BAJAR UNA ESCALERA SIN FIN

[Fernando López Acosta]

Sube a un piso alto y comeinza a bajar despacio por las escaleras. No hagas recuento de los pisos por los que pasas, simplemente baja. Pierde la noción de tiempo, simplemente baja. No sabes hasta donde ni desde donde, solo sabes que bajas y que tal vez nunca llegues al final o que tal vez llegues demasiado profundo, demasiado bajo. A lo mejor el final está en otro lugar, o en el infierno o tal vez todo no sea más que una simple acción absurda,

[Voltaire]

Esta experiencia es imposible de realizar, a no ser que lo hagamos desde la imaginación, es imposible porque el concepto de escalera lo tenemos como: una serie de peldaños que nos permite acceder de un sitio, a otro de distinta altura. Por lo tanto, entendemos una escalera, siempre que tenga un inicio y un final.
Tratando de imaginar cómo sería, creo que un principio comenzaría a bajar con bastante ilusión y energía, pero poco apoco, según fuera descendiendo, esta ilusión y energía también iría bajando, llegaría el momento en el que el descenso fuera mecánico y se convertiría en absurdo, probablemente en ese momento dejaría de bajar abandonando la experiencia. Por otra parte, si no dejara de bajar, tampoco podría terminar mi experiencia ya que al ser una escalera sin fin, el descenso tampoco tendría fin. No entiendo qué finalidad puede tener el iniciar una experiencia que nunca vamos a poder terminar, y de la que en conclusión nunca sacaremos un resultado de ella.
Tal vez, la conclusión de esta experiencia pueda ser, la de que nunca iniciemos nada en lo que por mucho que nos esforcemos y a pesar de seguir los pasos a dar, no consigamos llegar a ningún sitio. Por ello, lo que siempre deberíamos de tener claro es que cuando iniciemos algo, lo primero que debemos de analizar fríamente, sin dejarse llevar por falsas ilusiones, es que lo que vamos a iniciar tiene un final, aunque ese final esté muy lejos y haya que realizar un largo proceso para conseguirlo. Por norma general, cuánto más largo y mayor dificultad tiene ese camino, la recompensa, es decir, el conseguir llegar a la meta marcada, nos dará mayor alegría y beneficio.
Resumiendo la experiencia diré que para mí ésta tiene dos lecturas, una podría ser la científica y en la que la conclusión sería, que todo lo que se inicia tiene que tener su fin ya que el ser humano, no concibe nada que no tenga fin, a no ser que lo haga desde la imaginación y en un mundo imaginario. La otra lectura, que quizás sea la que más nos interesa, sería la filosófica, aunque esta lectura es subjetiva y va en función de quién la realice, ya que una idea no la ve igual una persona que otra, para mí esta lectura sería, la de no realizar nada que al final del trayecto no te lleve a ninguna parte, ya que al final llegarías a cansarte de dar pasos sin llegar a ningún sitio, observando que todo tu trabajo realizado a sido inútil, lo que haría que llegaras a perder el interés en seguir dando pasos, ya no tendría sentido seguir.
En realidad esta experiencia deberíamos aplicarla a la vida, aunque la vida es una escalera que si tiene un final, al desconocer cuál es, le da un cierto parecido a la escalera sin fin.
Bajar una escalera sin fin, se haría tan monótono que nos haría sentir como los niños del limbo, que viven sin pena ni gloria, que no sienten ni padecen, en fin comportarnos como objetos y no como seres animados.
Por otra parte, ¿Cuanto tardaríamos en bajar una escalera sin fin?, una eternidad imagino, y entonces ¿Quién es la persona que puede vivir una eternidad?, nadie, por tanto sería materialmente imposible, pero imaginemos por un momento que hubiera una persona que pudiera vivir una eternidad, dudo mucho que malgastara su vida en bajar una escalera sin fin, porque como ya he dicho antes, con ello no conseguiría ningún logro y las personas no estamos concienciadas a realizar acciones que no nos lleven a ninguna parte, aunque en alguno de los actos que cometemos parezca que así sea, no creo que estos actos se hagan en vano y si es así es porque los hemos hecho equivocadamente, o por qué no hemos sabido realizarlos, pero nuestra intención no era esa.