FILOSOFIESTA

HACIA LA FILOSOFÍA DESDE LA DIVERSIÓN Y HACIA LA DIVERSIÓN DESDE LA FILOSOFÍA

Aquí está mi primera experiencia.

1.- Busca un lugar tranquilo y solo (si hay alguien puede pensar que estás mal de la cabeza)
2.-Comienza a llamarte a ti mismo/a
3.- Durante un buen rato, con distintos tonos, con distinta exigencias, con distinta intencionalidad
4.- Más rato todavía
5.- Y si después de un buen rato sientes algo, concluye el experimento respondiedo, tambien en voz alta "¿Qué quieres?"

Y después por supuesto escribe en este foro lo que has sentido, antes, durante y después de la experiencia.

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Respuestas a esta discusión

Esta experiencia me llamó la atención desde un principio y supe que sería una de las que haría, pues además de ser fácil de hacer la habían escogido mis compañeros y eso me motivaba a que no sería la única que la haría. Me parecía de locos esta experiencia debido a que la gente que te viera diría algo como: oh dios, qué haces. Cuando el profesor me la dijo pensé que era una auténtica burrada, y tampoco le encontraba ninguna pero ninguna relación con la asignatura de filosofía. Ha pasado mucho tiempo ya y hoy, daba la casualidad de que había acabado una serie de la MTV que veo siempre después de comer, y me dirigí al baño porque me orinaba. Y mientras orinaba pensé en hacer otra de las experiencias y de repente, pensé que podía aprovechar que estaba sola en la casa y que nadie me tomaría por loca o subnormal y decidí realizar esta experiencia. Empecé a decir mi nombre. Era muy raro me daban ganas de mirar a algun lado como si alguien me llamara. Me hacía gracia. Empecé a decirlo de diferentes maneras, de diferentes tonos, como con cariño, como con enfado, gritando, en voz baja, como contando un secreto…Y de repente oí las voces como lejanas de mis vecinos. Fue entonces cuando caí yo en la cuenta de que mi cuarto de aseo está justo pared con pared con otra de las habitaciones de mis vecinos. Aunque no creía que me hubieran oído (ellos sabrían que era yo porque me conocen) decidí irme a otra habitación más lejana porque me daba una auténtica vergüenza, sinceramente. Me fui a la sala de estar y empecé a gritar mi nombre con más fuerzas porque ya estaba sola. Lo cantaba, lo chillaba, lo decía con asombro, lo decía tristona como si quisiera decirme algo con pena, lo decía como con cansancio insistiendo para que me diera prisa, lo repetía muchas veces como si me quisiera llamar para contarme algo muy fuerte, lo decía como para llamarme la atención, de todas las maneras que se me ocurría. También me tiré un rato preguntando mi nombre como si no me oyese y parecía como si me estuvieran buscando. No parecía que estuviera sola. Cuando llevaba así un rato empecé a decirme a mí misma: (mi nombre), que quieres? Quieres algo? QUE COSA QUIERES YA? De muchas formas, enfadada, suave, gritando, con mucho cariño como si fuera algo bueno, como con cansancio como para que me dieran una respuesta rápida. También incluso empecé a cantar la canción como la letra de una canción que grabó un amigo mío que se titula: Qué es lo que tú quieres. Y empecé a cantar la canción incluyendo mi propio nombre. Resultaba patético, ojalá ese amigo mío nunca se entere de que canté esa canción como una loca de verdad por mi casa sola poniéndole mi nombre, que no tenía nada de sentido. Ya me había acostumbrado a oír mi nombre pronunciado por mí un buen rato y ya no me daba esa sensación que me daba al principio de que como si tuviera que responder al oír una voz llamándome. Cuando estuve así un rato decidí que ya bastaba, que había realizado la experiencia y que ahora podría escribir sobre ella. Y aquí estoy, unos minutos después escribiéndola. Lo cierto es que ahora me está pasando lo que pensé que me iba a pasar. Era una experiencia, sí, pero daría tanto de qué hablar? La verdad no se me ocurre mucho más que decir sobre lo que hice. Después de realizar este trabajo siento que no me ha costado nada realizar la experiencia, no me ha aportado absolutamente nada a mi vida pero ha sido graciosa, es una tontería pero no hace ningún daño hacer tonterías así que…Es más, creo que alguna vez más cuando me aburra y esté en esos momentos que me quedo mirando a la “inopia” lo volveré a hacer, tiene su cierta gracia. 

Antes que nada decir que me negaba a hacer esta pregunta, nadie se puede imaginar a que nivel pero debido a que el profesor de filosofía no ha podido dictar mas experiencias me veo casi en la obligación de terminar todas mis experiencias de este trimestres con esta que yo otra cosa no pero sincera a la hora de criticar la primera. Me pregunto a que tipo de persona se le ocurre llamarse a si mismo como tal retrasado que se aburre y no sabe que hacer con su vida y se pone a repetir su nombre una infinidad de veces. No con eso suficiente resulta que el nombre hay que repetirlo con diferentes entonaciones que esto es ya para apagar e irnos. Total que resumiendo no se porque lo he terminando haciéndola bueno si porque las otras no me convenían por así decirlo. Me puse a buscar en que consistía mas específicamente esta experiencia porque después de todo lo que la había criticado ya me valía ponerme a hacerla en condiciones. Elegir el lugar para hacerlo fue lo más sencillo y a la vez lógico. Porque no iba a ponerme a hacerlo delante de la gente para ver que opina o cual es su reacción y me dijese cual es mi grado di inteligencia en ese momento por lo que me fui a mi cuarto, subí la persiana vaya que me tuviese que tirar después de mi reputación y me senté en la silla que da vueltas para hacerlo un poco mas a meno. Media hora me tire repitiendo mi nombre y la verdad es que en un principio pensé que no sucedería pero sucedió. Tras esa media hora mi nombre me salía por todos lados, todo me recordaba a mi nombre y mira que eso no es tampoco muy difícil. Le encontré un significado a mi nombre no se como explicároslo pero con forme lo vas repitiendo y pensando aunque yo también daba vueltas en la silla me daba la sensación de que no había escuchado mi nombre nunca mas bien porque nunca me llamo a mi misma obviamente. Mucha gente si se dice cosas en voz alta pero yo que eso no tiene punto de comparación con esta experiencia. Sin duda debo decir además que lo mejor fueron las entonaciones que manera de hacer tonto nunca mejor dicho más tonta. Es que cada vez que lo pienso me pregunto como fui capaz de hacerlo pero bueno como lo hice aquí estoy escribiéndolo. A ninguno de mis compañeros de clase le he dicho que he hecho esta experiencia porque para mi ha sido la ultima pero aquello que lo hacían de la primera y me venían a contarme que la iban a hacer esa tarde o algo así les decía prácticamente de todo. No se si al mismo nivel que lo he hecho al principio pero algo por el estilo. Me ha quedado muy claro que esta experiencia no la recomendare porque he llegado a otra conclusión y creo que es bastante importante. Yo lo he hecho independientemente de que sea trabajo de la asignatura como una experiencia para contar pero cuando yo la puedo contar es porque alguien mas lo ha hecho y entonces me ha dado la idea de hacerla. Ahí aparece mi profesor de filosofía que claro no me extraña nada que el haga esto todos los días en su casa cuando se levante y se eche una de sus charlas después de sobre si lo que ha pasado a sido o no real y que le ha pasado ese día después. Espero no hacer más experiencias de este grado de inutilidad mas que hacer algo por ver que pasa  que aunque sea entretenida  ya que te puedes llegar a decir cosas y quien sabe si te ordenas hacer algo tu subconsciente te traiciona y al final terminas haciéndolo eso nadie lo sabe  pero para mi poco sentido del humor vienen realmente mal porque se suponía también que te tendría que resultar gracioso o algo por el estilo para encontrarle a esto algún sentido. 

Bueno cuando mi profesor Fernando nos dio a elegir esta experiencia me quedé diciendo: ¿enserio nos ha mandado realizar esta experiencia? La verdad que no entendía bien porqué nos había mandado realizar esta experiencia que es absurda, o al menos eso pensaba antes de realizarla. Pensé que a mi profesor se le había ido la cabeza porque no se no le encontraba sentido a realizar esta experiencia, además el nos dijo que nos llamásemos a nosotros mismos cuando estuviésemos solos en nuestra habitación o en nuestra casa, pero no solo llamarte a ti mismo normal, sino llamarte a ti mismo con diferentes tonos. Además el decía que llegará un momento en el que puedas incluso responderte a ti mismo y decir ¿Qué?, si a mi también me pareció de locos esta experiencia, pero me resultó interesante el hecho de llamarte a ti mismo sabiendo que no te va a responder nadie sino que o te respondes tu mismo sabiendo que estás haciendo un poco el tonto, porque no te va a responder ni tu madre, ni tu hermano, ni tu padre, ni nadie. Si esta experiencia la realizas con alguien delante o que te estuviese escuchando pensaría que estás loca porque es absurdo llamarte a ti mismo sabiendo que no vas a recibir respuesta porque no puedes, si te estás llamando a ti mismo, es que no vas a decir qué, porque no tiene sentido que te llames a ti mismo y menos que te respondas sabiendo que te estás preguntando a ti mismo, dirías ¿estoy tonta o que? Entonces es como si estuvieses loca o algo porque no, es absurdo llamarte para responderte a ti mismo. Es cierto que en muchas ocasiones cuando estas pensando en algo que hacer o que decir, te hablas a ti mismo por dentro, y te llegas a responder a ti mismo, y luego decides que hacer o que decir, pero es una cosa distinta a llamarte en voz alta muchas veces, decir tu nombre una y otra vez con diferentes tonos. Bueno al llegar de clase a mi casa le conté a mi madre que una de las cosas que tenía que hacer en este trimestre en filosofía eran una serie de preguntas filosóficas, experiencias, y cartas. Antes de ponerme a hacer esta experiencia, le conté a mi madre de que trataba, mi madre se quedó un poco pensativa y diciendo: vaya experiencia más rara. En el momento de realizarla me entró la risa y todo porque en ese momento pensé ¿de verdad voy a hacer esto? ¿de verdad voy ha empezar a decir mi nombre en voz alta, una y otra vez? Pero dije bueno tengo que hacerla y ver que se siente al realizarla, porque claro, tengo que decir que antes de hacerla piensas que vas a hacer el tonto como nunca lo has hecho en tu vida. Pues bueno me encerré en mi cuarto me senté en mi cama y me empecé a reír, y dije para ya y empieza a llamarte a ti misma. Empecé a decir mi nombre en voz alta, luego me levanté y seguí diciendo mi nombre en voz alta, yo no sentía nada por dentro, dije cualquiera que me esté escuchando pensará que estoy loca, pero yo seguí llamándome, y diciéndome por dentro: ¿me responderé? ¿Diré qué? Y seguí, y seguí llamándome, llegó un momento en el que incluso sentí miedo porque pensé que alguien pudiese responder, no se fue una sensación muy rara, porque dije:¿Y si aparece alguien o de repente se escucha una voz como la mía y dice qué? O como si hubiese alguien que me está escuchando y me fuese a responder, pero tenía incluso el pensamiento de que apareciese un yo, es decir, una persona igual que yo y me respondiese, pero dije no puede ser, y dejé de llamarme, y así fue como yo viví esta experiencia.

Yo cuando me veo, tengo una visión de la parte visible de mí, que es la apariencia, que es lo que se puede percibir a través de los sentidos. Yo soy la persona que veo es lo que veo, es decir,  por fuera en realidad visiono lo que aparento, pero no puedo tener una visión de cómo soy por dentro, yo cuando me veo en los espejos, veo que no soy exactamente lo que veo, si no que soy bastante más que la apariencia, por lo que hay entra en escena la esencia de la persona, que es lo que soy, son cosas, experiencias que la gente no puede transmitir a través de los sentidos, es decir, la esencia es más difícil de ver que la apariencia. Mucha gente cuando se ve en el espejo solo piensa en el físico, yo cuando me miro en el espejo, intento buscar, para explicarlo de alguna manera, establecer una conexión entre mi físico y lo mental, es decir, mezclar la apariencia con la esencia, es algo muy raro que no  he  podido lograr al final. Al fin y al cabo soy una persona que posee unos defectos y unas virtudes, respecto a las preguntas que esta experiencia me plantea, pregunta unas cuestionas cuya respuesta es muy difícil de aclarar, porque es algo que no podemos comprobar, depende de la apreciación que cada persona tenga sobre eso, son opiniones. Yo creo que la persona se compone de algo más que de cuerpo, yo creo que el cuerpo no lo es todo, porque la capacidad de razonar, de pensar… hace que tengamos que llegar a la conclusión de que tenemos algo más que músculos, huesos, articulaciones… Esa parte del ser humano es la que diferencia a las personas más que por el físico, esa parte para mí tiene la misma importancia o mayor que el cuerpo físico, que obviamente debe ser cuidado de igual manera que esa parte adicional le llamo yo. Hay otras preguntas que interesan como la de si estamos formados por pensamiento, lo único que tengo que decir sobre esta pregunta es que sin el pensamiento las personas serían bastante incompletas, es decir, nos faltaría algo muy importante, que es lo que nos hace estar seguros de que existimos, es el principio que nos aclara nuestra existencia. Respecto a la captación de características de la persona, cabe destacar que seguro que habrá personas que vean en mi algo bueno o malo que yo no veo y que debo de hacerlo para conocerme mejor a mí mismo, lo que quiero decir es que las personas que me rodean no tienen porque captar lo misma realidad que yo percibo de mi alrededor, que cada persona perciba algo es lo que hace que cada humano sea especial y diferente de los demás, es la gracia que tiene, si  todos lo captáramos igual  no tendría la misma gracia el mundo. Por lo que podría decir que estoy formado de lo que capto y además he añadido las visiones de los demás para formar lo que soy ahora mismo, de alguna forma la gente te dice que ve algo nuevo en ti y te cambia un poco y te modifica hasta que te formas. Por lo que para acabar lo único que quiero decir con esta experiencia es que con buscarnos a nosotros mismos, no quiere decir que nos veamos el físico, porque lo que tenemos que encontrar es esa parte adicional que he mencionado antes, buscar nuestra alma, esa parte mental que va más allá de lo físico y que nos moldea no físicamente, pero sí como personas, es decir, que nuestra forma de ser y de comportarnos está condicionada  por  esta parte, y siempre que estoy solo algún momento, busco perfeccionar y pulir lo máximo que sea posible esta parte del que constituye mi ser. La gente debería darle una mayor importancia a este ámbito que por desgracia para los humanos, está olvidada en detrimento de lo físico.

Bueno esta experiencia, al principio me pareció que no tenía nada que ver con la asignatura de filosofía y que era una locura eso de llamarse a sí mismo. Pero un día me que me encontraba sola en casa decidí hacerla a ver que podría pasar, aunque la verdad es que al principio creía que no podía pasar nada porque era un tontería de experiencia. Así que ahora os contaré que fue lo que pasó el día que me puse a hacerla:
Terminé de desayunar y empecé a andar por toda la casa llamándome. La verdad es que al principio pensé que estaba loca llamándome y pensado que podría pasar algo. Pero a medida que iba pasando el tiempo empecé a sentir una sensación que no sabría como explicar, era como si hubiera una parte de mí que se estuviera buscando, una parte de mí que quisiera responderse a esa pregunta, a esa llamada que yo misma me estaba haciendo. La sensación fue como de miedo por sentir que algo o alguien o quizás yo misma podría responderme y de búsqueda de mí misma, de pensar en mí y por un momento olvidarme de todo y centrarme solamente en mí. Como mi subconsciente me lo pedía comencé a pensar en mí, en todo lo que me rodea y en como me sentía en ese momento. Después de pensar tanto empecé a darme cuenta de cosas, de cosas que llevo un tiempo haciendo mal y que hasta ahora no me había dado cuenta, de cosas que debería hacer mejor de lo que las estoy haciendo, de cosas que hago bien y de como soy, fue un momento de conocimiento de mí misma que nunca me había parado a pensar, porque siempre he pensado que no me hacía falta conocerme un poco más porque ya me conocía lo suficiente.
Creo que ese es un problema que la mayoría de la gente tiene, el pensar que se conoce a sí mismo pero luego en realidad no tiene ni idea de como es. Y en mi opinión mucha de esta gente debería de que pararse a pensar y darse cuenta de que no se conocen todo lo que ellos piensan. Por ejemplo siempre se dice que en ciertas ocasiones actuarías de una forma muy diferente a la que puedes actuar en otras y yo creo que sí en realidad te conoces puedes tener una ligera idea de tu reacción aunque quizás luego no sea la reacción totalmente igual como la habías imaginado. Por otro lado en este ejemplo entra también ese "depende" que decimos todos, ¿y de qué depende? Pues muy sencillo, depende de tu estado de ánimo de ese día, es decir, si estas triste o alegre o enfadado... Depende también de tu estado físico, y eso es muy relativo porque el estado físico de cada persona esta condicionado por diferentes factores, pero el más importante es el factor subjetivo, es decir, la percepción que tú mismo tengas de tu salud, de tu estado físico. En este ámbito encontramos también el estado de bienestar en el que tú te encuentres con la sociedad, es decir, tu aceptación en la misma, tus amigos ... Todo eso condiciona la opinión, la manera de actuar..., pero eso en realidad la manera que tengas de actuar en determinadas situaciones puede que no la podamos conocer hasta que no se dé esta situación. Además como un profesor mí me enseñó, siempre habrá una parte de ti que ni tú mismo podrás llegar a conocer si no tomas la determinada determinación de hacerlo, pero a veces yo creo que somos demasiado vagos o tenemos demasiado miedo a conocernos a nosotros mismos porque puede que no nos guste lo que vemos, lo que somos y tengamos que cambiarnos, y cambiar es demasiado difícil.
Para finalizar, yo recomiendo a todo el mundo esta experiencia porque nunca sabes la reacción que vas a tener, ya que según la persona y su estado de ánimo y los condicionantes que he citado anteriormente pueden salir conclusiones muy diferentes.

Antes de todo lo que queria decir en esta experiencia que la esoty realizando por orgullo, para poder vencerla, porque no me gusta nada, pero lo que es nada, sabía que me iba a ponerd e mal humor, en cambio he realizando una antes, en la  que me ha  causado alegría , pero bueno, ahora ire y le exharé un vistazo al cuadro que esta colgado en el pasillo.La experiencia que voy a relizar, es la siguiente, es la de llmarse a uno mismo. Es una experiencia bastante absurda ya que jamás me llamaría a mi mismo. Pienso que hay que estar enfermo, o tener alguna demencia, para verme solo en una habitación diciendo. Pedro, Pedro, Pedro, Pedro. Que pensarian mis hermanos de mi, o mis padres, me llevarian a urgencias o algo , o por lo menos es lo que yo haria. Cuando me he puesto a llamarme a mi mismo he sentido por dentro una ridiqulez inmensa, porque sabia que esto no tenia sentido, es simplemente para realizar un trabajo de filosofia y subirlo a la red. Pero lo que verdaderamente es cierto es que la estoy haciendo, tenia seis a elegir de las cuales tenia que escoger cuatro, y me quedaba una por hacer y le he preguntado a mi hermano que cual podía coger y me ha respondido que la que mas rabia te dé. A partir de ahora cada vez que este agobiado por los examenes, por el dinero, por muchas cosas o simplemente enfafadado conmigo mismo, me voy a parar en ese cuadro , que al principio estaba ahi colgado en una pared, sin ningun sentido, bueno el sentido de la decoración,voy a pararme a verlo, y observarlo fijamente a ver si se me vienen a la cabeza más recuerdos bonitos.
No me quedaba otra opción que escoger esta , lo que he pensado es que yo puedo vencer a esta experiencia de mierda, estoy sintiendo odio hacia ella, lo que mejor me esya gustando de esta experiencia es que estoy escribiendo lo que siento, aunque si supierais lo que se me esta pasando por la cabeza es exagerado. En mi mente no estaba en coger esta, al revés en el folio donde se encuentran las experiencias, esta estaba tachada, y mira por donde al final estoy escribiendo lo que he sentido al escoger esta experiencia.
Estoy bastante cansado porque no se me ocurre que mas poner en esta experiencia, vuelvo a repetir, que me he sentido estúpido, un ser irracional, una persona que esta enferma, he notado como se me estaba yendo la cabeza. Y nada mas sentir esas sensaciones he dejado de llamarme, nada mas callarme yo, he oído una voz diciendo Pedro !! y me he quedado un poco parado, como diciendo ostias, que estoy volviendo loco. Y luego despues de reaccionar he sabido que era mi madre que me esta llamando.
Me he asustado bastante, lo primero que se me ha venido a la cabeza venga ya, que solo tengo 17 años, no puede ser.
Es una de las razones por las que no me ha gustado hacer esta experiencia, es de las que hecho es la peor, ya que no sabia una introduccion para el esta experiencia , ni un argumento que dar, no tenia ni idea, y bueno mas o menos ya esta casi terminada, gracias a que me puesto a escuchar musica, que me anima un montón, me hace que me motivo. Una cancion buena del Canelita, y se te pasa todo ja ja ja ja ja.Bueno ya a llegado el final de esta horrible experiencia, la he ido leyendo mientras escribía más cosas y en verdad me he reído. Bueno espero que os haya gustado. Me voy a disfrutar de que he terminado.

 

Tras una tarde, en la cual me dedique específicamente a la asignatura de Filosofía, me di de frente con esta experiencia, el llamarme a mí mismo, al encontrarme prácticamente solo y no relucir casi sonido que me llevara a la distracción o ruido alguno me adentré a la aventura que me conllevaría ésta experiencia, en unos primeros momentos me llamé a mí mismo más de un minuto lo que me conllevo a analizar mi nombre (en mi caso mi apodo preferiblemente) detenidamente, lo que me hizo pensar el porqué de llamarme así, de dónde venía este, … aunque no pude encontrar solución a la mayoría de mis dudas continué llamándome para ver que otros aspectos, pensamientos, sentimientos,… me hacía floreces este hecho, llegué a pensar que quien me viera se crearía que estaba loco, cosa que me llevó a pensar que mucha gente no es capaz de llamarse así misma ni de hablar consigo mismo por hechos como miedo a encontrarse, a que le puedan juzgar los demás si desvela estos propósitos como que hace locuras y habla solo… Aunque en otras ocasiones, me había llamado a mí mismo para mejorar mi concentración,  llamarme precedido de un tu puedes, tu eres capaz, tu eres es el mejor, … lo que te lleva a un cierto grado de motivación que te permite concentrarte y llevar a cabo mejor la realización de una tarea, algo que te conlleve dificultad en definitiva, o que por encontrarte en un momento de nerviosismo tu propio yo no consiga tranquilizarse y tengas que recurrir a métodos de motivación y hacerte en la cabeza, es decir, darte a conocer que tu puedes con esto y mucho más. Así de primeras, aunque parezca que pudo causarme una gran impresión y que me gustó, esta experiencia me resultó de primeras algo aburrida pero no obstante de gran importancia para poder localizar mi propio yo. Ya dejando atrás la primera parte de mi experiencia (he dividido esta experiencia en dos partes) la segunda, a diferencia que la primera me conllevó más divertimento pero a la vez menos espiritualidad, importancia, y búsqueda de mi interior, tras reflexionar en la primera parte, en la segunda me dedica a llamarme pero con distintas voces, tonos,… de esta forma imitando a personajes conocidos, a familiares, profesores, amigos y compañeros. Ejemplos que efectué: en primer lugar trate de imitar a mis padres, en cómo me llaman para comer, cuando en ocasiones me despiertan, o por el simple hecho de mostrarme o comentarme cosas; también traté de imitar a mis hermanos, como si me pelease con ellos; tratando de personificar a profesores, que me llaman para una cuestión concreta o me nombran regañándome; amigos, que dicen mi nombre repetidas veces cuando no les hago caso; pero sin duda con la imitación diciendo mi nombre que más disfrute fue con diferencia la de personajes famosos, poniendo sus voces parecían que me llamaban, personajes como la Duquesa de Alba, Terminator, Piqueras, Eduardo Punset, Amador Rivas, y algunos famosos más. Aunque no me lo imaginaba, esta experiencia la recomiendo en gran medida puesto que es una forma de pasar un rato agradable contigo mismo, y de esta forma descubrir que no siempre existe la necesidad  de otras personas (amigos, familia, compañeros, … ) para disfrutar y pasar un buen rato, sino que tu solo, con la única compañía de uno mismo es posible pasar un buen rato de disfrute, risas, con tu yo interior. De ésta forma no quiero dar a entender que debemos aislarnos individualmente, no de ninguna manera, mi intención transmitir la idea de que siempre pasamos momentos en los que estamos solos, pues que no perdamos el tiempo y aprovechemos una pequeña parte de él, por poca que sea (5, 10, 20 minutos como mucho) para pasar un buen rato contigo mismo, en privacidad y de esta forma, yo creo que poco a poco se irá notando una mejora con nosotros mismos y nuestra vida en general. Aunque no sea la función de esta experiencia, puede tener una vertiente, en la cual nos comuniquemos con nosotros mismo, para mejorar nuestro concepto de nosotros mismos y de esta forma aumentar en autoestima. Se trata de una experiencia que recomiendo puesto que es dinámica, por lo menos en mi caso, va de menos a más, de aburrida a divertida, y que nos puede hacer más completos. 

Experiencia del día: llamarte a ti mismo.

Hola para empezar, voy a ver que experimento cuando me llamo a mi misma. Cuando me llamo a mi misma la verdad es que noto un poco raro el decirme mi nombre a mi misma porque es una cosa extraña nunca pensé que me fuera llamar a mi misma, también cuando me llamo a mi misma pienso que es una sensación un poco difícil de explicar ya que tampoco es que pienses nada del otro mundo pero si es verdad que al pronunciar mi nombre puedo pensar que estoy haciendo algo mal ya que es cuando te lo dices a ti misma es la mayoría de los casos, como lo he dicho antes es como si estuviera regañando a mi misma por haber hecho algo mal o simplemente porque lo tendría que haber hecho y no lo he hecho, porque la mayoría de las veces es la gente la que suele llamarte por tu nombre no tu a ti misma y cuando te llama la gente pues sientes que tienes que ir vaya, que te están llamando por algo para que vayas o cosas parecidas. También el tono de voz con el que dices tu nombre cambia mucho las cosas ya que si lo dices con voz enfadada obviamente estas enfada contigo misma como ya he dicho antes pero si lo dices normal vaya un tono de voz normal y corriente pues no tiene nada de raro según el como pienses porque siempre va a quedar un poco raro que te llames a ti misma.

También cuando te llamas a ti misma quiere decir que estas ablando contigo misma si, parece paranoico pero eso quiere decir que tienes la necesidad de contarte cosas ya que, muchas veces las cosas que nos pasan no queremos contárselas a ninguna persona mas ya bien sea, porque no tienes la confianza que necesitas para poder contar esas cosas o simplemente no quieres contárselas a nadie para que no se enteren. Bueno como estaba diciendo antes te puedes contar también las cosas a ti misma para pensar sobre lo que ha pasado y reaccionar sobre ello porque si lo piensas el hablar con una misma ayuda porque es una manera de volver a decir todas las cosas que han pasado sin la necesidad de contárselas a nadie porque en realidad con nosotras mismas tenemos mucha confianza ya que evidentemente somos la misma persona pero es como si se lo estuvieras diciendo a otra persona pero no, simplemente te lo estas repitiendo a ti misma y esta reaccionando de manera diferente ya que lo estas pensando mas detenidamente. En realidad para contarte las cosas a ti misma no tienes la necesidad de llamarte a ti misma en plan oralmente ya que en realidad te lo estas diciendo en la cabeza pero si lo piensas bien te estas llamando de todas maneras ya que aunque no sea oralmente como he dicho antes te lo estas diciendo en tu cabeza y de igual manera te estas enterando igual por que te lo estas diciendo a ti misma.

Bueno pues como yo ya he dicho antes en esta carta yo he querido expresar lo que sentía cada vez que yo pronunciaba mi nombre la verdad es que eso es y para esto yo también e tenido que llamarme a mi misma pero cuando te llamas sin ningún mensaje vaya, que simplemente dices tu nombre y punto pues queda un poco raro la verdad porque si te vas a decir algo a ti misma bueno, pero si es por llamarte sin nada mas pues queda un poco rarillo.

Y si alguna persona leyera esto pensaría que tengo toda la razón del mundo ya que, todo el mundo se ha hablado alguna vez así misma por muy raro que parezca porque los seres humanos tenemos esa necesidad de contarnos las cosas a nosotros mismos.

Llamarse a uno mismo.

Para realizar esta experiencia, he verificado que no había nadie cerca de mi habitación y me he encerrado en mi dormitorio. Una vez he hecho todo esto, he comenzado ha decir mi nombre una y otra vez en distintos tonos de voz para ver si así conseguía ponerme de los nervios y, finalmente responder mi nombre. A pesar de que estuve cinco minutos realizando tal actividad, no conseguí resultado alguno de modo que se me ocurrió la excelente idea de coger mi móvil, poner la grabadora y, comenzar a llamrme. Realicé una grabación de dos minutos llamándome y, posteriormente comencé ha reproducirla. Estuve escuchando mi propia llamada durante seis o siete minutos hasta que por fin, me contesté. Me resultó extraño pero me dije a mí misma: ¡quééééééé quieres!. Y después no dije nada, pero la grabación seguí escuchándose por lo que no pude aguantar más y la corté.

A partir de ese momento, me quedé en silencio pero, si no recuerdo mal, después comencé ha hablarme. Empecé hablando de los que iba ha hacer esa tarde y, después, acabé hablando sola y, de vez en cuando, me respondía. Pensaba que todo esto era de locos.

Esta experiencia me ha hecho reflexionar sobre la paciencia del ser humano. Puede que ésta no sea la finalidad concreta de esta experiencia pero, me he planteado cómo el ser humano puede tener distintos grados de paciencia ya que, dependiendo de la persona que te llame, tienes un grado mayor de paciencia, porque esa persona te cae bien o, porque te ha pillado en un estado de buen humor; o tienes un grado bajo en cuanto a paciencia se refiere, porque esa persona te caiga mal concretamente o, porque te encuentras en un estado de ánimo no apto para aguantar ciertas cosas.

También he pensado que es increíble cómo, una persona que se llama a sí misma, finalmente acaba respondiendo, en la gran mayoría, y puede llegar a establecer incluso una conversación. Ahora que lo pienso, yo me he hablado a mí misma en algunas ocasiones, por ejemplo, cuando tengo mucha prisa y algo me sale mal ralentizándome, comienzo a decir: ¿qué has hecho?, a veces pareces tonta.

Otra conclusión que he alcanzado es que puedo llegar a ser bastante pesada e irritante.
El hecho de llamarse a uno mismo puede ser un símbolo de la necesidad de los seres humanos de escucharse a sí mismo. De vez en cuando es necesario preguntarse a uno mismo ¿qué es lo que creo?, ¿qué es lo que quiero?, ¿a dónde me dirijo?, etc., es decir, debemos revisar nuestro interior, nuestra forma de pensar, nuestro rumbo en la vida, si el camino que hemos tomado es el correcto o es el equivocado. Asimismo, el mundo entero necesita hacerse estas mismas preguntas, debe darse cuenta de los errores que comete y, tratar de enmendarlos. No somos perfectos y, siempre cometeremos algún error, por lo que el hecho de llamarse a unos mismo implica la necesidad y aceptación de que debemos conocernos a nosotros mismos y no conocer al que creemos que somos.

Desafortunadamente no puedo decir nada más sobre este tema ya que, no es algo de lo que se pueda hablar mucho, por lo menos yo no puedo.

Para hablar de esta experiencia necesité que alguien me llame y al responderle no me daba respuesta y así una y otra vez.

Llamarme a mi misma no tiene nada de sentido por que si me llamo  ¿Quién me contesta? .Si llamas a alguien te responde pude ser para decirle algo, para simplemente llamarle la atención, para preguntarte algo o simplemente para dedicarte una sonrisa.

En cambio si te llamas a ti mismo, nadie puede devolverte una respuesta, sin embargo hay veces en la que hablo conmigo misma, que reflexiono con mi subconsciente, cuando rechazo cosas o cuando simplemente planeo otras, por ejemplo esa es una manera de llamarte (en poco sentido). También hay veces que me enfado conmigo misma, me auto regaño por algo que sé que he hecho mal pero me doy cuenta tarde, todas esas cosas podrían ser el llamarte a ti mismo.

Pero con todo esto aún no llego al sentido que tiene, por que no sé diferencias las diferentes situaciones y lo que es verdaderamente llamarte, pensar que eres otra persona fruto de tu imaginación y verte de forma diferente al llamarte al decir ‘Hola Fantasio’ creo que todo es raro por que no sabría hablar conmigo misma aunque a veces hago monólogos conmigo misma en diferentes ocasiones.

Creo que cuando estamos dispuestos a vernos de forma diferente como cuando somos desconocidos, como alguien que te encuentras por la calle y lee tu nombre en algún collar o algo que lleves que te identifique y te llame ¿le responderías? ¿Pasarías completamente de él?

Hay veces que no le encuentro respuestas a algunas cosas y empiezo a hacerme diferentes preguntas algunas veces yo misma dándole vueltas puedo saber las respuestas otra veces tan solo se quedan en simples preguntas retóricas. Creo que de eso se trata cuando no confias en la opinión de los demás quieres encontrar tus respuestas y saber lo que realmente quieres saber.

Puedo mirarme al espejo y llamarme decir mil veces ‘Fantasio’ y al final acabo analizándome, viendo en lo que estoy convertida y en lo que realmente quiero ser, en lo que quiero para mi y en lo que nunca desearía encontrarme en la vida y así muchas mas cuestiones que me planteo cada vez que me veo en el espejo, creo que nos puede ayudar para aclararnos en muchas cosas pero también nos puede confundir y hacernos desviar en lo que nos queremos concentrar, creo que puede ser una experiencia hacerlo pero tampoco centrarnos en hacerlo con bastante frecuencia por que te quedarías sin respuestas y no te darían ganas de volver a hacerlo, creo que es difícil entender algunas cosas, pero nunca dejemos de buscar sus respuestas por que si no valdría de nada el sentido de la filosofía por que como ya sabemos ‘sabiduría’ es lo que siempre debemos anhelar para enfrentarnos a todas las preguntas que nos podramos plantear.

A veces podemos equivocarnos pero para eso está el mundo para hacernos rectificar y volver a reflexionar sobre ellas y por lo tanto no dejemos nunca que una duda deje que no seamos nosotros mismo y dejemos de pensar en ello.

Pues una vez que mi profesor de filosofía me comentó esta experiencia, me puse a realizarla cuando ningunos de mis padres se encontraban en mi casa. Pues bien, cuando comencé pensé que la experiencia era realmente una “tontería” y me veía como un poco retrasado mental con serios problemas, pero si es cierto que tenía interés por saber el resultado final de esta experiencia o prueba. Pues bien, comencé y al principio no sentía nada, me llamaba sin parar de llamarme, seguía y seguía y no encontraba nada. A los minutos descubrí como mi mente sólo tenía un objetivo, solo llamarme de distintas maneras, de distintos modos pero la palabra seguía siendo la misma. Creo que lo que quería decir es que aunque muchas personas no se acepten, uno mismo se tiene que aceptar como es y no cómo lo juzgan las demás personas de alrededor. Pienso que también de alguna manera el cambio de voces, es decir, el llamarse con distintas voces implica comprender que uno mismo debe de ser como sea sin que nadie cambie tu personalidad, tus pensamientos, tus objetivos e ilusiones, porque al fin y al cabo todos nos proponemos y ponemos nuestras metas…. Entonces al llamarse con distinta intencionalidad descubres que estás pensando en ti mismo, no en otras personas que en realidad necesitan ese tiempo que empleas en llamarte para darte cuenta de que eres una persona más que vale en esta vida y que tiene una “determinada determinación” en una vida. Sin duda, llamarse de una manera u otra hace ver también el carácter que tengo, si me llamo más agudo, más grave, más flojo , mas fuerte, si me llamo sonriendo o triste…. El resultado es eficaz porque te das cuenta que de la manera que acabas llamándote más frecuente, eres así. Yo acabé llamándome sonriendo y fuerte, por lo que soy más propenso a la felicidad y euforia. Tengo que decir que esta experiencia la hice el mismo día que el profesor la comento, es decir, el primer día de clase que tuvimos con él, pues me pareció algo bastante gracioso, ya que, está un poco….que digo de poco, demasiado  fuera de lugar porque es algo que jamás se me habría ocurrido hacer y ahora que se me planteaba la oportunidad de practicarlo por qué no experimentar con lo que puedo llegar a sentir al llamarme a mí mismo. En realidad fue interesante y divertido. Antes de llamarme por mi nombre pensaba, que me iba a dar vergüenza al ver que me llamaba por mi nombre..., al empezar, si sentí vergüenza, pero al cabo de 5 minutos sentí algo extraño, como que se creaba una atmosfera en mi alrededor vacía sin sentido, que desconocía por completo, entonces empezaba a sentir sensaciones diferentes y emociones diferentes nunca sentidas en mi vida, estaba como perdido durante unos minutos. Pero después.... pude sentir cosas diferente que ya reconocía y ya sentía familiares y no tenia ese "miedo" que sentía antes de llamar a esa persona que pensaba conocer por completo, YO, pero con esta experiencia he roto ese muro de inseguridad y el miedo de descubrir cosas nuevas por miedo a sentirte perdido en mi mundo ya construido frágilmente durante mi corta vida... me he descubierto mas y abierto mucho mas hacia lo que me enfrente.  Tras unos breves instantes me llame con chulería, como con deje de prepotencia y me cabree bastante. Luego probé con voz de enfado y me dio la sensación de que estaba intentando regañarme por todo lo que había hecho mal hasta ahora fue extraño. Hasta que probé a decir mi nombre serenamente y no se como explicarlo pero acudí, me sentí en armonía conmigo mismo. Es un experimento bastante extraño pero que me ha ayudado a conocerme un poco más. Ha sido muy extraño pero efectivo.

La primera vez que decidí llamarme a mí mismo, estuve intentándolo e intentándolo. Me sentí completamente estúpido, y encima, me respondí con mala gana.
La segunda vez volví a llamarme, y fue en el reparto de tareas domésticas, mientras limpiaba el baño. Estaba enfadado, fuera de mí, había tenido una fuerte discusión con mis padres y encima mi hermano se había metido en medio, como siempre, y la cosa había acabado muy mal, hasta el punto de que me dijeron que si no estaba contento, que me marchara de casa o ellos mismos me echaban. Palabras, palabras…. Bla, bla y más bla. Siempre igual, sé que no lo harán, aunque yo no confiaría tanto en mi suerte, debería andarme con pies de plomo en esos asuntos. Andarse con pies de plomo con lo que comentas a tu propia familia, a los de tu propia sangre. Hasta el momento no creo que exista algo tan triste, en este lado del mundo occidental, donde hemos perdido tanto la comunicación como el rumbo de nuestras vidas.
Retomando a lo que estaba haciendo, estaba limpiando el wáter con la escobilla y empecé a llamarme a mí mismo en voz baja, y entonces me dejé llevar. Estaba en ese momento solo, y empecé a frotar con más fuerza y con más fuerza, haciendo que el agua saltara a borbotones y diciéndome a mí mismo que era un pringado y don nadie (y si me permiten la vulgaridad) un fracasado de mierda. Algo así como: ¿¡Qué quieres, eh, qué quieres!? ¿¡Qué quieres, niñato estúpido!? ¿¡Qué tripa se te ha roto ahora, fracasado de (…)!? ¡Oh, pobrecito! ¡Eres un quejica de (…) un (…) que desperdicia su vida! ¡Eres una marioneta! ¡No eres nada!
Luego me quedé parado, respirando con dificultad, intentando descubrir el porqué de aquella actitud propia de un demente. Y naturalmente, tuve que limpiar ese desaguisado.
Luego, más adelante, y con tranquilidad, no me llamé con palabras. Lo hice con el pensamiento, llamándome desde adentro. Además, había gente en casa, y mi madre cuando está enfadada se le suelta la lengua y me llama “loco desquiciado” por cualquier cosa que haga que “se salga de la norma”, según ella.
Entonces, me di cuenta de una cosa. Durante toda mi vida, he sido en parte, víctima de comentarios y tratos crueles por parte de mi grupo de iguales, desde el colegio. Me las hicieron pasar canutas, y en casa no encontré la comprensión que quizás necesitaba. Con esto quiero decir, para no dar lugar a confusiones, que no hay que demonizar tanto a familia como yo lo hago. Todos en la misma tenemos nuestras razones para estar como estamos, además, de que cada familia es un mundo, y yo he conocido otras mucho peores, casos hasta denunciables. Dentro de las circunstancias, somos una familia de lo más normal. Es cuestión de conocernos, solo eso.
Resumiendo, que he pasado de ser víctima de un entorno que no me comprendía ni me aceptaba, a ser víctima de mi mismo. Y si no fuera así ¿cómo es que, en un ataque de nervios, y siguiendo las recomendaciones del experimento, he llegado a tratarme como aquellos que me acosaban en mi primer colegio? Es más, por si la cosa no fuera de por sí, triste y bizarra, eso se extendía al resto de las relaciones, y mi adolescencia no fue de las mejores, tan siquiera recuerdo haberla vivido como debería. La gente se cree que los que sufrimos el moving escolar somos unos quejicas que no nos sabemos defender, y tienden a culpabilizar a las víctimas, cuando no tienen ni la más remota idea del infierno por el cual hemos pasado. Todo eso queda en el subconsciente, y cuando te vas acercando a la edad adulta lo pasas peor. Y la gente no te entiende, no saben por qué te comportas así, y tienden a alejarse a la misma velocidad a la que te alejas tú. Es un círculo vicioso que no te deja vivir.
Cuando me llamé, me di cuenta que siempre me “he llamado” de la peor forma posible. Me he comportado muy mal conmigo mismo. Pero se acabó.
Estoy cansado de tener miedo. Estoy cansado de cruzarme los brazos, de esconderme, de agachar la mirada y enmudecer. Estoy cansado de vivir con miedo, de temer de mí mismo. Estoy cansado de ser mi propio enemigo.
¡Maldita sea! Si toda esa pandilla de impresentables supieran el daño que hacen, se lo pensarían dos veces antes de aprovecharse y de destrozar la vida de los demás. Porque la depresión por la cual he pasado, no se la deseo ni a mi peor enemigo.
Ahora quiero llamarme con dulzura, con el amor de una madre. Corregirme sin juzgarme con dureza, pero con firmeza. Felicitarme sin ser vanidoso, y mostrarme tal como soy sin tener miedo a lo que puedan pensar de mí, y sin tener miedo de que se aprovechen de mis buenas intenciones.
En el fondo no soy tan mal chico, aún queda algo de bondad dentro de mí. Solo quiero que me comprendan, ser uno más de la clase y sentirme integrado de una vez. Porque estoy cansado de vivir al margen de todos y todo, estoy cansado de vivir al margen de mi propia existencia. Solo quiero tratarme bien, quiero vivir.

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