FILOSOFIESTA

HACIA LA FILOSOFÍA DESDE LA DIVERSIÓN Y HACIA LA DIVERSIÓN DESDE LA FILOSOFÍA

¿Crees que los padres deben intentar hacer oir y tal vez imponer su opinión a la hora de la elección de pareja de sus hijos?

¿Dejarías que tus padres te impusieran una relación?

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Respuestas a esta discusión

En mi opinión sobre que si los padres tienen que dar su opinión o no, evidentemente los padres quieren lo mejor para sus hijos, pero para mí lo que los padres principalmente tendrían que dar primero de todo su opinión, ya que ellos han tenido sus experiencias en el pasado, y saben más o menos o bajo su propia experiencia las consecuencias a las que han llevado esas relaciones y que pueden dar un gran ejemplo asas hijos, aunque ya depende de que ellos quieran seguir sus consejos o por lo contrario vivir esa mala experiencia y después ir a los padres diciendo “teníais razón”, pero lo que yo veo correcto es que los padres vean mal a la pareja de sus hijos y les prohíban salir con ellos, al extremo de no salir de casa o no fiarse nada de ellos cuando salen de casa o van a instituto, eso ya llega a ser una situación de gran control que puede llevar a romper con esa pareja, que es lo que buscan los padres. Tampoco es que me gusten los padres que no hacen ni caso a sus hijos en cuanto ellos le piden consejos o les hablan, me parece que eso dará una muy mala influencia y no se sabe de qué manera puede repercutir este acto de parte de los padres. Se dé casos de gente que no conozco o incluso de gente a la que sí, lo que te descompone el cuerpo la situación, en los que sus hijos no ven otro apoyo que en unos pocos amigos y en sus padres, claro que estos no les hacen caso, y son el principal pilar aunque ellos no quieran, lo que puede pasar es que si esa relación es mala no sepan que hacer y termine muy mal, que es lo más común, como caer en una depresión o caer en algún tipo de vicio ya sean drogas, alcohol o sexo, que no es malo, pero imaginemos que es el caso de un embarazo, y que los padres sigan sin hacer caso, en ese caso de embarazo estas hijas no dirán nada seguramente por inseguridad, hasta que ya sea demasiado tarde (esto ya depende de si están a favor del aborto o no) y seguramente muchos padres ya se vuelvan “locos” y quieran que corten la pareja y dar en adopción o obligar a que estén juntos y criar al nuevo hijo. Pero me estoy desviando del tema, en resumen, los padres lo único que tendrían que hacer es dar sus consejos, sentarse a hablar con sus hijos y contarles lo que les paso, lo que tuvo relación y las consecuencias que esto tuvo, y que claramente podrían pasar. Pero pongámonos en un caso en concreto, el hijo o hija viene con moratones o algún otro síntoma que no sea de buen agrado ni para los padres, ni para el hijo o hija o incluso a alguien de la calle, siempre que llega a casa después de quedar con su pareja, me parecería más correcto que primero los padres se sentaran a hablar con su hijo o hija y le dijera que es lo que le pasa y darle el mayor consejo de dejarlo, pero si en el caso del que el hijo o hija les ha dejado también claro de lo que su novio o novia hace y no son capaces de llegar a la solución o de seguir el consejo de sus padres, estos tendrían ya que intervenir con su solución, ya sea hablando con la pareja o denunciándolo o denunciándola directamente. Por tanto y en resumen, los padres tendrían que dar su opinión sobre las parejas de sus hijos y en el caso de estos estén pasándolo verdaderamente mal y no sean capaces de llevar el consejo o consejos de sus padres adelante ya sí que tendrían que poder su actividad ante el tema.

Este tema es difícil porque según la gente puede pensar una cosa, que sería imponer la opinión y otra que sería no imponerla.

Bajo mi punto de vista yo creo que deben hacerse oír y en algún caso imponer su opinión aunque no esté bien ese hecho pero el amor puede llegar a ser ciego y es cuando se producen las muertes por violencia de género y los maltratos.

Generalmente pienso que los padres deben aceptar la pareja de su hijo o hija como sea aunque a ellos no les guste, o tal vez le pueden dar una opinión como “tu pareja no nos hace mucha gracia”, o cosas así, pero no hasta el punto de, “deja a tu pareja que no nos gusta” pero hay casos como cuando tu pareja puede maltratarte y tus padres te vean con el ojo morado o signos de maltrato entonces creo que los padres deben imponerse a esa pareja y obligar a que la deje y denunciar de inmediato a la policía, porque cuando te hacen cosas como el maltrato, ya sea psicológico o físico algunas personas se creen que es solo porque quieren protegerlas o incluso que eso los haría mejor y hay que ayudarles a que se den cuenta que están siendo maltratados y no es una relación sana.

Incluso los padres podrían llegar a imponerse en el motivo de que ellos hayan visto a la pareja de su hijo o hija con otra persona que no fuese ella, lo que viene a ser, poniéndole los cuernos, entonces si deberían actuar o hablar con su hijo para que hable con su pareja.

Pero por lo demás los padres deben aceptar a la pareja de su hijo, como he dicho anteriormente, porque lo importante es que le guste a tu hijo, se traten bien entre ellos y se lleven bien y es más importante fijarse en el interior que en el físico, o en la raza, sexo, creencias o cualquier cosa material. Los padres se deberían alegrar por sus hijos a la hora de haber encontrado a su pareja mientras ella esté bien y sea feliz.

Se me olvidaba otro motivo por el que creo que deberían actuar los padres y es cuando a su hijo o hija se le ve mal o que se pasa el día llorando, entonces en esa razón también deberían actuar los padres, pero intentando hacer entrar en razón siempre demostrándoselo con hechos y no llegando a imponer la fuerza porque puede actuar el hijo de una forma mala o distinta y pensar que quieren que se separe de su pareja sin ningún motivo.

 Muchas veces creo que falta comunicación de los padres con los hijos sobre las relaciones de estos ya que los hijos les da vergüenza o pueden pensar que no les va a gustar su pareja, si hubiese mas comunicación habría menos maltratos y menos victimas por violencia de género porque se detectarían antes y no se llegaría a ese punto.

Yo cuando tenga hijos, seguramente hablaré con ellos sobre lo que es una relación y que tengan plena confianza en mí para contarme las cosas y así evitar males mayores sean del tipo que sean porque lo que parece una tontería puede convertirse en algo más grande y que sea hasta peligroso para la salud, creo que los adolescentes hacemos cosas sin pensar, y en las relaciones creo que es una de esas cosas, porque no valoramos las relaciones tal y como son, sino que las tenemos por tener, nos guiamos por lo que más tiene la gente, y pensamos que al tener novio o novia vamos a conseguir algo más, y el amor no se elige ni se encuentra, tiene que aparecer solo y seguro que así seria incluso mejor, porque podría llegar a ser amor verdadero y no de un rato, como lo es para más de una persona.

Hay que a darle otro valor al amor y a las relaciones y seguro que a más de uno le irá mejor en la vida en general, porque no vale para nada tener novio o novia por lo llamado “postureo”.

 Los padres tienen por naturaleza un instinto de protección hacia sus hijos que abarca todas las etapas de la vida, y como no podía ser menos, también afecta a la elección de su pareja. Todos quieren para sus hijos lo mejor, y desde luego quieren que sus hijos vivan al lado de una persona adecuada a su condición social, para que de esa manera sean felices. Este instinto de protección ha dado sin embargo muchos quebraderos de cabeza, tanto a los padres como a los hijos.

        Haciendo un poco de historia, habría que analizar el comportamiento de los padres en relación a las parejas de sus hijos en las distintas culturas, y dentro de cada cultura en tiempos distintos. En todas ellas se ha podido apreciar una involución de los padres en mayor o menor medidas, hasta el punto de que había pueblos donde a los hijos se les adjudicaba una pareja por parte de los padres desde que eran muy pequeños, lo que daba lugar a matrimonios mal avenidos, que se entendían como si de un castigo se tratara, aceptando con resignación aquella decisión que era incuestionable.

        Ciñéndonos a nuestra cultura hay que señalar que no ha sido fácil llegar a esta situación de libertad por parte de los hijos para buscar pareja. Actualmente en la cultura occidental en la que nos movemos, hay mucha menor involución de los padres en este tema que en el pasado. Los hijos tienen ahora mucha más libertad para buscar la pareja con la que quieren compartir su vida, y de hecho, se ven parejas formadas por personas de distinta posición social, e incluso parejas formadas por personas de edades distintas, sin que los padres hayan mostrado una oposición frontal a esta decisión

        Bien es cierto que,  como se dijo al principio, los padres deben querer para sus hijos la pareja perfecta, pero sin embargo no intervienen de forma directa en la elección más allá de darles algunos consejos con el fin de evitar fracasos que conocen por la experiencia que les ha dado la vida.

        En este orden de cosas, creo que en la actualidad se trata este tema con bastante sensatez. A los hijos se les da una formación en la niñez, y se crea una base de cultivo, para que cuando sean mayores sean capaces de elegir lo que más les convienen a la hora de buscar pareja. Si esos niños han vivido en el entorno familiar una infancia feliz junto a sus padres y hermanos, si les han inculcado desde pequeños los valores sociales y personales necesarios, cuando ese niño sea adulto tendrá unas ideas muy claras sobre cuál es el futuro que desea para sí.

        Pero esa decisión debe ser exclusivamente suya, sin interferencias de ninguna otra persona, pues solo él puede ser responsable en el futuro de una buena o mala elección, que le va a condicionar para el resto de su vida.

        Eso no quiere decir que los padres no puedan dar un consejo a sus hijos en un momento dado. Además deben hacerlo si perciben que su hijo o hija se ha equivocado gravemente, que puede ocurrir. Pero está claro que esa equivocación no puede estar fundada en una mayor o menor posición social de su pareja, y menos en una mayor o menor posición económica.

        Esta involución solo podría estar justificada si detectan que la pareja de su hijo o hija tiene algún vicio que puede condicionar su estabilidad y su futuro, como por ejemplo la dependencia a drogas, a alcohol, a juegos, etc. En este caso creo que sería obligada la intervención prudente y sensata de los padres, para hacer ver a su hijo o hija que esa pareja no le conviene y que le crearía graves problemas de convivencia. Pero deberían actuar con tacto, empleando el dialogo y la convicción, sin tratar de imponer por la fuerza su propio criterio. Esta conducta seria nefasta y probablemente no daría los frutos deseados, pues lejos de abrir los ojos a sus hijos, crearía un ambiente de crispación en las relaciones de padres e hijos, con resultados contrarios a los deseados.

        Ejemplo de este tipo de situaciones tenemos a los tristemente célebres Romeo y Julieta, por no citar a otros muchos. En este caso pudimos ver como la relación de esta pareja no fue aceptada por los padres de uno y otra por desavenencias entre las familias, lo que dio como resultado un catastrófico final donde se suicidaron ambos al encontrarse impotentes para resolver aquella situación, que además era ajena a ellos.

        Como resumen, cabría mencionar ese dicho popular que dice que en el punto medio está la virtud, de manera que no se pueden llevar las cosas al extremo de la pareja antes mencionada, ni tampoco los padres pueden quedar impasibles ante una decisión tan importante para el futuro de sus hijos como es la de elegir pareja, que les puede condicionar para toda la vida, y que puede afectar al futuro de sus hijos y por añadidura a ellos mismos. Se trata de actuar con cordura y sensatez, teniendo en cuenta que una buena formación para sus hijos en la niñez será determinante a la hora de que estos estén a la altura para  tomar decisiones tan trascendentales.

Por una parte, deben de estar de acuerdo porque van a tener que estar soportándolo toda su vida. Pueden dar su opinión y decirle si les parece bien o mal al hijo. Siempre que sea de buenas maneras, relajados y comprensivos. Tienen que ser sinceros y decir realmente lo que piensan, no decir todo lo malo que se les ocurra para que su hija se quede soltera para toda la vida. Los padres siempre van a ser muy exigentes en este aspecto y nada les va a parecer bien en un principio. Porque esto no les va a llevar a ninguna parte. Algún día su hija se va a casar y va a tener que hacer su propia vida, no se puede evitar, por lo tanto hay que dejar las tonterías aparte.

Por otra parte, la hija es la que va a acompañar en primera persona al otro. Esto lleva a pensar que ella es la que tiene que tomar el papel importante en la decisión. A lo mejor, si fueran sus padres los que eligieran a la pareja, le impondrían a alguien a quien no ama verdaderamente, que no le atrae físicamente, que no le gusta su forma de ser, alguien que le convenga por que sea diferente a ella y le pueda aportar cosas o incluso porque tenga mucho dinero que puede heredar y beneficiarle. Todo esto aunque parezca muy extraño el caso en el que se dé, puede ocurrir. En realidad, es el corazón y el alma quien decide a la persona. A él no se le puede controlar. Simplemente la persona es quien porta y hace que se manifiesten los sentimientos de éste. Por eso, estoy muy en desacuerdo con los matrimonios que son impuestos por los padres, en los que el hijo no tiene posibilidad de elección. Personalmente, yo no podría soportar eso, viviría amargada toda mi vida o pasaría olímpicamente de mi pareja. Esta situación no es justa, pues las personas tenemos derecho a elegir lo que hacer y lo que queremos.

La mejor solución y respuesta a esta pregunta es que es cosa de los dos. Se debe llegar a un punto en el que ambas partes queden contentas y satisfechas. Por mucho que pensemos que los padres no pueden participar en la elección, en cierto modo, necesitamos una opinión fiable. ¿Y quién más fiable que las personas que te han acompañado toda tu vida y te han ayudado a ser lo que eres? Saber que tus padres están contentos y orgullosos de tu elección te hará sentir mejor contigo misma, con fuerza, optimismo y te animará a luchar por lo que quieres. Esto puede hacer que te vuelvas una persona más madura, pues sentirás que ya puedes tomar decisiones correctas que van a ser importantes para un futuro. Y de parte de los padres, también estarán muy contentos por su hija, porque ella cuenta con ellos para las decisiones difíciles y capaces de comprenderla, que no es algo tan fácil. También, nos dará la certeza a partir de entonces que van a estar siempre que los necesites para consultarles algo y te ayudarán a tomar la decisión más apropiada. E incluso estarán ahí para cuando estés harta y necesites descansar de esa persona. Podréis rajar juntos de él sin que se entere. Seguro que les va a dar una satisfacción tremenda y aunque luego te arrepientas de haberlo hecho, quedará como un buen recuerdo. Si resulta que al final no llega a ser la persona acertada, os daréis cuenta de que en realidad, ninguno tuvo razón, lo que evitará discusiones. Así que habrá que empezar de nuevo y al siguiente intento estarán más preparados para afrontar la realidad. Esa vez serán más compasivos tanto por la parte de su hijo como la de la pareja, pues ya tendrán experiencia. Es conveniente que en estas situaciones, los padres piensen en cuando ellos estaban en la situación de la hija. Entonces podrán entenderse.

Este tópico, siempre ha influenciado mucho en el tema de los jóvenes, ya que sus padres al querer lo mejor para ellos siempre les muestran esa autoridad. Esta autoridad muchas veces demuestra ventajas y desventajas hacia nosotros mismos que nos pone en duda muchas veces si nuestros padres nos quieren.

El tema de las relaciones con nuestra pareja y la relación con nuestros padres es un tema muy criticado por adolescentes. ¿Por qué? Porque muchas veces los padres quieren influir en nuestras vidas de un modo que  nosotros nos invaden nuestro territorio y se meten en temas que a ellos no les incumben, porque los temas entre mi pareja y yo, son como bien dice la palabra pareja, cosas de dos no de tres.

Por una parte, ellos intentan lo mejor para sus hijos, porque no quieren que nuestra pareja que puede que sea nuestro compañero para toda la vida, sea una mala influencia para nosotros y nos cambien radicalmente. Pero a veces este cuidado que nos tienen los padres, no tienen que exagerarlo tanto, ya que somos lo bastante maduros como para saber con quién nos juntamos y porque nos juntamos. Ellos no conocerán a mi pareja como la conozco yo y por eso no tienen porque juzgarla. Por la parte positiva del asunto, si está bien porque nosotros muchas veces estamos tan unidos con esa persona que no le vemos ningún fallo ni nada malo, hasta que no llega alguien tan fiel como nuestra propia madre o nuestro propio padre y nos ayuda a que abramos los ojos. En esta ocasión si sería aceptable.

Pero al igual que cuando ellos han elegido a la pareja que tienen actualmente no estábamos  nosotros ahí para decirles si sí o si no, ellos también se tienen que poner en nuestro lugar y pensar que nos podemos sentir agobiados o invadidos por las opiniones de nuestro mayores, que aunque hayan vivido más experiencias que nosotros, no van a conocer a mi pareja mejor que yo, ni sabrán sus cualidades y defectos tan bien como se reconocerlos yo.

En teoría me quería referir a los padres para hacerles saber que en la vida de sus hijos primero mandan ellos mismo y luego los padres. Que está muy bien y es muy compasivo que les ayuden con las relaciones pero hasta un punto controlado en el que se deje la mínima libertad sin que haya alguien entrometido en medio ya sean familiares amigos o conocidos.

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