FILOSOFIESTA

HACIA LA FILOSOFÍA DESDE LA DIVERSIÓN Y HACIA LA DIVERSIÓN DESDE LA FILOSOFÍA

¿Porqué muestra esa emoción? ¿Adónde irá? ¿De dónde vendrá? ¿Dónde vivirá? ¿Será feliz? ¿Habrá amado alguna vez? ¿Porqué viste de esa forma? ¿Cómo se llamará? ¿Y esos dos son amigos? ¿Estarán enamorados en secreto? ¿ël la mira de manera especial? ¿Es envidia? ¿Porqué llora?¿tendría que consolarla? ¿Qué edad tendrá? ¿importa algo? ¿qué espera en la vida? ¿Qué será de ella?¿De alguna forma lo que hacemos no es prejuzgar a las personas consciente o inconscientemente por su aspecto externo, su manera de andar...? ¿Tendremos algo de razón?

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Respuestas a esta discusión

Curiosamente, hace poco tuve el gusto de experimentar esta sensación. A continuación la contare:
El pasado domingo día 11 de Abril, fui a ver uno de los partidos mas importantes de baloncesto que juega mi hermano en su equipo.
El había salido muy temprano, para calentar, pero mi madre y yo nos quedamos algo dormidas, y si queríamos llegar a tiempo, debíamos de coger un autobús. Cuando estaba sentada en la parada comencé sin querer esta experiencia. Comencé a mirar a la gente haciéndome miles de preguntas. Pero no me dio mucho tiempo a pensar porque pronto llego el autobús.
Comencé mi viaje, por supuesto sin saber que estaba comenzando una experiencia filosófica que me iba a servir para la asignatura.
En el autobús se escuchaba la canción de Lady Madrid, de Pereza. Esta canción, es de esas que solo con escucharlas se me pone el vello de punta. Como de costumbre cuando voy en el autobús con mi madre (aunque hace muchísimo tiempo que no iba con ella en autobús) suele pagar ella.
Lo primero que me llamo la atención fue una mujer con unas vestiduras de lo mas pintorescas. Parecía hippie. Llevaba unos pantalones de rayas con colores muy vivos que hacían que desviaras la vista hacia ellos si o si. Eran anchos. Llevaba también una camiseta que le quedaba algo grande. Iba enseñando el hombre, y pensé que debía de tener frio, porque el día estaba nublado, y a las diez de la mañana no suele hacer mucho calor. Comencé a imaginarme su vida: “debe de vivir en una casa okupa, rodeada de hippies como ella por todos sitios, con rastas piojos, y mil bichitos de diferentes especies. Convivirá con personas de todos los países y razas del mundo. Y tendrá dos perros enormes pero pacíficos, siempre sueltos y llenos de pulgas. Y hará pulseras y cosas feas de esas que venden en los puestecitos de la playa”. Pero no. Toda mi historia que había inventado en treinta segundos cuando saco unas llaves de su bolso y las encajo en la cerradura de un bloque de pisos en mitad de Camino de Ronda.
Seguí fijándome pero llego un momento que pasamos muy cerca del centro y era imposible fijarse en una sola persona. Entonces recordé una anécdota que me conto un amigo de cuando era pequeño y venia a granada (porque él es de un pueblo y no solía venir, por lo que no estaba acostumbrado a ver tanta gente junta). Bueno me contó que una de las veces que vino con su abuelo, le sorprendió el enorme numero de personas que pasaban todas juntas, unas al lado de otras pero sin tener nada que ver entre ellas, individuales, o en grupos, o en parejas. Hablando o en silencio. Y tras fascinarse por ese espectáculo de personas, la única explicación que pudo darle a su abuelo fue:
-Abuelo, ¿sabes por qué hay tanta gente en la calle?
-¡ dime! – dijo su abuelo entre risas
- aquí hay tanta gente, porque no encuentran sus casas
Bueno, continua contando parte de lo que vi, ya que fue un trayecto corto que no dio para muchas historias ajenas que inventar.
Vi a un par de hombres de unos sesenta y pico años hablando muy animadamente. Imagine que hablaban del partido del día anterior. Discutirían de los errores que cometieron los jugadores de uno y otro equipo, de los goles marcados, y de los parados. De la actuación del árbitro… pero pronto los perdi de vista ya que claro, el autobús va mas deprisa que ellos.
Vi después a un grupo de chicos y chicas bastante bien vestidos. Imagine que venían de toda la noche de fiesta. En este momento no imagine como seria su historia, si no que comencé a recordar mis historias, mis anécdotas de noches de fiesta… fue la mejor parte del viaje. Más de una vez mire a mi alrededor porque me daba la sensación de que me veían reírme. Pero la única que me miraba era mi madre, que me llamaba porque era la hora de bajarse del autobús.
Esta experiencia ya la he hecho varias veces, pero la verdad que nunca me puesto a pensar en porque lo he hecho, nunca me la han pedido ni tampoco me lo he planteando nunca ha sido concientemente, simplemente lo hacia porque siempre que te montas en un vehículo ya sea coche o autobús hasta que llega a tu destino, el trayecto que recorre siempre es un momento de aburrimiento, un momento en el que no sabes que hacer si leer, escuchar música o como no, mirar a los demás, es una sensación extraña la verdad ya que miras a la gente desde otro punto de vista, desde un punto de vista diferente al que siempre lo has visto, aunque también cuando sucede lo contrario, cuando vas por la calle y ves que la gente te mira desde un autobús, es como otra sensación extraña porque como que te intimida , puesto que sientes como si toda la gente te mirara a ti y tu lo único que haces es girar la cara, o agachar la cabeza y seguir para adelante, quizás por vergüenza o por no saber lo que los demás piensan de ti, si se están riendo de ti o que es lo que pasa, o al menos todo lo descrito es lo que me pasa a mi. Una vez que me monto en el autobús y me suelo sentar en el último asiento en la venta me pongo a pensar y a mirar a la gente y es verdad que me vienen muchas preguntas como ¿ De dónde vendrá? ¿ Dónde vivirá? ¿Cómo será su vida? ¿Tendrá problemas? ¿ Que edad tendrá?. Pero lo primero en lo que me suelo fijar es en el físico, me pregunto porque va así vestido, si me gusta su estilo o no, varias preguntas, que la verdad no se si después de una hora me interesarán pero en ese momento solo por el momento de ir en un autobús de no poder hacer nada durante el trayecto, siempre es ir mirando a la gente e ir criticando desde tu adentros tanto para bueno como para malo a cada persona, algunas personas las veo y me dan envidia por diversos motivos, todo lo extraño de esto es que después cuando llegues a tu destino, coges a la persona con la que has quedado y siempre le cuentas algún cotilleo que haya pasado durante el recorrido, algo que te haya llamado mucho la atención, pero se lo cuentas y ya a las 2 horas no queda nada de todo lo que has pensando en ese autobús pero el problema es que para volver tienes que coger otro y volverá a pasar la misma historia, y así es cada vez que nos montamos en un autobús, y yo especialmente me monto varias veces aunque también depende del día, unos días no me monto ninguna vez y otros días me monto demasiadas veces, pero siempre me suele ocurrir algo parecido a lo que he ido contando. Aunque también hay veces que me monto y miro más a la gente de dentro que a la del exterior, quizás por que el sitio en el que me situó no me deja ver mucho o según me de, porque en los autobuses la verdad que siempre suele a ver muchos , y otras veces me encierro en mi misma, me pongo mi música a todo volumen y suelo pasar de todo. Esta experiencia me ha resultado muy sencilla, porque ya la he practicado varias veces, de echo todas las veces que me montado en un autobús y son bastantes. Quizás suena de bastante cotilla observar una persona y opinar o “criticar” mirándola desde un autobús pero en esos momentos creo que no hay nada mejor que hacer y tampoco lo haces a mal , simplemente lo haces por aburrimiento y no eres conciente de nada ya que después de un rato se te olvida de la cara de esa persona y de todo lo que has pensado respecto a ella.
Esta experiencia es un tanto curiosa. Seguramente, si no hubiera sido por la proposición de Fernando de hacerla, puede que nunca nos la hubiéramos planteado.
Desde pequeños o, desde hace mucho tiempo, hemos viajado en autobús y en coche, cuando viajamos, miramos a las personas, las cosas,…por la ventanilla y seguro que pensamos algo sobre ellos pero, ¿el que? Pensemos. Cuando viajamos, bien sea un viaje largo o simplemente para ir al centro de granada, siempre y cuando lo hagamos en coche, autobús, moto…nos vamos fijando en las personas que van andando por la calle, lo que van haciendo, que llevan, pensamos a donde irán…pero puede que no pensemos que aunque nosotros los vemos a ellos, ellos también nos ven a nosotros si nos miran y si se fijan. Esta es una experiencia curiosa por que aunque nosotros estamos hablando de nuestras experiencias seguro que, a las personas que miramos por la ventanilla también nos miran a nosotros. Si cambiamos pensamos, ¿Qué pensaran de nosotros? Será bueno, malo, me conocerá, no me conocerá,… son muchas cosas las que podemos pensar de una persona y son muchas también las cosas que las demás personas pueden pensar de nosotros.
Cuando vas en el autobús sientes una sensación un poco rara, porque hay veces que las compañías del asiento no son las mas indicadas o porque simplemente no te encuentras a gusto con la gente que va a tu alrededor. Tú intentas no mirar y mirar a través de la ventana pero sientes su mirada clavada en tu nuca. Sientes que te miran y que hablan de ti, ya sea para bien o para mal, lo que pasa es que luego se queda en eso, en impresiones, todo el mundo no es como nos pensamos.
Cuando vas en el coche, se sienten sensaciones muy diferentes, también depende de con la gente que vayas en el coche, a donde, las ganas con las que vayas…todas esas cosas. Si vas con tus padres a ver al tío pepe a Badajoz porque hace mucho tiempo que no lo ves, es posible que no vayas con muchas ganas. Es entonces cuando miras por la ventana para ver si encuentras algo mas interesante que lo que esta sucediendo dentro del coche en el que viajas.
Si vas a la playa con tus amigos en el coche, seguramente que iras con muchas más ganas por lo que te diviertes más y no te molestas en mirar tanto por la ventana. Tal vez, si lo haces, sea para saludar a algún amigo tuyo o simplemente por echar un vistazo.
Cuando vas en el autobús la situación cambia. No es lo mismo viajar solo para hacer un viaje largo que ir con tus compañeros a hacer una excursión, a ir con tus padres o algún familiar porque se te ha roto el coche.
Si vas de excursión o con tus amigas a la playa o a ver a otra amiga que vive lejos seguro que vas con mucha más ilusión que si tuvieras que ir por que el coche se ha averiado. Cuando vas con alegría las cosas se ven de otro color, no te fijas tanto en que pasara al otro lado de la ventanilla, te importa mas la conversación que se este tratando en el lado en el que tu estas.
Con esta experiencia lo que se quiere transmitir es que el mundo se ve de maneras muy diferentes según desde el punto desde donde lo mires, también lo que quiere decir es que las cosas no son tal y como nosotros las vemos si no que detrás de toda una fachada, esta lo que realmente es y es con esa imagen con la que nos debemos de quedar y no con la que nosotros creamos conveniente o nos de la impresión, puesto que todas las cosas no son tal y como nosotros nos creemos que son. Debemos conocer las cosas antes de juzgar.
Personalmente, no me gusta curiosear ni cotillear en nada de los asuntos de las demás personas, pero sin embargo, desde que soy pequeña, siempre que monto en el coche o en el autobús observo a la gente que van dentro de otros vehículos. Es algo que me hace relajarme la mayor parte de las veces. Cuando viajo o me transporto a algún lugar a hacer cualquier gestión y estoy nerviosa por algo, logro evadirme un poco mirando a la gente e imaginándome las vidas de esas personas que van en el interior de los otros coches que circulan a mi alrededor. Es algo muy curioso, pues se ven muchas, muchas, muchísimas cosas; de hecho, si se presta atención, nos podemos llegar a sorprender más de lo que esperamos.
Al igual que dicen que cada casa es un mundo, cada coche, cada autobús, o incluso cada fila de asientos de un bus... también lo es. Hay veces que me gustaría salir del vehículo en el que voy viajando para ir en el coche de al lado, pero no es porque sea un cochazo magnífico, sino porque dentro parece que la gente se lo pasa bien. Unas veces son una familia que canta (es más, a veces ha dado la casualidad que iban cantando la misma canción que yo oía por la radio y daba la impresión de que ellos eran los que cantaban en directo), o un grupo de personas que se ríen porque alguien cuenta algo gracioso... Otras veces se nota como es alguien que discute por el móvil (manos libres), o cuando una pareja se ama y se miran embelesados (acto peligroso en la autovía), o un matrimonio discutiendo, una madre contando historias fantásticas a su hija pequeña que va montada detrás, o un grupo de jóvenes que van dispuestos a salir a tomarse algo...
El observar todo esto me hace darme cuenta de que en el mundo hay millones de personas, millones de vidas con infinitos millones de historias, unas buenas, otras mejores, y otras peores... pero eso sí, realizando esta experiencia me puedo dar cuenta de que no estamos solos, sino que hay mucha gente como nosotros. Es más, contemplar a la inmensa cantidad de personas que viajan y atender lo que hacen, me ha hecho recordar en varias situaciones los momentos que yo viví en un camino, lo cual me hace también ser consciente de que todos tenemos vidas con ocasiones muy similares.
La verdad es que siempre que me fijo en alguien no es por juzgarle así porque sí. Es cierto que saco mis conclusiones dependiendo de una serie de rasgos determinados, como por ejemplo el coche por fuera y lo poco que veo del interior (para ver si es limpio y cuidadoso más o menos), el estilo de la persona (si es hippie, pijo, dejado, rancio, estrafalario...), lo que hace mientras conduce para saber si es responsable (si desatiende la carretera, si se pinta los labios, si fuma con el brazo fuera, o incluso si es muy narciso y no deja de observarse en el espejo), y otras muchas más cosas. Luego continúo imaginando el destino que lleva; puede ir al trabajo, a salir con una amiga, a comprar, a hacer cualquier gestión... Además, otras veces mi imaginación vuela... ¿y si se trata de un chico con aspecto normal y corriente que va a tramar un asesinato?, ¿y si pertenece a algún grupo terrorista y va a poner una bomba para matarnos a todos?, ¿y si es alguno de los cientos de hijos del hombre de los 92 años de África?, ¿y si es la misma persona que logrará enamorarme dentro de algún tiempo?, ¿y si algún día nos conocemos y se hace una persona imprescindible en mi vida?, ¿y si el mundo depende de que sobreviva en ese camino, debido a que si tiene un accidente pone en peligro el mundo porque es quien tiene la solución a todos los problemas e incertidumbres universales?, ¿y si...?... Sí, lo sé, estoy un poco loca, pero creedme, me lo paso estupendamente en el coche cuando me aburro y me relajo cuando estoy nerviosa.
En alguna ocasión he podido sentir empatía con alguien que iba en el autobús (exactamente hacia Motril) y ver como una chica estaba bastante incómoda por el compañero que llevaba al lado. Según la expresión de su cara, el susodicho muchacho debería de tener el estómago algo revuelto. Qué pena por la joven, aún me pregunto si llegó a su destino rubia. En verdad me estaba riendo muchísimo, lo encontré una situación graciosa. Aunque algunas veces también he podido ser testigo de discusiones (la mayoría matrimoniales o de pareja), y me ha dado lástima, ya que he podido llegar a leer los labios y entender cosas muy feas.
Pero bueno, para concluir puedo decir que esta experiencia resulta bastante entretenida cuando vas en el coche y te aburres porque no hay nada que hacer. También sirve para tomarte los atascos desde otro punto de vista ;).
¡Esta experiencia creo que me la he planteado chiquicientas mil veces! Siempre he pensado muchísimas cosas respecto a lo que pensarán los de más de mi en verdad no me importa porque no soy de esas personas que le importa lo que le diga la gente... pero no sé me da esa curiosidad...me pica la curiosidad pensar en lo que se les pasará por las cabezas cuando me vean o no sé.
Una vez estaba esperando la parada del autobús y estaba con el móvil escuchando música como de costumbre. Total que vino una madre y un padre con su hijo (más lindo, era pequeño, unos 5 años o así). Pues el niño se me quedaba mirando y yo a él. Hasta que me preguntó que como me llamaba y empezamos a hablarnos. La madre no sé que pensaría de mi, pero me sonreía y tal, y ahora me sigo encontrando a la madre por el barrio y cada vez que me ve se acuerda de mi. Me suele hacer un gesto con la cara sonriéndome o simplemente saludándome con la cabeza. No sé cuantos años tendrá esa mujer o como será su hijo o no sé pero me gustaría saber la impresión que le daría al hablar con su hijo pequeño de 5 años o así.
Creo que muchas veces hemos estado en el autobús escuchando música o simplemente sin escuchar música esperando a que llegue la parada en la que nos deseamos bajar. Y te has parado a pensar muchas cosas sobre la demás gente que está sentada a tú lado o está más adelante tuya. Las personas que se bajan contigo en la misma parada te sueles preguntar ¿Y éste a donde irá? ¿Irá con alguien que conozco o no? ¿Cómo se llamará? Y así muchas cosas. A veces si te miran sueles pensar: ¿Qué mira este o esta? ¿Tendrá envidia porque valla…? ¿Que pasa es que quiere una foto o qué? No sé muchas preguntas te sueles hacer… pero la mayoría no las puedes responder porque a la gente no la conoces. Hay a veces que voy con mis amigas en el autobús y vemos a algún chico mono o algo y no sé empezamos a mirarle y este pues también. Pero deberá de pensar que le gustamos porque estamos todo el rato mirándolo.
A veces también me quedo mirando a la gente y pensando que como se llamará. A veces les pongo nombres jajaja depende de la cara que tenga. Parece que no pero ¡a veces aciertas¡ es como un juego le vas poniendo a la gente nombres sin que ellos sepan nada de lo que haces, es divertido, ¡pruébalo alguna vez! ¡Si te aburres pues ya sabes lo que hacer!
Hay también muchas veces que vas andando por la calle y se te cruza muchísima gente, gente que quizás te haya visto en otro lugar… y te miran con cara rara diciendo... a esta yo la conozco de algo… Incluso hay personas que se me han parado por la calle y me han preguntado preguntas como estas: ¿Oye te conozco de algo? ¿Nos conocemos? ¿Te acuerdas de mi, soy la amiga o amigo de…? Pero hay a veces que te quedas pensando… te has confundido ¿eh? O también que no se ha confundido y resulta que era esa persona que conociste o no sé cual sitio hace unos cuantos meses… o que simplemente te ha visto más de una vez por la calle, no sé infinitas cosas que nos pueden suceder.
Depende con las pintas que valla la gente te sueles preguntar diferentes cosas: este chico va con ropa de marca ¿Será pijo? ¿Serán sus padres ricos? ¿Tendrán sus padres mucho dinero? ¿Será familia de algún famoso? Si la persona tiene malas pintas sueles pensar: ¿es pobre? ¿Tendrá familia? ¿Tendrá dinero? ¿Tendrá amigos? Y así depende con la persona que sea y las pintas que lleve.
Esta experiencia es bastante común, quiero decir que normalmente, cuando vamos al colegio en bus, cuando vamos en coche a cualquier sitio… muchos de nosotros o incluso me atrevería a decir que todos, nos entretenemos en mirar a través de los cristales del coche y observamos a las personas que pasan. A veces, y ya hablo desde mi punto de vista, es decir lo que me ocurre normalmente a mi, me quedo tan profundamente embobada con algo que pasa fuera y que veo a través del coche que no me doy cuenta de que he llegado ya al sitio al que me dirigía, o que me están llamando, o por ejemplo algo tan simple pero que para mi tiene mucha importancia, no me doy cuenta de que esta sonando en la radio mi canción favorita. Algunas personas creeran que esto es de ser cotillas, pero yo no lo veo asi, ser cotillas seria querer enterarse de todo lo que piensan o hacen las personas pero de querer enterarse simplemente porque piensas que si no lo sabes no puedes estar tranquila, vamos que piensas que si no sabes una cosa te puede quitar el sueño estar pensando que no sabes dicha cosa. Tonterías, los cotilleos no son mas que el producto de la gente que se aburre mucho, y que en cierto modo no tiene vida propia y por eso necesita estar puesto en la vida de los demás y saberlo siempre todo, porque, desde mi punto de vista, las personas que son cotillas no pueden dejar de querer enterarse de las cosas y sentirse como mas satisfechas o satisfechos con ellos mismo si se creen que lo saben todo…porque es como “ Oh lo se todo, que importante soy”. Pero bueno dejando el tema de los cotilleos que me he desviado un poco vuelvo a la experiencia que se me presenta. Muchas veces, la mayoría de las veces mejor dicho, cuando me pongo a mirar a través de los cristales del coche o del autobús y veo pasar a la gente, a veces me imagino que piensan, que hacen, a donde van… o por ejemplo si las veo correr o ir mas rápido de lo normal, me pregunto si por algún caso es que llevan prisa porque llegan tarde a una cita, si llegan tarde a una entrevista de trabajo o simplemente que desean llegar los primeros a algún sitio. También pienso si esas personas a las que veo, si estarán casadas, o si son felices…nose que si tienen una vida plenamente feliz o si alguna vez ha sido plenamente feliz. Por ejemplo, a veces, si veo a dos personas pienso en si serán o no pareja, si se querrán, si en el caso de que sean pareja son felices o d son unos desgraciados por estar juntos, solo que tienes que estarlo por alguna circunstancia de la vida… No se pero me pregunto muchísimas cosas, también me ha pasado alguna vez que he visto a una pareja muy enamorada o al menos era lo que parecía y me daba como cierta envidia…pero MUY de la buena eh! Y también me pregunto la edad que tendrá la persona que veo, y por ejemplo el otro día iba en el autobús de camino hacia el instituto y vi a una mujer muy bien vestida, y muy guapa pero que sin embargo tendría unos 50 años o mas y estaba la mujer casi mas joven y mas guapa que muchas mujeres de 30 años! Y me parecía muy curioso y me llamo la atención.
Pero a veces cuando soy yo la que va andando por la calle y pasan los coches, motos, autobuses… pienso también en si me estarán observando a mi de la misma manera en que yo lo hago a veces. Y en verdad me resulta un poco raro pensar que puede haber gente que al verme puede estar imaginando como soy, quien soy…
Este gesto, aunque casi nunca le demos importancia, es algo que todos hemos hecho en más de una ocasión. La verdad es que cuando yo lo he hecho no sabría decir que es lo que pensaba, pero ahora analizándolo más a fondo, creo que lo que se me pasaba por la cabeza al ver la cara de las personas era imaginar que es lo que pensarán, que problemas tendrán, etc. Intento mediante la observación tratar de analizar los gestos y expresiones de sus caras, ver los significados, pero que complejo es, hay caras alegres, tristes, distraídas, etc. Para no tener dudas, voy a realizar la experiencia otra vez, pero en esta ocasión voy a ir tomando nota de todo aquello que me parezca interesante.
El primer punto de observación lo realizo en la parada del autobús, hay cuatro personas, dos de ellas parece que se conocen porque hablan de sus cosas que sin poder evitarlo pasan a ser también mis cosas ya que sin querer presto atención a la conversación aunque hay momentos en los que pierdo el hilo ya que esta está basada en los sucesos que les ocurrieron el día anterior y yo desconozco tanto a las personas como los hechos relacionados. Analizo a las otras dos personas de la parada, una señora de mediana edad y una chica joven, quizás estudiante, con unos auriculares puestos en los oídos, la señora está como nerviosa, continuamente moviéndose, como impaciente, mirando a un lado y otro de la calle como si buscara algo (imagino que el autobús), aunque de vez en cuando desvía la mirada sobre todo al pasar cerca nuestro alguna persona, quizás analizándolos también, lo que me da a pensar que tiene prisa. La chica joven al contrario está tranquila, apenas se mueve, tiene la mirada como más perdida, como si estuviera concentrada en lo que está escuchando a través de los auriculares e ignorando lo que ocurre a su alrededor. ¡Por fin! Llega el autobús, es curioso pero los cinco clavamos la mirada en él y permanecemos atentos a todos sus movimientos como si fuéramos los que estamos dirigiendo el autobús, curiosamente y por un efecto inconsciente y mecánico nos dirigimos hacia la puerta para acceder a su interior, al subirme en él busco rápidamente la parte trasera para intentar tener así una mejor vista de todo, pero algo a debido distraerme porque el autobús ya ha recorrido parte del trayecto y no me he dado ni cuenta, intento retomar mi experiencia concentrándome e ella, observo por la ventana a las personas de la calle, pero todo pasa tan deprisa que apenas tengo tiempo de observarlas, tan sólo un poco cuando se detiene para recoger o dejar viajeros, viendo que mirando por la ventana no consigo sacar el fruto que esperaba a mi experiencia, decido analizar a las personas del interior, veo que la mayoría van como distraídos, pensando en sus cosas, la señora inquieta de la parada ahora parece adormilada, incluso balancea la cabeza con el movimiento.
El momento final de mi experiencia no ha sido menos extraño que el resto, ya que cuando me baje del autobús, llevaba la sensación de que no había realizado la experiencia, por más que leía y releía mis notas, estas me parecían muy raras, casi confusas, como escritas en chino, y a pesar de ser uno de los ejercicios que realizamos con más frecuencia, aunque sea inconscientemente, a mí me ha resultado muy difícil realizarlo, de ahí que mis conclusiones ahora me parezcan un poco confusas, aunque me he remitido a tratar de razonar las anotaciones que he hecho en el ejercicio
La conclusión a la que he llegado es que si de por sí ya es difícil analizar los gestos y expresiones de las personas más difícil o incluso imposible es saber lo que pueden ir pensando. También me ha servido para ver que ¡se ve cada cosa por ahí!
Pues la verdad es que esta experiencia es algo normal creo yo, porque cuando vamos en el coche o por lo menos cuando yo voy en el coche suelo ir mirando por la ventana y escuchando música, aunque la verdad tampoco me suelo fijar mucho en la gente, por eso decidí hacer esta experiencia para ver que podía pasar o que quería hacer ver esta experiencia.

Para realizar esta experiencia elegí un domingo que iba a coger el coche para ir a un pueblo, por eso me senté en el asiento trasero, me puse mi mp4 para ir escuchando música y me fui fijando en cada persona que íbamos pasando.
La verdad es que con esta experiencia te das cuenta de los diferentes gustos de cada persona vistiendo, como van cada uno y muchas cosa más.

Bueno pues al principio no me gusto nada esta experiencia porque la verdad es que no veía la necesidad de mirar a la gente porque tampoco es que me interesara mucho, pero cuando llevaba uno poco mas de tiempo me empecé a dar cuenta de que las personas vamos con mucha prisa a todos lados. La verdad es que a la mayoría de las personas que vi iban todas bastante deprisa, como si llegaran tarde a trabajar o a cualquier otro sitio y eso que era domingo. La mayoría cruzaban los pasos de peatones en rojo casi sin mirar y continuaban rápidamente andando.

Según la zona por la que fuera veía gente de diferentes edades, por ejemplo, cuando estaba cerca de un parque la mayoría de las personas que había allí eran parejas con sus hijos pequeños y personas mayores que iban paseando tranquilamente y es mas de todas las personas que vi eran ellos los únicos que mas tranquilos iban, será porque ellos ya no tienen muchas preocupaciones pues ya están jubilados o porque son los que mejor saben disfrutar de la vida después de todo lo que ya han pasado.
La verdad es que cuando me di cuenta estaba analizando a cada persona, o lo que hacia cada uno…

Por otro lado había gente que iba hablando con su teléfono móvil o paseando a sus perros…

Cuando llegue al pueblo la gente era como de otro mundo pues iban paseando tranquilamente o se paraban a hablar con otra gente, se respiraba como otro aire.
Yo lo que pienso es que la diferencia de este comportamiento es que cada uno se toma su vida con una filosofía distinta, pues aunque cada uno tiene una vida completamente diferente a la de otras personas, creo que por un momento deberíamos reflexionar y tomarnos un día tranquilamente, porque el estrés que podemos llegar a acumular las personas, no nos deja disfrutar del día a día y vivir el momento aplicándonos el ‘carpe diem’ pues deberíamos darnos también unos momentos de relax pues con el estrés diario que llegamos a tener es necesario de vez en cuando tomarnos un día para nosotros.

Esta experiencia me ha hecho ver que tenemos que disfrutar de la vida mucho mas de lo que lo hacemos, que hay muchas personas que tienen también problemas y debemos de pensar que pueden estar peor que nosotros o igual y que no debemos preocuparnos tanto por algunas cosas que después pasan y no era para tanto como nosotros nos lo había pensado.

También después de todo me di cuenta de que estuvo bien hacer la experiencia aunque al principio no le veía el sentido pero luego me di cuenta de que esta experiencia tenia como fin, o por lo menos eso creo yo, que podamos fijarnos en eso, en como son las personas, y todo lo que puede hacernos ver que no somos tan diferentes unos a otros como parece.

En definitiva, que con esta experiencia me he dado cuenta de muchas cosas.
Infinidad de veces me he puesto a observar a la gente pasar mientras me desplazaba en autobús o en coche. Aunque creo que la experiencia es mucho más enriquecedora si en vez de moverte en un vehiculo permaneces sentado en un banco, en un lugar donde exista un alto transito de personas que van de un lado a otro.
Es entonces cuando, a veces de una forma más inconsciente, empiezo a captar la energía que transmiten las personas, y es algo que nos sucede a todos. Normalmente, aunque no tengamos la intención de percibir los estímulos del exterior, estamos emitiendo y captando percepciones y sensaciones, es entonces cuando estamos transmitiendo e intercambiando energía.
Una sonrisa, una mirada profunda, los movimientos del cuerpo y especialmente de las manos, como viste y como calza, su forma de andar... también, por la calidad de su energía, puedo llegar a percibir si esta triste, si esta feliz… pero algo que no suelo hacer muy a menudo, quizás porque me parece un poco absurdo, es imaginar como se llama esa persona que pasea por la calle, ni tampoco imagino que le cuenta al de al lado, puesto que no lo sé. Solo percibo y juzgo por la energía que emite, y que yo percibo. Y, a pesar de lo que digan ciertas personas sobre la forma de juzgar a la gente, y de que primero hay que conocer a una persona antes de juzgarla, a mi me parece que estaría bien que nos prejuzgáramos de forma bastante razonada unos a otros. Incluso aquellas personas que afirman no juzgar a alguien antes de conocerle, lo hacen; puesto que es un instinto natural e incontrolable que posee cualquier animal, y también el ser humano. Inconscientemente interpretamos la energía emitida por los demás y, además, nosotros también desprendemos energía y dejamos nuestro rastro.
Desde mi punto de vista, la capacidad de recibir la energía que transmiten los demás, es, sin duda, un sexto sentido.
Cuando me paro a ver a la gente pasar me fijo en sus pequeños matices de expresión, y si están hablando, la forma en que gesticulan, su forma de expresarse…
No suelo equivocarme. Hace poco me propuse juzgar a las personas solamente una vez las hubiera conocido más a fondo. Pero solo después de comparar la persona que yo imaginaba al echarle una ojeada, con la persona que conocería después mas a fondo, suelo notar una similitud bastante grande, y, en ciertos casos diría que una similitud casi exacta. Rara vez me he equivocado, por eso, creo que suelo acertar en un 95%.
Cuando veo pasar por la calle a un niño pienso, ese es un chorizo. Y es que se le ve en la cara, como me van a decir a mí que ese tío no es un chorizo. Constantemente juzgo a las personas por la energía que transmiten, y si tengo la oportunidad de conocer al tío que yo pensaba que era un chorizo, normalmente corroboro que era un chorizo. Y podemos llegar a plantearnos muchas cosas cuando observamos a la gente pasar cerca de nosotros. Personalmente, he llegado a ser consciente de que probablemente a muchas de las personas que veo de una pasada no las vuelva a ver nunca; alguna vez me cuestioné también si sería compatible con ciertas personas que me encuentro por la calle, pero que no he llegado a tener la oportunidad de conocer, y nunca lo sabré.
Estoy convencido de que esto de juzgar a las personas por el nivel de su energía no se trata de ninguna tontería y nos puede evitar más que un disgusto, al igual que nos puede servir de orientación para situarnos y saber más o menos, para donde tirar. También creo que como cualquier otra facultad o capacidad, podemos desarrollarla y ponerla en forma, para tener una idea aproximada de lo que hay a nuestro alrededor, y adonde queremos movernos. Para concluir, me gustaría resaltar que siempre tomo estas ideas como aproximación y no de forma determinante.
Esta experiencia no me resulta muy difícil hacerla, ya que todos los días me subo en el autobús para ir al colegio.
Es cierto, cuando nos montamos en un coche o un autobús miras a la gente que esta fuera o a la que está dentro, como me ocurre a mi cuando me monto en el autobús.
Son muchas veces las que me monto y las que me montare a lo largo del curso…Y ahora que lo pienso, es verdad que muchas veces, o la mayoría, me fijo en una o varias personas…Creo que lo hacemos inconscientemente, sin darnos cuenta, nos sale solo…
Hubo por ejemplo un día, de esos nublados, lluviosos, era un día muy feo.
Recuerdo que eran las siete y media de la mañana, hacía frio (era mediados de noviembre) y llegó una mujer mayor a la parada. No se podía sentar, ya que estaba el banco ocupado, una parte por mi. Yo, sin pensarlo dos veces me levanté y le decí mi parte.
L a mujer muy amable me dio las gracias y yo me sentí muy bien al haber hecho algo bueno en el día.
Aquí empezó mi momento de reflexión.
Empecé a pensar… ¿Qué edad tendrá esta señora?, ¿Seguirá casada, o será viuda?, ¿Habrá pasado malos momentos durante su vida?, ¿Será feliz?...
Pero la primera pregunta que se me vino a la cabeza fue: ¿Dónde irá esta mujer tan temprano?
Sí, me salió la vena cotilla.
Pero pronto se me fue la curiosidad de esta mujer al ver a un niño pequeño con su madre.
Me encantan los niños, asi que me quedé mirándolo bastante rato…
Se le veía muy feliz, como si no tuviera ninguna preocupación, solo pensando en sus amiguitos para jugar en el cole.
Pero sin embargo, la madre se veía mas preocupada, como si llevara buya…Estaba deseando que llegara el autobús.
Me imagine que llegaría tarde al trabajo y que aun tenia que llevar a su hijo al colegio.
Me preguntaba si es que a lo mejor era separada, o madre soltera…No sé, era una de esas veces en lo que piensas cosas incoherentes de los demás.
Pasado un rato, deje de imaginar y pensar cosas sobre los demás…Al rato llegó el autobús.
Al subirme, en la primera fila de asientos había dos mujeres de mediana edad, supuse que irían a trabajar al centro…Quizás de secretarias, limpiadoras, dependientas…Miles de trabajos que podrían realizar.
Cuando iba entrando más al fondo del autobús, vi a un grupo de jóvenes que supuse irían al colegio, como la mayoría de los chic@s que se montan en el bus a estas horas tan tempranas.
Cuando vi un asiento libre fui a sentarme. A mi lado había una chica joven, de unos 21 años, me imaginé.
Era bastante guapa, así que supuse que tendría novio (puestos a imaginar…).Llevaba un pantalón vaquero, una camisa de rayas y una chaqueta gris marengo… Me fijé mucho en su forma de vestir, me gustaba mucho.
Vi que llevaba una carpeta bastante grande, con un montón de folios. Me imaginé que sería una chica universitaria…Quizás empezando la carrera o a lo mejor este sería su último año.
Parecía muy pensativa… ¿Habría pasado una mala noche? O…¿Habría tenido algún problema el día anterior?. No sé, a lo mejor parecía pensativa porque iba escuchando música (lo deduje al ver los cascos en sus oídos).
Con los pensamientos durante todo el camino, no me di cuenta de que casi llegaba a mi parada.
Al bajarme, había mucha gente y pensé… A lo mejor ahora mismo ellos estarán pensando algo de mi… O a lo mejor están tan preocupados con sus problemas que no se fijan en los demás.
Mientras iba caminando camino al colegio, muchas personas pasando por mi lado. Personas mayores, chicos con mochilas y carpetas, madres que llevan a sus hijos al colegio… Pero no me paraba a pensar en nadie ya que pasaban muy rápido.
Hasta que de lejos vi a un chaval bastante guapo. Me llamó al atención su manera andar (raro, pero es cierto) no andaba como los chicos de hoy en día, parecía diferente.
Conforme se iba acercando pensaba… ¿Qué edad tendrá?, ¿Tendrá novia?, ¿Será buen estudiante?, ¿Qué estaría pensando ahora mismo de mi?
Estaba tan preocupada en pensar estas cosas, que de repente pasó de largo… Con un cruce de miradas pero…Eso fue, una mirada…
La verdad es que últimamente estoy usando bastante el autobús como medio de transporte y durante el recorrido sin darte cuenta observas a la gente que ves a través del cristal del autobús y también a la que entra y sale del autobús llamando tu atención todos y cada una de las personas que ves. Pensando en por qué se montan a esta hora, de dónde vienen o que han hecho para estar allí junto a ti. Te fijas en cómo visten o se comportan y a veces te sorprendes de lo que hacen porque hacen algo que no es normal y dices pues no soy tan raro. A veces te montas solo en el autobús a una hora en la que no hay mucha gente y no sabes porqué una anciana se sienta al lado tuyo habiendo por lo menos treinta asientos vacíos. Y te preguntas ¿por qué? Pues sencillamente porque necesita hablar de su vida con alguien. Ese deseo de compartir tu vida con la gente que tienes dentro no se puede evitar. O cuando crees que el autobús lleno y no lo está, sólo es que toda la gente se ha puesto en el asiento exterior para que nadie se siente o si le dices de sentarte, ellos se levantan para que te sientes en el del interior aunque tú tengas que bajarte primero y levantar a todo el autobús después. Pero cuando estás en el asiento interior puedes mirar por la ventana y ver a la gente del exterior, cada una con su vida y su familia que no sabes nada de ella y que cuando ya no la veas la olvidad para siempre y quizá ya no la vas a volver a ver. Esa gente que camina con la vista bajada y deprisa, la gente más lenta que se levanta por la mañana con la única función de dar a todo el mundo los buenos días y que tú te preguntas en cómo no se puede quedar dormido el hombre en su casa. Toda esa gente desconocida tiene un pasado, un presente y un futuro y tú sabes que nunca podrás pertenecer a ninguna de los tres. Pero también te fijas en los demás coches que van al lado del autobús, aquellos en los que desde tu asiento puedes ver su interior. A veces llenos o sólo va el conductor también tienen un destino y rumbo al que llegar. Y que si en muchos casos por poco hay accidentes de tráfico e infracciones, éstas pueden cambiar el destino de mucha gente y éstas el de su entorno, es decir, que cada uno está relacionado con mucha gente más. A veces calificas de extraña un comportamiento de otra persona porque lo desde tu punto de vista hace una cosa inusual que no ves con frecuencia y te enfrentas a ella calificándolo simplemente de raro, pero tal vez tenga su explicación lógica o quizás alguna vez estés en su situación y hagas algo de lo que los demás piensen lo mismo y te crean raro y desconocido desde su perspectiva no siendo realmente así, y sería un poco injusto por su parte. Porque no podemos pensar que estamos solos en el mundo y que nosotros somos los normales y los demás los raros y que aparte de nuestra forma de vida no hay más, estaríamos muy equivocados en ese caso porque nada más observando a la gran cantidad de gente que te encuentras cuando viajas en coche y autobús puedes apreciar el grandísimo número de personas que existen y viven como tú las vidas que les ha tocado y que, quizás, te hubiera tocado a ti vivir.

Voy a intentar relatar lo mejor posible mi experiencia como si la estuviera viviendo en este momento para expresarlo lo mejor posible...Un día. Por la tarde. Está nublado. Con mi libreta en la mano espero en la parada del autobús al primero que llegue. Me da igual cual sea, hoy que tengo la tarde libre he decidido coger cualquier autobus para hacer su recorrido y estudiar la gente que vea, que mas me llame la atención. Todavía le quedan cuatro minutos para que llegue el primero. Dos minutos. Ya se ve el cuatro al final de la calle, ya se puede decir que empezamos. Me monto con tres desconocidos que seguro que tienen algo importante que hacer, ya que no paraban de mirar cuanto le quedaba. Primera persona. Es una chica morena muy menudita. Va con unos cascos escuchando musica y una mochila. Parece que esta muy metida en la canción, incluso si pasara por al lado de ella se le oyería cantar, puede que esté feliz. Mmm.. lleva una mochila ¿Vendrá de la academia, del colegio o incluso no tiene nada que ver? También puede ir a la blibioteca por que ya mismo empiezan los examenes. Segunda persona. ¿Qué hace?¿ Va corriendo? Es chocante la verdad un hombre con chaqueta, con iphone en mano y corriendo como si se le fuera la vida en eso... Algo importante le ha tenido que pasar... Puede que llegue tarde a una cita, a un cierre de un trato de negocios o inlcuso corra por que le ha llegado esa llamada que es tan importante que no puede perder ni un segundo. Gran vía, tercera persona. Aqui hay mucha gente pero sin embargo me ha llamado la atención esta. Va persona por persona preguntando algo, no se que es por que no lo puedo escuchar, parece muy serio, muy centrado pero al final ambas personas se rien y él se va en busca de otra persona. ¿ Qué será?¿Una especie de juego? Parece interesante me gustaría saberlo, la gente se queda fascinada. Puede que sea alguien como yo, que hoy no tenía nada importante que hacer y esta investigando o intena sacar una sonrisa a la gente que pasa o me equivoco y resulta que para él es un reto diario hacer que las personas rían por que lo considera importante. Otra persona, antes de llegar a puerta real. Un jovencita, guapa, muy arreglada, sentada en los escalones de correos. Tiene la cara entre las manos, parece preocupada, creo que está llorando, levanta la cara y si está llorando. ¿Qué le habrá pasado? No lo sé, quizas a perdido algo o se ha perdido ella. También puede ser que espera una cita que nunca llegará por que le ha dado plantón. Sea quien sea no la merece, es de cobardes quedar y no aparecer y menos sin avisarla. Me da mucha lástima. Otra persona sale del Corte Inglés con una pequeña bolsa, de ella saca una pequeña caja roja con un gran lazo, la abre, es un anillo precioso. El es un joven apuesto. Seguro que será de compromiso, que bonito, seguro que quiere demostrarle a su chica su amor y que quiere pasar su vida junto a ella. Un momento, ¿Y si la chica fuera, la muchacha que lloraba antes? Puede que el se haya retrasado y no la haya avisado para destapar la sorpresa... No creo, sería demasiada casualidad. Otra persona, ya estoy casi llegando a mi parada, ya me queda poco tiempo para analizar vidas. Esta va corriendo junto a otra. Son un chico y una chica. Los dos llevan tops y pantalones ajustados, ropa para correr. Intentan llevar el mismo ritmo, pero la chica se cansa y para el chico es poco. No están haciendo mucho deporte, pero parece que lo hace por el hecho de pasar tiempo juntos. Seguramente lleguen a casa, se de una ducha juntos y preparen algo de cenar y quien sabe... A lo mejor son solo hermanos o amigos. Se acabó el trayecto. Una persona baja conmigo parece nerviosa, como si los segundo en que se abre la puerta fueron eternos... Parece llegar tarde a algo que realmente le importa. En fín nunca sabré si algo de lo que me he imaginado podría coincidir. Ha sido una experiencia buena para pensar. Es muy interesante ya que de una forma u otra nos hace ponernos en la piel de los demás. También nos enseñan a que no hay que juzgar precipitadamente por que todo lo que me imaginado a sido mi opinión pero a lo mejor no he acertado en ninguna. Por eso antes de actuar debemos pensar e interesarnos por buscar la verdad.

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