FILOSOFIESTA

HACIA LA FILOSOFÍA DESDE LA DIVERSIÓN Y HACIA LA DIVERSIÓN DESDE LA FILOSOFÍA

Porque no es lo mismo ver que no ver, porque el mundo que me rodea cambia y yo también, porque se me despiertan las intuiciones, porque me da miedo, porque temo el golpe, porque me asusta el no volver a ver, porque a lo mejor así comprendo, porque las cosas no están donde yo las dejé....

Visitas: 7843

Respuestas a esta discusión

Pues la verdad es que esta experiencia la he hecho muchas veces pero sin darle importancia porque, por ejemplo, la hago cuando me despierto por las noches y tengo que ir a la cocina o algo siempre voy a oscuras y no tengo la necesidad de darle a la luz, además de porque se perfectamente donde están colocadas todas las cosas, para no despertar a los demás.

Yo siempre que he caminado a oscuras por mi casa nunca he tropezado con nada aunque hayas cosas cambiadas de sitio yo siempre he tenido esa facilidad para andar por la oscuridad.
También aunque no sea en mi casa y sea en otro lugar que solo haya estado un rato, además de que siempre que camino a oscuras es porque me despertado para ir a la cocina y voy medio dormida pero aun así nunca me he chocado con nada y siempre se perfectamente donde están los pulsadores de luz y todo lo que puede hacer que me tropiece.

Por ejemplo, cuando se ha ido alguna vez la luz en mi casa nunca he tenido problema aunque cuando se va y te quieres mover de lado de primeras te cuesta un poco pero cuando te acostumbras a andar a oscuras no tienes problema o por lo menos yo. Pero aunque te acostumbres en cuanto vuelve la luz a mi me da alivio.

Cuando me he ido de vacaciones o me he quedado a dormir en casa de alguna amiga aunque sea la primera vez que haya estado allí, tengo muchísima facilidad para andar por la oscuridad sin tropezarme porque me quedo con los lugares donde están las cosas y no tengo problema para andar por allí.

Sin embargo cuando quiero andar pero con los ojos cerrados si que me cuesta muchísimo y además me da agobio necesito ir agarrada a alguien. Por eso muchas veces pienso que si me quedara ciega puff… me tendría que acostumbrar pero solo el pensarlo se me pone el vello de punta, porque pasar de ver todo a tener que imaginarte como pueden ser las cosas tiene que ser muy duro.

Cuando era pequeña con unos 5 o 6 años si me costaba mas moverme en la oscuridad porque siempre me chocaba con todo y tenia que ir encendiendo las luces por donde iba pasando, además de que no me gustaba mucho la oscuridad y siempre que me quería levantar por las noches llevaba una linterna. Pero sin embargo me costaba menos ir con los ojos cerrados y andando porque de pequeña jugaba con mis primas y llevábamos los ojos cerrados siempre o tapados para jugar a la gallinita ciega.
Pero ahora ya no me cuesta nada moverme a oscuras, yo creo que el tropezarte o no depende de si siempre que te levantas o vas a cualquier lado le vas dando a la luz pues tendrás menos facilidad para después moverte en la oscuridad que una persona que esta acostumbrada a andar a oscuras.

Esta experiencia esta bastante bien porque te das cuenta sin saberlo que te puedes mover por muchos sitios en los que tu pensabas que no podrías y no te tropiezas con nada y te da mucha mas seguridad a la hora de levantarte y andar por la oscuridad.
Esta experiencia no es que me guste mucho, porque desde nunca me ha gustado la oscuridad. Me recuerda a la soledad y a esas típicas pesadillas que a menudo he vivido en las que angustiosamente busco la salida tanteando por todas partes. Es una experiencia difícil y por eso me he atrevido a hacerla, para afrontar mi miedo, por así decirlo y poder explicar que sentí al hacerla.
Como lugar para realizarla, elegí el pasillo, mi cuarto y el cuarto de baño, pues son lugares pequeños y sin muchos obstáculos. Comencé por el pasillo, que aunque no es demasiado largo, a mi se me hizo eterno. Cada paso que daba era muy pequeño, como si tuviera miedo de tropezarme con algo aún sabiendo que no hay ningún mueble. Es esa inseguridad al andar a oscuras lo que también temo, nunca sabes que te puede pasar, con que te vas a encontrar o si te vas a chocar. Parece como si estuviera metida dentro de una caja cuadrada, que la toco por todos lados, la inspecciono en busca de alguna rendija, la mas mínima, por donde pueda encontrar algún tipo de luz, pero por mas intentos que haga, no hay salida. De repente, me imaginé que las paredes se estrechaban y mi corazón empezó a latir fuertemente. Es algo verdaderamente angustioso el no poder ver que ocurre a tu alrededor, el no poder experimentar. Todo es negro, oscuridad por todas partes, soledad… Poco a poco mis ojos se acostumbraron a esa temida oscuridad, pero no mucho. Con paso decidido, seguí andando, intentando recordar cada cosa que había por cada lugar que pasaba. Y me di cuenta de que a pesar de estar viviendo en esta casa 16 años, no la conozco tanto como yo esperaba. Intente acordarme que cuadros había en la pared por donde acababa de pasar, y no los recordaba. ¿Como puede ser que después de tantos años y de tanta veces pasando por ese pasillo, nunca me hubiera fijado en los cuadros? Es algo insignificante, sí, pero en la vida nos pasa algo parecido: siempre estamos en nuestro mundo y muchas veces se nos escapan miles de cosas, de detalles que en un principio podrían no tener ningún valor, pero ¿y si llegan a tenerlo algún día?
Mi experiencia continúa. Entré en el cuarto de baño, por un momento sin saber donde estaba. Toqué todo cuanto estaba a mi alcance, y entonces me dije para mí que si que estaba en mi cuarto de baño. Intente llegar hasta la bañera y tocar su fondo sin caerme, cosa que hice sin ninguna dificultad pues esta estancia la conozco mejor. Salí y me fijé en el espejo, o eso creo yo porque no se veía. Esperando ver mi reflejo, la decepción se apoderó de mí. Solo había una superficie negra, sin límites, como si fuese todo llano e infinito. Todo negro y ni una pizca de mi reflejo. Continué y giré hacia mi cuarto. Supuestamente esta estancia es la que mejor conozco de toda la casa, pues es donde paso más horas estudiando o haciendo cualquier otra cosa. Llegué hasta el centro y me paré. La persiana estaba bajada pero si que entraba un pequeño haz de luz por alguna de sus rendijas. Tal fue la alegría que sentí de poder ver aunque fuera ese pequeño rayo de luz, que me sentí más a gusto estando allí. Era como una protección, algo que hacía que no todo fuera oscuridad. En mi habitación si se veían un poco más los muebles y comencé a tocarlo todo, intentando experimentar algo más allá de la vista. Toqué mis fotos, pero no me transmitieron nada, eran superficies lisas, simples. Seguí por mi cama y toque lo blanda que estaba. Parecía como si quisiese que me tumbara encima de ella, y así hice. Decidí terminar mi experiencia tumbada a oscuras en mi cama, reflexionando sobre mis pensamientos, lo que sentía… Muchas veces no le dedicamos tiempo a lo que sentimos y es importante inspeccionar de vez en cuando nuestra mente. Tumbada a oscuras todo es mucho más fácil, no había nada que me distrajera y un estado de paz y tranquilidad me embriagó. Me sentía bien y feliz conmigo misma. No creía que la experiencia que acababa de hacer terminaría de esa forma, pero lo cierto es que me sirvió para tranquilizarme de todas las tensiones de la semana. A pesar de que al principio dije que no me gustaba, he de decir que al final, no me arrepiento de haberla hecho. Para aquellas personas con demasiado estrés, yo les recomendaría que se tumbaran a oscuras y con el simple hecho de estar en silencio a oscuras, la tranquilidad pronto les invadirá.^^
Primeramente tengo que decir que esta experiencia no me gustaba cuando me plantee hacerla. Y es por una razón muy sencilla, a mi no me gusta la oscuridad, de nunca me ha gustado la oscuridad, ni si quiera me quedo solo en mi salón viendo la tele por la noche porque no me gusta después apagar todas las luces yo.
Bueno me decidí hacerla y fue un viernes, cuando volví de la calle y mis padres no estaban. Comencé desde el salón, y fui andado hasta la cocina, después a mi cuarto. No sentí nada, solo como si alguien estuviera detrás de mí todo el rato. Me quede un rato en mi cuarto, sola a oscuras. Y estuve pensando en lo que había hecho en el día. Me alegre mucho al saber que aunque en ese momento estaba sola sin nadie que me pudiera ayudar, fuera había gente que sí que me ayudaba y me alegraba el día.
Salí de mi habitación y me dirigí a la de mi hermano. Allí estuve pensando todos los momentos que había pasado con mi hermano, todas las peleas que habíamos enviado, algunas fuertes y otras tonterías. Me acorde de una foto que tenemos de pequeños y me puse tristecilla. Me di cuenta de que por mucho que yo me peleara con mi hermano, lo quería. Que por más roces que tengamos, somos hermanos y si él me pide algo yo se lo daré, sea lo que sea. Me di cuenta de todo lo que lo necesito a mi lado.
Después de estar un rato en el cuarto de mi hermano camine hacia el cuarto de mis padres. Allí vi todas las imágenes buenas con mis padres, lo bien que me lo paso con ellos (en ocasiones), a todos los lugares que he estado con ellos… vi muchas cosas que me hicieron pensar lo que mis padres me quieren. Pero también vi cuando mis padres me regañan o me castigan. Es verdad que hay situaciones que mis padres no tienen ninguna razón para regañarme. O que no veo bien que me castiguen, por ejemplo, por llegar cinco minutos más tarde de la hora que me pusieron. Pero mira son los padres y hay que hacerles caso no? Es lo que toca. Me vinieron a la cabeza imágines en las que he estado llorando y mis padres me han consolado, o imágines donde ellos me han hecho llorar y después han venido para decirme lo siento. En ese momento me sentí mal. Me sentí como si a veces hubiera hecho que mis padres se sintieran culpables por algo que realmente no lo eran. Me di cuenta de que mis padres lo único que quieren es verme feliz, y verme con un futuro. Que solamente lo que buscan es un buen camino para mí, y que no quieren hacerme daño.
Después de todo esto volví al salón. Es el sitio donde algunas noches estamos toda mi familia comiendo, o viendo la tele, o riéndonos… me sentí muy bien, y se me quitó el miedo. Pensé que como iba a tener miedo en mi casa, no había nadie, y además mis padres y mi hermano me protegían.
Esta experiencia me ha servido mucho. Me han hecho saber que no estoy sola. Que hay gente a mi alrededor que me apoya cuando la necesito. Y de que a mis padres y a mi hermano los tengo al lado mi lado siempre.
En esta experiencia me di cuenta de algo más. Ya ha sido comentado, pero es cierto que es muy difícil ser ciego. No sé cómo se lo pueden apañar. Solo yendo con un bastón que les ayuda a saber si hay algo delante o no, pueden hacer una vida normal. Pues en esta experiencia me sentí mal pensando que no podía ver lo que hay delante mía, si me voy a caer o me voy a chocar con algo. Los ciegos tienen que tener una fuerza de voluntad increíble. Yo creo que me quedo ciega, y pensar que no voy a volver a ver ningún color, no voy a ver a mi padres, no voy a ver a mis amigos… me da miedo. Sería muy duro para mí no poder ver.
Cuando yo apago las luces he intento caminar bajo la oscuridad siempre se me pasan por la cabeza tantísimas cosas que no sé ni por cual empezar a pensar primero puesto que en todas a las vez no puedo pensarlas, eso tiene que ser una por una o si no me haré un jaleo y no sacaré una conclusión exacta de los pensamientos que necesito aclarar.
Lo primero que siento cuando apago la luz o voy caminando en la oscuridad es que tengo alguien a mi lado, alguien que siempre está conmigo y que juega con mi pelo o también siento como si cuando fuera a encender la luz me saliera algún monstruo o un espíritu, o simplemente algo no sé lo que sea y que me va a dar un susto y me va a llevar y me va a raptar y que cuando eso me lleve sé que no voy a volver nunca más…
También siento cuando voy caminando en la oscuridad es un vacío en mi estómago como si no hubiese comido en muchísimos días…
Cuando voy caminando por mi casa a oscuras depende de en qué casa esté si en la de mi madre o en la de mi padre… en la de mi padre estoy tranquila y ando a oscuras por todos lados, se que nunca me voy a chocar con nada porque esa casa me la conozco de memoria , que hasta cuando estoy dormida aparezco en un lugar diferente a la mañana siguiente y nunca tengo ningún moratón , ni un chichón, nada… algo que pueda demostrar que yo me e tropezado y me hecho daño… pero en cambio si la casa de es la de mi madre ahí si tengo miedo de chocarme y si ando a oscuras me meto tortazos y golpes con todos los muebles que hay en la casa.. No se la diferencia que hay de una casa a otra (buena vale la estructura) pero a lo que yo me refiero es porque en una casa (la de mi padre) la cual paso siempre muy poquito tiempo me la conozco como si la casa la hubiese construido yo y en cambio la casa en la que me he criado desde que era una niña chica (la de mi madre) siempre tengo miedo de estar chocándome con las cosas o de que me salga algo, en la casa de mi padre yo no siento como si me fuera a salir algo , al contrario me siento a gusto andando en la oscuridad, descalza y escuchando los sonidos que se escuchan en las otras cosas, los golpes, las risas, la tele , la música… para mí andar por las oscuridad es un placer máximo que siento , porque a mí la oscuridad el no ver nada el dejarte llevar por las cosas que te rodean y que están a tu alrededor es una sensación la cual no cambiaba por nada del mundo pero esa sensación solo la encuentro en la casa de mi padre, yo en la casa de mi madre por mucho que yo quiera ir andando a oscuras el ver esa bruma negra que hay en una parte de la casa no puedo con esas sensación puesto que siento que va a salir algo y que se que como lo vea no voy a quedar en el sitio y que no voy a volver, ya no es por el hecho de que me rapten sino por el hecho de que siento que me va a dar un infarto o algo por el estilo y sé que no voy a volver a pisar esta tierra nunca más.
Para mi estar en un sitio a oscuras es también una diversión donde puedo jugar con mis amigos buscándonos en la oscuridad pero hay ya uno no se para a pensar algo me va a llevar sino que piensas donde se habrán podido meter estos niños que no los encuentro pero la diferencia entre estas dos cosas es que en una estas rodeado de personas con las que te sientes protegido y en cambio si estas tu solo tienes miedo de que nadie te proteja … A mi me encanta andar por la oscuridad pero en la casa de mi padre no en la de mi madre
Vamos allá con mi primera experiencia filosófica, y he decidido que sea la de caminar en la oscuridad. Es una accion que al menos yo he repetido infinidad de veces, pero que a raíz de fórmular la experiencia en clase me he ido parando a pensar.
El caso más común es el de estar una noche, en tu habitación, acostado en tu cama, y de repente entrarte una necesidad impaciente de levantarte a beber un vaso de agua porque tienes muchisima sed o de ir al baño porque lo necesitas. Para no molestar ni mucho menos despertar a tus padres, a tu abuela o a tu hermano te diriges a la cocina o al baño segun el caso sin encender ninguna de las luces de la casa. Evidentemente te conoces tu casa a la perfeccion y llegas al destino sin problemas, en algun caso puedes tropezarte con la esquina de una pared o con algun mueble, pero sin demasiados problemas. Mientras voy caminando por la oscuridad, en este caso, no voy pensando nada, el sueño es mucho para ponerse a pensar a las tres de la mañana, pero si se da ese caso en una casa desconocidad, es decir, en la que no estoy la mayor parte del día, como puede ser la casa de mis abuelos, o de algun familiar si temo hacerte daño al golpearme con algun mueble u objeto, por lo que no tengo otra opción que encender la luz del pasillo aunque moleste o simplemente cojo el móvil y voy reflenjando la luz del celular.
Otra cosa es caminar por la calle, un día de invierno, totalmente nublado, sin ningun rastro de la Luna, y con todas las farolas rotas, las cuales no proyectan luz. Este caso se me presenta cada fin de semana, porque en mi pueblo vivo en una pequeña casa en mitad del campo, todas la noches voy casa de unos amigos para hablar, jugar o ver una pelicula, cualquier cosa, pero cuanod son las una o las dos de la madrugada, cuanod tenog que volver a mi casa, tengo que llegar totalmente a oscuras. Mientras me dirijo a mi domicilio voy pensando en un monton de cosas que no vienen al cuenot pero asi puedo ir entretenido y no rallarme, pero es inevitable pensar que en esta oscuridad tan plena puede ver una persona o un grupo de personas en mitad de esta oscuridad esperando mi paso para hacerme lo que sea, robarme, lincharme o cualquier cosa. También voy pensando en fenomenos paranormales, siempre se me pasa la idea que a la mitad de camino vea alguna luz parpadear o acercandose a mi, sé que es algo imposible que no puede pasar, pero el hecho de no ver nada hace que te sientas más inseguro e intranquilo de lo normal.
Otra cosa que suele empranoiarme mucho cuanod regreso de noche a mi casa son los ruidos, estoy en plena noche de invierno, con el cielo totalmente cubierto, no veo nada y siempre me parece oír ruidos. Ruidos que pueden venir de algun coche, de algun perro o tro animal distinto, de mis propias pisadas, pueden ser alucinaciones mías... infinidad de cosas, que hacen que te sientas asustado, o al meno a mi, la incertidumbre de no saber que hay más allá es verdaderamente inquietante.
En general no me gusta la oscuridad, no me gusta ver las cosas que hay a mi alrededor, si es bien que hay ocasiones que vienod alguna película, o para dormir que la habitación debe estar totalmente a oscuras sin ningun tipo de luminosidad, o incluso estando con tu pareja puede ser excitante, pero casos generales prefieor que haya luz que vea donde piso y que me voy a encontar.
Desde que se propuso esta experiencia en clase, quise hacerla.
Por supuesto, he caminado en la oscuridad en numerosas ocasiones, y lo hago todas las mañanas para ir desde mi habitación al cuarto de baño sin despertar a nadie en la medida de lo posible. Caminar en la oscuridad no es una tarea dura si no piensas en ello. Yo no pienso cuando voy al baño por las mañanas, y además, como no es en la oscuridad total, creo que el caso no vale para la experiencia.
Pero he caminado en la oscuridad en muchas otras ocasiones, y ésas sí que me sirven para la experiencia .Aquí vienen:
Desde que tenía seis años, suelo ir a acampar al campo con mi grupo scout, y solemos hacer juegos por la noche. Sí, y en el campo no suele haber luz alguna más que la de la luna. Recuerdo que cuando era más pequeña lo pasaba mal en ese tipo de juegos, porque no podía ver más allá de unos cuantos metros. No veía el suelo, y me caía constantemente, y miraba fijamente a la oscuridad, intentando avistar si había algo o alguien. La sensación que me invadía era de indefensión ante lo desconocido. También he tenido que ir a tientas y con los ojos tapados o vendados en varias ocasiones. Es una sensación muy desagradable, porque desconoces qué te rodea, desconoces qué peligros te acechan, desconoces qué obstáculos hay en tu camino y puedes tropezarte, chocar, y, en general, hacerte daño. Estás a merced de tu entorno.
También me ha pasado varias veces que, después de haber visto una película de miedo (sobre todo me pasa con los zombis), al volver a mi habitación por la noche en la oscuridad, el miedo me paraliza porque creo que en cualquier momento va a surgir algo o alguien de entre la oscuridad para despedazarme. No sé, a mí me aterroriza verdaderamente. También me aterroriza que mi casa se quede a oscuras. Más de una vez, estando sola, he sido incapaz de llegar al baño sin encender todas las luces de los cuartos que me separan de él. Y luego, al apagarlas para volver, y quedarme a oscuras de nuevo, vuelvo corriendo asustada a mi habitación y cierro la puerta. Es curioso cómo, tan pronto como entras a tu habitación, el miedo se alivia. También es curioso cómo, si al dormir destapado, te asalta cualquier miedo, se pasa en el preciso momento en el que te cubres con la manta. Misterios de la mente humana.
Por último, para tener material nuevo para la experiencia, decidí volver a caminar a oscuras por mi casa. Pero pensé que, como ya conocía mi casa, sería inútil. Entonces se me ocurrió una idea que en su momento me pareció genial: llevarme una silla giratoria, girar en la oscuridad en la habitación más amplia de la casa y caminar a tientas. Luego me arrepentí, tanto yo como mi pulgar del pie derecho. Apagué las luces y el salón se quedó a oscuras. Entonces me senté en la silla y me impulsé. Giré hasta que perdí la conciencia de en qué dirección estaba situada cada cosa, cada mueble. Un poco mareada me levanté. Mi primera reacción fue extender los brazos en busca de algún lugar a donde agarrarme, pero mis dedos sólo tocaron aire. Entonces comencé a agobiarme. Avancé un paso, vacilando. Entonces comencé a pensar en que si algo o alguien intentaba atacarme, yo estaría a su merced completamente, y comencé a estirar los brazos lo más posible. Avancé varios pasos desesperadamente y me golpeé el dedo. Entonces palpé el mueble, y tarde un poco en reconocerlo y ubicarme. A tientas, conseguí encontrar el interruptor, y encender la luz.
De esta experiencia saco la conclusión de que quedarme ciega sería la cosa más horrible que me podría pasar, y que tememos a la oscuridad porque tememos lo desconocido, lo que no podemos ver o comprender.
Yo creo que esta experiencia la realizamos muchas veces y sin ser conscientes de lo que hacemos por lo menos ese es mi caso y lo veo así desde mi punto de vista.
También opino que esta experiencia no la podría hacer en verano por lo menos en mi cuarto porque los días de luna llena mi casa está completamente iluminada.
A mí personalmente hay momentos que me cuesta mucho dormir porque en la mayoría de las veces intento abrir los ojos (aunque cuesta un poco por la necesidad de sueño) y en ocasiones no veo nada todo está completamente oscuro, no se ve ni un simple reflejo pero en otras ocasiones veo una rajita de luz entrar por la puerta e imagino que es mi padre viendo la televisión y a veces incluso esa luz me tranquiliza porque me siento como protegido pero otras veces no te deja dormir.
Me gustaría comentar que en estos últimos días pasó algo extraño pero al principio me asusté un poco.
Veréis el otro día me regalaron mis amigas un bolígrafo de esos que tiene un muñeco que se enciende cuando estás escribiendo y justo ese día lo había estrenado para hacer los deberes y parece ser que el bolígrafo tiene una especie de contacto o algo por el estilo y se pasó toda la noche encendiéndose y apagándose pero lo más curioso es que cuando encendía la luz para ver lo que era el objeto se apagaba corriendo, fue increíble.
Esta experiencia me costó bastante hacerla ya que mis padres no se acuestan hasta las tres de la mañana y la casa no está completamente oscura hasta que ellos se van a dormir y el sueño podía conmigo. También era difícil de hacer si me recorría toda la casa ya que vivo en una casa con muchas escaleras y podía darme un buen golpe pero al final conseguí hacer la experiencia.
Bajar las escaleras como ya os he comentado antes era lo peor tardaba dos minutos en tantear el próximo escalón para apoyar el pie y no estoy exagerando e incluso hay veces que me sentaba en uno y me daba la vuelta y bajaba como los bebés, a gatas pero hacia atrás parecía la niña del exorcista anda que si en ese momento mi familia enciende la luz se pegan un susto muy grande. Una vez que ya he bajado la escalera tanteé mal la distancia y me choqué con el taquillón. Todavía me duele la pierna.
No sabía si girar a la izquierda o a la derecha (si es que tenía bien el sentido de la orientación) y decidí girar a la derecha ya que en la izquierda sólo hay un cuarto de baño y es muy pequeño en cuanto entrara me golpearía con algo. Fui palpando la pared hasta que abrí una puerta, la del salón y no tuve problema porque es bastante amplio y no me di con nada además el salón es lo único de la casa que sé como está organizado.
Sí, me costó encontrar la puerta y una vez allí giré a la izquierda y abrí la puerta de la cocina ahí si que me llevé por delante la mesa de la televisión y después la mesa en la que comemos. Cuando ya terminé de inspeccionar la cocina la última puerta que me quedaba era la de la cochera donde había más escaleras y a parte de asustarme las escaleras (que son muy resbaladizas), me da mucho miedo de encontrarme a alguien ahí abajo si me da miedo bajar de día o con la luz encendida imaginaros a oscuras.
Cuando ya me había dado todos los golpes posibles y recorrido todos los lugares de la casa me volví a mi cuarto y otra vez subiendo a gatas las escaleras y me acosté en mi cama o eso creo a lo mejor con tanta oscuridad me había metido en el otro cuarto pero no acerté.
Para finalizar, me ha encantado hacer esta experiencia porque aunque la mayoría de las veces caminemos a oscuras por la noche yo no lo hubiese hecho de una forma tan detenidamente.
A veces necesitamos saber qué se siente haciendo lo contrario a lo habitual. Una de las experiencias que más me llamaba la atención era la de caminar en la oscuridad, y así lo hice. Ese día me encontraba sola en casa, y eran las 9 de la noche, por lo que apagar todas las luces implicaba que todo estaría a oscuras, ya que ningún rayo de luz entraría por la ventana.
Me aseguré de que todas las persianas de la casa estaban hasta abajo y acto seguido apagué las luces. Me dirigí a mi dormitorio apagando tras de mí la última de las luces.
Todo estaba lógicamente oscuro. La primera sensación fue de inquietud. El no poder ver nada me hacía estar algo inquieta. Aunque sabía dónde estaba y cómo estaba todo distribuido, estar en la oscuridad me producía sensación de amplitud, es decir, parecía como si todo fuese un gran vacío y mi dormitorio fuera infinito.
Comencé a caminar. Pude comprobar cómo la ausencia de luz nos vuelve más torpes. Caminaba lentamente, aún sabiendo por dónde caminaba, iba precavida. En ese momento pensé en las personas que carecen de visión, ya que sus luces llevan mucho tiempo apagadas, e imaginé cómo sería un día en su vida.
Continuaba caminando lentamente, y choqué con varias cosas a mi paso. No veía nada, solo oscuridad. Acto seguido recordé que estaba sola en casa, y una sensación rara me recorrió el cuerpo. Puede llamarse miedo, o quizás solo intranquilidad. Esta sensación provocó que viera cosas en la oscuridad, gracioso, ya que en la oscuridad ves eso, oscuridad. ¿Qué veía? ¿Formas? ¿Personas? Nada, no podía ver nada, o al menos mis ojos no veían nada, mi imaginación es caso aparte.
Continuaba andando por la casa, y creo que estaba en el salón, al lado del sofá. Calculando más o menos debía estar ahí. Estiré la mano para comprobarlo, pero no estaba. Empecé a mover las manos de un lado a otro y al fin, un metro más allá, toqué mi sofá. Comprobado: la oscuridad distorsiona las distancias, o al menos la mía.
Seguía caminando, me sentía bien. Me di cuenta que estaba relajada. Al principio estaba inquieta, pero poco a poco me sentía bien sin ver nada, solo lo que mi mente a veces quería ver.
Me puse a pensar en muchas cosas, me apetecía pensar, creo que incluso me puse melancólica. Estaba bien y seguí caminando.
Cuando no ves nada, ves todo lo que tú quieras ver. Parece difícil de entender pero es todo lo contrario. Conforme iba caminando iba imaginando lo que quería imaginar. Como no hay “nada”, puede haber todo lo que tú quieras. Es como un lienzo en blanco delante de un pintor con un montón de ideas, solo que este lienzo es negro y yo no soy pintora, aunque si tengo un montón de ideas para pintar mi mundo oscuro.
Seguí caminando, y llegué a la cocina, lo sabía porque pude chocar con el frigorífico. Tuve la tentación de coger una coca-cola, pero si lo hacía, rompería la magia que había conseguido crear con solo apagar unas cuantas luces.
Volví sobre mis pasos, y regresé de nuevo a mi dormitorio. Había sido el paseo más corto que había dado nunca, pero a la vez se me hizo eterno. Quizá la oscuridad también altera la percepción de tiempo, o quizá también solo sea a mí.
Una vez en mi dormitorio, encendí la luz. La primera sensación fue una molestia increíble en los ojos después de haber estado tanto rato en la oscuridad. Cuando apagué la luz no me dolieron los ojos, ¿acaso la oscuridad es menos dañina? Depende de para quién.
Recordé todas las sensaciones vividas caminando en la oscuridad, y he de decirlo, me alegro de tener luz en mi vida, aunque de vez en cuando me gustaría pasearme por la oscuridad, para revivir lo vivido ese día.
Bueno, la verdad es que andar por la oscuridad es algo común, al menos para mí. Lo hago tan constantemente…

Cuando es de noche, y sales al baño, para no molestar a nadie. En mi casa no me resulta nada difícil andar “a ciegas” porque me la sé de memoria, es algo como conocerme a mi misma. Es mi casa, y como no podría ser de otro modo la conozco mejor que a la palma de mi mano. Pero la verdad es que si me sacas de mi casa, por ejemplo, si duermo en casa de mis primos, o en un hotel, me resultaría inevitable encender la luz.

Ahora centrémonos en la experiencia, cuando la he realizado (en un lugar que no conocía), me ha producido muchísima inseguridad, y es que todo aquello que no podemos observar nos causa temor, de una manera u otra. Al principio, he necesitado guiarme por las manos, he ido agarrándome a todo aquello que se postraba a mí alrededor. La verdad es que no sé que he tocado realmente hasta que he encendido la luz, podría imaginar que era, pero no saber exactamente el qué. Me he sentido sola, vacía, abandonada… La oscuridad, la verdad me produce cierto temor, suelo rechazarla… me siento desprotegida, y es algo que no soporto. Me gusta tener a la gente a mí alrededor, claro, a aquellas personas que sé que me protegerán pase lo que pase. Porque no estoy acostumbrada a ser mi única protección y la verdad es que llevo muy mal eso de sentirme sola. No lo podré soportar nunca.

Estar a oscuras, me ha hecho concentrarme y fijarme en los sonidos, pero al no haber nada, he escuchado el silencio, que mucha gente considera el grito más fuerte. Me ha ayudado mucho esta experiencia para comprender algunas cosas, y para reflexionar sobre ellas. Hay tantas cosas en las que pensar al cabo de un día, que no las pensamos por el simple hecho de reflexionar, ¿por qué huimos de la reflexión? La verdad, no lo entiendo. Hay muchas cosas que cambiar, y para ello debemos acudir a la reflexión, aunque no sea de manera diaria al menos una vez a la semana, como mínimo.

A cada paso que avanzaba más sentía la necesidad en mi interior de encender la luz, ¿la razón? La desconozco. Era como algo que me gritaba en mi interior que hiciese, pero claro debía continuar con la experiencia, he renunciado a esa “voz interior” y me he sentido mal, para que mentir. La oscuridad produce tantas sensaciones, tantas emociones… no podría definirlo la verdad, sólo sentirlo.

Y por eso invito a todo el mundo a que goce de esta experiencia al igual que he hecho yo. Ha sido muy interesante, puesto que realmente te das cuenta de muchas cosas, que en realidad no sabías. Yo nunca he tenido miedo a la oscuridad hasta que hoy me he visto abandonada, y un poco maltratada por ella. La verdad es que he sufrido un poco interiormente y psíquicamente. Nunca había estado así, porque yo sólo permanezco en la oscuridad cuando duermo, y como se pude comprender mientras duermo no reflexiono y no me siento mal. Simplemente duermo. Tengo la necesidad de volver a repetirla, porque quiero perder esa chispa con la que no hemos congeniado, y a la vez quiero plantearme algunas cosas. Cuando acabe la época de exámenes, la realizaré de nuevo, para comprobar que nuevas sensaciones han rondado por mi cabeza, y cuáles de ellas me han conmovido. Seguramente sean otras muchas más y las asocie un poco con mi vida cotidiana… ¿Por qué he tenido miedo? ¿Existe algo que verdaderamente me aterra? ¿Por qué miedo hoy y cuándo lo hago las demás veces no ocurre? ¿Por qué hoy sí y ayer no? ¿Por qué me he sentido tan abandonada y desprotegida? Ojala pudiera contestarme yo misma, quizás con el tiempo lo comprenderé.
Cuando ando por mi casa a oscuras , ando como si la luz estuviese encendida pero lo malo viene cuando me tropiezo y me caigo y me doy cuenta de que soy la persona más torpe del mundo.
El otro día estaba bastante aburrida y no se me ocurrió otra cosa que apagar la luz y pensar que había alguien en mi casa y que yo no sabía donde estaba.Me invadió una sensación de pánico que no me dejaba ni moverme , estaba bloqueada.Me daba la sensación de que de verdad había alguien en la otra punta de la casa y que incluso escuchaba sus pasos. No sé porque fui corriendo al interruptor , tropezándome y sin ver nada y cuando la luz se encendió sentí una sensación de alivio increíble.
A veces por la noche , cuando me despierto de madrugada y veo todo mi cuarto a oscuras , a veces me obsesiono y creo ver cosas que en realidad no son, e incluso cuando coloco los peluches en la silla , creo que hay alguien ahí y no sé porque enciendo la luz para comprobar que no es verdad. En otros casos , me tapo con la sábana hasta la cabeza y sin ver nada , nosé porqué , quizás pienso que la sábana es un escudo protector y desde ahí debajo no me pueden hacer nada , o quizás simplemente tengo sueño y me tapo para seguir durmiendo , quien sabe.
A veces , cuando se va la luz y me pilla en la ducha me da una sensación de que me caigo impresionante , siento que no sé ni donde estoy y como que estoy perdida . A veces me ilumino con una vela y le da un ambiente genial , aunque también me da miedo. Si la oscuridad me pilla en mitad de la calle , no sé porque siempre miro para atrás( si voy sola) y si voy con gente me agarro de su brazo , porque sinceramente en ocasiones , la oscuridad me da bastante miedo. Tengo mucho peligro en la oscuridad , porque soy capaz de arrasar con todo y caerme y hacerlo todo pedazos , pero sin querer claro . También la sensación de miedo me da una sensación de presión en el pecho , es como si no pudiese respirar bien , pero generalmente , si se va la luz en mi casa , estoy como quien no quiere la cosa, quizás rompo algo pero bien.
Lo malo es si oigo ruidos fuera o por el piso y me obsesiono y pienso que vienen a robar o algo , y si oigo los crujidos de la madera ( por ejemplo por la noche) , de pequeña solía llamar a mi madre y decirle que si había algo o alguien en casa , metido por el conducto del aire acondicionado , porque yo oía ruidos muy raros. Mi madre , como no , se reía y me lo explicaba , pero yo seguía obsesionada toda la noche.
Esta obsesión se me pasó cuando me di cuenta de que lo que había , no iba a cambiar por la noche , porque es imposible.
A veces las personas nos creamos nuestras propias fobias , y nuestros propios miedos , y en realidad son miedos ridículos , aunque nosotros mismos no lo vemos así . Para nosotros es muy razonable tener miedo a ciertas cosas .Quizás si viésemos las cosas con los ojos bien abiertos y con la luz bien encendida , porque la oscuridad a veces nos puede causar dudas , ya que no podemos percibir por los sentidos la realidad , solo nos basamos de nuestra memoria para poder caminar sin tropezarnos , pero en realidad no vemos nada y solo vamos tocando las paredes. Aunque los sentidos en muchas ocasiones son engañosos , en otras ocasiones son fundamentales.Quizás si no hubiese nacido con vista , la oscuridad para mi no supondría ninguna dificultad , pero acostumbrada a caminar con luz , se me haría un poco raro.

La verdad es que a menudo por las mañanas lo hago cada vez que me levato para ir a oscuras por el pasillo a algún sitio, pero apagué la luz de mi cuarto y estuve dando vueltas por mi habitación pero me dio susto y encendí la luz un par de veces. Se siente desconocimiento al no saber lo que es, pero no hay que sentirse uno cobarde por sentirlo y expresarlo así. Al no ver nada, en verdad sentí miedo a lo desconocido aunque en mi interior me dí cuenta que por ese lugar he pasado una y otra vez y que tengo el plano del sitio en mi cabeza grabado desde siempre, pero sentí ese pincho en el corazón que te avisa de que algo te da miedo y no lo controlas.

Diciéndolo de otra manera, te sientes como si caminases en la nada, en la oscuridad, atravesando niebla, eso que nos da tanto terror, como pasar por un túnel que al final no tuviera ninguna luz y corriéramos y corriéramos para alcanzarla.

Nuestros pensamientos se disparan y pensamos en muchas cosas a la vez, quizá en cosas de las que no sabríamos explicarlas con claridad el por qué, pero están ahí y aparecen. Pensamos en lo que perderíamos si andaremos eternamente y sin rumbo por un túnel oscuro y desconocido. No me imagino vagando eternamente por la oscuridad porque me superaría y me entraría una ansiedad para encontrar la salida que no la podría soportar en verdad. La verdad es que se reflexiona mucho durante esta experiencia y verme andar con las manos levantadas usando el tacto para saber lo que nos rodea, es una experiencia muy interesante y graciosa para mí.

Con esta experiencia me he identificado totalmente con mi abuelo que está ciego desde hace muchos años y que no me ha visto nunca. No sé si el verá la oscuridad siempre o si ve tanta claridad que lo ve todo oscuro. A veces lo observo porque es increíble que a su edad pueda saber en que parte de la casa está e ir hacia ella paso a paso y sólo con el tacto pueda identificar cada cosa.

Sin este sentido sería muy complicado salir adelante y yo tengo la certeza que me costaría mucho adaptarme a este tipo de vida en la oscuridad.

A veces cuando me levanto por las mañanas rápido para ir al instituto, en mis ojos aparecen cositas negras que por unos momentos me impiden la claridad. Este fenómeno, me provoca desconcierto ya que al pillarme de improviso y quedarme por un segundo ciega, experimentas que el mismo cuerpo te pide que te tranquilices y relajes, avisándote de que vayas más despacio.

También se puede sacar la conclusión de que durante toda tu vida vives momentos en los que atraviesas un túnel oscuro que crees que no puedes salir, pero al final del camino hay luz y sales del paso. Pero tienes que estar al tanto para que no te vuelva a ocurrir. Yo creo que todo tiene su luz y que tras algo malo hay algo bueno.  De esta experiencia no se me ocurre más para comentar sólo que esta experiencia la hemos vivido todos alguna vez y ha sacado cosas del interior de nosotros que ni algunos saben que tenemos, cosas positivas claro y negativas también porque con el miedo metido dentro del cuerpo a veces reaccionamos de una forma un tanto inusual.

Otra experiencia relacionada es caminar de noche por la calle y no escuchar nada. Aquí al estar al aire libre se experimenta desconocimiento y al caminar bajo las estrellas, una libertad especial. Es también una experiencia que te hace pensar en la suerte que tenemos de no estar solos en el mundo y tener a alguien a nuestro lado de alguna manera siendo nuestra luz y guiándonos en los en que no vemos y cuando nos sentimos desorientados en un camino de oscuridad nos acompañan para llevarnos a la luz.

Todos tenemos miedo a algo,distintas cosas pero en muchas ocasiones,a la que todos hemos he tenido alguna vez miedo ha sido a la oscuridad.Casi todas las personas cuando hemos sido unos niños o niñas,es decir,en nuestra infancia seguro que cuando nos íbamos a dormir poníamos en el enchufe de al lado de nuestra mesita de noche un pequeño pilotillo de luz para que no hubiera una oscuridad absoluta en nuestro cuarto.
En cierto modo por mi parte eso se convirtió en una costumbre porque en realidad no soy de esas que tienen un gran miedo a la oscuridad pero eso sí,no me gusta nada es que no es exactamente lo que se dice miedo,es solo que en muchas ocasiones no gusta,te parece muy incómodo estar a oscuras,sin saber por dónde te diriges,que hay detrás,a tu derecha,a tu izquierda,que puede parecer..uf lo odio.En pocas ocasiones he andado en la oscuridad plena creo que más o menos sentiría lo que he puesto anteriormente y en cierto modo no me he equivocado pero tampoco he hacertado totalmente.Lo voy a explicar a continuación.
Esta experiencia la hice aproximadamente más o menos hace una semana,salí con mis amigas por la tarde a dar un vueltecilla en mi pueblo y volví a mi casa sobre las ocho y media.No era muy tarde pero claro ya en invierno a las siete ya es de noche,total acompañe a sus casas a dos de ellas pero la casa de mi abuela (donde yo dormí aquel día) está bastante a las afueras del pueblo y la verdad es que no es un pueblo de esos grandes y habitados como la Zubia o Churriana por ejemplo,son de esos pequeñitos que están llenos de gente en verano pero solitarios cuando llega el otoño y el invierno….la verdad que con solo andar de noche te impone un poco ya de por sí porque eso de ir por las calles y no haber nadie impone un bastante.Bueno sigo por donde iba,hubo un momento en el que claro tuve que seguir sola,ellas viven por abajo y bueno el camino tampoco era largo,tenía que subir una cuesta y luego girar a la izquierda, empecé a subirla..puf..estaba muy oscuro y no gustaba nada pero lo que más cosilla me daba era el silencio,había un silencio que realmente te incomodaba bastante.MUCHO.A pesar de que no era muy tarde no se oía nada es que parece un pueblo fantasma en serio ni pajarillos cantando,ni niños ni nada de nada,tenía un sensación que no me permitía parar solo ir cada vez más deprisa,caminaba con pasó rápido sin mirar atrás y la verdad no me imaginaba que la maldita cuesta fuera tan grande y encima solo había dos farolas y como son de bajo consumo o algo así no son bombillas blancas eran amarillas y daban un reflejo anaranjado como si hubiera fuego y eso no ayuda,al contrario empeora la situación,me estoy acordando y es que parecía una peli de miedo.Miraba para todos lados menos para atrás no sé porqué pero lo peor es lo que pueda aparecer a tus espaldas porque si alguien viene por el frente es diferente ¡lo ves! Pero atrás no sabes lo que se te viene.En realidad yo sabía que era muy poco probable que viniera alguien detrás de mí,el camino no era largo y la casa de mi abuela estaba cerca pero estaba deseando de llegar ya en serio que agobio.
Total que de esta experiencia he conseguido sacar una gran moraleja: EN LA PRÓXIMA OCASIÓN QUE ME ACOMPAÑE ALGUIEN A MI CASA.Lo digo muy en serio yo no voy sola más hasta la casa de mi abuela y es que yo creo que era miedo,pero no miedo de ese intenso sino en menos potencia por así decirlo pero miedo al fin y al cabo.
Yo pienso que hay diferentes miedos y que debemos intentar superarlos pero también creo que otros por mucho que lo intentes no se pueden vencer.

RSS

Fotos

  • Añadir fotos
  • Ver todos

FILOSOFIESTA MÓVIL

Miembros

© 2024   Creado por Fernando López Acosta.   Tecnología de

Emblemas  |  Reportar un problema  |  Términos de servicio