecho reflexionar posteriormente acerca de quien soy , a donde voy , y si la gente realmente cuando me llaman, no obtienen respuesta o ayuda de mi parte tal y como obtenía yo al llamarme a mi mismo y es por eso que me ha servido, aunque sean respuestas quizá sin respuesta o con una respuesta muy difícil de obtener, me ha servido para reflexionar como digo que en cierta medida me  hacía falta, y que pienso que es el sentido real de esta experiencia.
En segundo lugar comentar que al realizar esta experiencia, que fue un día que estaba solo, porque si la llego a realizar con toda mi familia en casa pensarían que estoy loco, sentí también en un principio un poco de guasa puesto que en las primeras ocasiones, al llamarme a mi mismo , lo veía una pura chorrada y pérdida de tiempo, y es por eso que me reía , sin embargo, con el paso de los minutos, me lo fui tomando un poquito más en serio y empezé a sentir un poquito de miedo, porque lo hice con la luz apagada, y eso de estar con la luz apagada y llamarme a mí mismo y no obtener respuesta alguna, sentía un poquito de temor , hecho que llevo a que recorrieran varios escalofríos mi cuerpo, porque me da miedo sentirme solo en la vida que nos rodea, y en esa ocasión, al no obtener respuesta alguna, sentía mucho miedo puesto que me veía totalmente solo, sin la compañía de nada y nadie, como si fuera transparente, como si no le importara a la gente y no fuese amado, de ahí que no obtuviese respuesta, situaciones que provocaron en mí una sensación de nerviosismo y la necesidad de escapar de ese estado mental al que nadie quiere recurrir en ningún momento y es por esta serie de sensaciones que me ha gustado mucho realizar esta experiencia,puesto que me ha permitido observar que hay gente en el mundo de manera más global, e incluso en la propia realidad que vivo, que quizás sientan estos sentimiento de soledad, por lo que debo cambiar mi aptitud hacia estas personas e intentar integrarlas en mi grupo de amigos.

Por último comentar que esta experiencia es la que más me ha servido a mí como persona y que a pesar de haber experimentado sensaciones bastante negativas, estoy muy orgulloso de mí mismo por habérmela tomado en serio y sobre todo porque me ha permitido evolucionar como persona y pienso que cuando pase cierto tiempo, la volveré a realizar para ver mi capacidad de reacción una vez que ya la había realizado y si siento los mismos sentimientos o no que en la primera realización.

Cuando en los primeros días de clase, Fernando, mi profesor de Filosofía, nos propuso el realizar esta experiencia, nos mostró como debíamos hacerlo y comenzó a gritar o susurrar diversos nombres con distintas tonalidades me resultó demasiado gracioso como para tomármelo enserio, “tiene que estar loco” pensaba, es imposible que me responda a mí misma, pero ni estaba loco ni era imposible, tal vez era sólo improbable, cuestión de intentarlo, de no tener miedo a nuevas experiencias.

Ya que era mi última experiencia y Fernando nos dijo que buscásemos aquellas actividades que nos resultaran difíciles, aquellas que te hagan pensar un poquito, me planteé la idea de llevar a cabo esta experiencia. Así pues un día en casa, una mañana, aún desde la cama pensé “¿y por qué no? Bien, intenté despegarme un poquito los ojos y empecé a susurrar mi nombre, y digo susurrar porque a las nueve de la mañana la voz era incapaz de salir de mi cuerpo. Así que me levanté, me lavé la cara, desayuné todo lo habido y por haber y salí a la calle a correr, me puse mis cascos y la música a todo volumen y de repente, empecé a gritar mi nombre, claro, un pequeño fallo eso de no darme cuenta de que estaba en mitad del Camino de Ronda y había personas alrededor, personas que seguramente se quedarían a cuadros ¡qué vergüenza! Entonces, cuando empecé a ver que la gente se quedaba mirándome, algunos esbozando una sonrisa, bueno, era risa más bien y otros con la boca abierta, otros con cara de asombro y algunos incluso con miradas desagradables y de asco, cerré la boca, me reí de mí misma como en mi vida y me tapé la cara, ya que estaba cual tomate, hasta llegar a casa.  Una vez allí esperé a que mi padre saliese a hacer sus típicas compras de por la mañana y aunque mi hermano de ocho años estaba en el cuarto de al lado, puse por tercera vez en marcha esta experiencia. Probé a cerrar los ojos y decir mi nombre tantas veces como me dio tiempo en diez minutos, pero nada, nada extraño, cero resultados, tan solo había conseguido que mi hermano dejara de tomarme en serio para siempre, pero bueno un ridículo más que otro ya ni se notaba jaja. No quería rendirme, si había empezado esto tenía que llegar hasta el final, así que probé la cuarta y definitiva opción, nos os creáis eso de que a la tercera va la vencida eh! Me puse frente al espejo y ahora sí empecé a llamarme a mi misma durante un rato, al principio no hacia más que reirme, es que me parecía tan surrealista lo que estaba haciendo… pero bueno, seguí con ello y  mirándome a mis propios ojos, empecé a repetir mi nombre con mil y un tipos de voz, y por fin, ¡por fin lo había conseguido! Respondí “queeeeeé” al cabo de unos minutos. Seguramente es que ya me había vuelto completamente loca o probablemente  había conseguido realmente conectar conmigo misma. Tras esto, eran tantas cosas las que me rondaban mi cabeza…¿Quién soy? ¿Qué hago aquí? Y, ¿para qué he venido? ¿Cuál es mi fin? Es que claro, yo siempre he estado muy segura de quien era pero es que ahora esto de la filosofía me está poniendo lo que creía mi mundo patas arriba, todo eran cuestiones y respuestas ninguna, todo queda en el aire… pues nada, ahora de mí solo sé con certeza mi nombre, o bueno, ¡seguramente ni eso será seguro!

Pero a pesar de tener mi cabeza aún más desamueblada, gracias a esta experiencia, además de tener millones de dudas más, he podido darme cuenta de una cosa, que a veces hay que frenar un poco, buscar dentro de mí y escucharme a mi misma, a mi razón y corazón.

Experiencia de llamarme a mi misma :
Mientras me llamo estoy escribiendo esto, y la primera vez que pronuncio mi nombre no se produce nada raro, pero a medida que me voy llamando, siento que algo raro esta pasando en mi, pienso que estoy loca y que realmente alguien me esta llamando, pero me doy cuenta que no, que soy yo misma la que mes estoy llamando, ¿ mi propia persona, llamándome la atención ?, ¿ por qué ?.
Algo se esta produciendo en mi por lo que me estoy llamando o eso es lo que creo, esta experiencia la he realizado con gente en casa y me ha dado igual, saben por lo que me estoy llamando y es más les parece una experiencia curiosa.
Y es que cuando me he llamado más de una vez, he empezado a pensar en mi, en lo que soy, en por qué soy así y no de otra manera, que es lo que me lleva a actuar de una determinada forma y no de otra, pues bien al llamarme a mi misma me acordé también de los que me llaman así, y me dije ¿saben quién es mi verdadero yo ?, ¿ conocen realmente a la persona que están llamando ? ¿creen en la persona a la que llaman ? ¿confían en ella ? ¿por qué la llaman ? ¿ qué quieren de mi ?.
Estas son muchas de las preguntas que me he hecho al llamarme y no solo estas sino también pienso que si la gente me llama por verdadera necesidad, por interés.. o por que hace tiempo que no lo hacían. Cuando me llamo a mi misma, también siento la presencia de todas aquellas personas que alguna vez en su vida me han llamado, y esas personas las llevo dentro, porque pronunciaron mi nombre, porque me querían en su vida, y ahora que algunas de esas personas ya no están me pregunto si seguirán queriendo algo de mi, si se acuerdan de mi nombre, si les gustaría volver a pronunciarlo.. pues a esas personas les digo que al igual que cuando yo he pronunciado mi propio nombre he acudido a mi persona y con ello a todas las que me rodean o rodearon, quiero que sepan que si me llaman ahí estaré, porque quién me llamo una vez, me llamo dos y puede seguir haciéndolo una tercera porque seguiré estando ahí como la primera que lo hicieron.
Con esto, he llegado a la conclusión de que llamandome a mi misma, recurro a mi persona, a quién soy, desde pequeña me han enseñado a decir mi nombre para que me reconozcan, pero ahora con 17 años, se mi nombre no solo para que me reconozcan los demás y que me llamen y acuda, sino para saber cosas de mi, de mi pasado y mi presente, de las personas que rodearon y rodean a ese nombre, quién me ha hecho fuerte, quién me ha levantado, y quién ha hecho que sea la yo que siempre he sido, sonriendo ante todo y escalando las cimas mas altas, saltando los baches más altos y levantandome de los suelos más profundos, pero siempre siendo YO.
Otra de las reflexiones que he llevado a cabo cuando me ha llamado ha sido ¿ qué quiero ? Y la verdad que no se responder a esta pregunta, por qué cuando consigo algo creo que no es suficiente, que tengo mucho más que desear, y voy a por más y nunca consigo lo que quiero. A continuación, me dije ¿ qué quieren ?, es decir, que es lo que quieren de mi, que esperan, por que no se que mas dar para sorprender y satisfacer a las personas que me ayudan, porque parece que cuando consigo algo no es suficiente, sino que aún tengo mucho más que darles, como si lo que he hecho ya no sirviese, y me duele en ocasiones conseguir algo con mucho esfuerzo, y que no lo consideren algo de mucha importancia o esfuerzo, por eso aún sigo esperando respuestas a ¿ qué quieren ? ¿ qué más tengo que dar ?, pues pienso que no tengo que satisfacer a nadie, que soy yo la que me tengo que satisfacer a mi misma y estar contenta con lo que hago, y los demás no pueden decir por mi.
YO SOY YO Y MIS CIRCUNSTANCIAS.

LLAMARSE A UNO MISMO.

Empecé esta experiencia en mi cuarto, tumbada en la cama y mirando al techo. En completo silencio en mi habitación, y me empecé a llamar de distintas formas. En primer lugar empecé a llamarme con serenidad, pronunciando muy bien mi nombre, con mucha calma y tranquilidad. Luego, comencé a llamarme un poco más ansiosa e impaciente, después ya con un poco de malhumor, y ya muy muy cabreada. Al poco, empecé a llamarme otra vez pero con voz cariñosa y tierna. Luego con voz de indignada y decepcionada, luego diciendo mi nombre muy fuerte, y luego muy bajito.

Me podría tirar como 15 minutos llamándome de todos los tonos posibles que existen, hasta que ya fue como que me di cuenta, como que desperté y deje de hacerlo.  Era un tanto extraño estar llamándote a ti mismo y que por eso no había contestación. O eso creía. Pero si, si que la hubo. Cuando de ultimas me llamé, ya cabreada y un poco ida de la cabeza, me contesté: ¿QUÉ?

Fue algo un tanto extraño, ya que llamarse a uno mismo y que al final de tanto darnos la tabarra a nosotros mismos, ya cansada contestase. Me sentí muy rara, era como que mi nombre había perdido todo su sentido y como que yo no sabía qué hacer, hasta que contesté ese: ¿QUÉ?. Después de responder, no dije nada, simplemente seguí tumbada en mi cama, mirando al techo, y pensando en profundidad el por qué pasaba que si yo me llamaba a mí misma, al final, dentro de los minutos que hagan falta, por qué al final me contesté.

Yo creo que es el mismo efecto que tenemos cuando alguien nos llama muchas veces repetidas y ya hartos de oír a esa persona le respondemos bruscamente. Pues yo creo que eso fue fruto de mi mente, que actuó como si fuera alguien quien me llamaba hasta que al final contesté yo.

Cuando terminas de realizar esta experiencia, te sientes un poco raro, porque claro, has estado como quince minutos tú solo en completo silencio llamándote cada segundo por tu nombre hasta que llega un punto en el que te vuelves completamente loca y tienes que responder si o si porque si no te da algo.

Después de estar un rato y contestarme ¿qué? Me paré a pensar y seguí un rato más. Me llamé de otras formas distintas, más exigente, menos.. Bueno de muchas formas distintas, hasta que ya empecé a notar un gran vacío en la habitación y en mí. Me empezaba a sentir rara, como que no tenía sentido lo que estaba haciendo, como que era un poco absurdo, y me empecé a reír. Después seguí llamándome, hasta que antes de perder la cabeza me dije: ¿Qué quieres? Y fue justo ahí cuando no sabía qué responder, no sabía qué decir ni de qué manera, no sabía qué era lo que quería.

Pero lo que sí que sabía y que sentía era un gran vacío en mi nombre y en mi.

Así que por unos minutos me sentía bastante rara.. Me levanté de mi cama, me senté al filo y me quedé pensando en por qué me pasaba eso, pero, bajo mi pesar, no encontré una respuesta. Así que nada, me fui al salón a sentarme en el sofá y ver la tele, pero no podía concentrarme en ver la tele si no en seguir pensando un por qué de esto que me acaba de pasar.

RSS

Fotos

  • Añadir fotos
  • Ver todos

FILOSOFIESTA MÓVIL

Miembros

© 2024   Creado por Fernando López Acosta.   Tecnología de

Emblemas  |  Reportar un problema  |  Términos de servicio