HACIA LA FILOSOFÍA DESDE LA DIVERSIÓN Y HACIA LA DIVERSIÓN DESDE LA FILOSOFÍA
Esta cuestión es bastante complicada porque si lo haces después puede que te de cargo de conciencia y si no lo haces…. También te da cargo de conciencia porque ha fallecido una persona a la que podías haber ayudado.
Sinceramente según la persona que me pidiera de mi familia que no donara sus órganos cuando muriera lo haría o no porque si me pongo en la situación de que es mi abuela la que me lo pide (tengo que decir que mi abuela jamás me diría eso, al contrario ella es partidaria de donar los órganos) pues a no ser que sea una persona de mi familia la que necesite ese tipo de trasplante no dejaría que nadie de mi familia aunque este oponiéndose a mi decisión deje done los órganos de mi abuela a no ser como ya he dicho que sea un familiar, porque si la condición de mi abuela era esa antes de morir porque lo voy a incumplir cuando sé que mi abuela a sido todo para mi y que mi abuela solo es una y estaría muy rara sabiendo que otra persona ( desconocida) lleva a mi abuela dentro de él es que no lo toleraría porque lleva parte de mi dentro de él, que no que me niego, a dárselo a alguien desconocido porque esa persona no a hecho nada por mi para que yo le regale una parte de un ser querido mio. Aunque si lo pienso veo que estoy teniendo unos pensamientos bastantes egoístas, y me daría mucho cargo de conciencia dejar morir a una persona de esa manera, y si me pongo en la situación de ese ser , que es persona al igual que yo, y que tiene derecho a la vida y que yo se la puedo dar, con todo el dolor de mi corazón y pidiéndole perdón a mi abuela si se lo donaría porque e comenzado al carta muy egoísta y veo que así no llego a ninguna parte, y si yo tuviera supongamos, un riñón que me fallara y necesito un trasplante urgente me gustaría que algún familiar me donara un riñón de algún familiar suyo recientemente fallecido quesea compatible con mi organismo, y le estaría agradecida durante toda la vida, faltaría vida para agradecer el gran favor que me han hecho, devolverme, por así decirlo, la vida.
En cambio si me dicen que al que le tengo que implantar el órgano a sido un asesino, un pederasta, un maltratador, etc., eso si que no me lo pienso y dejo que muera y si tiene que sufrir muriendo que sufra y que se acuerde de todo el dolor que le a echo a sus victimas, esas victimas inocentes que no tenían culpa de que un loco mental las haya matado pegado , violado o... yo que se mil cosas, estas personas no tienen perdón de Dios y en verdad me gustaría que murieran como sus victimas, sufriendo, y `puede que sea muy cruel pero es verdad por lo menos lo que yo pienso y esas personas solo se merecen la muerte, porque si dolor no es nada con el dolor que, ya no loso le ha hecho ha victima, si no que se lo ha hecho también a toda su familia, y que ese dolor y ese llanto a conmovido , no solo al pueblo donde las victimas Vivian, si no que han llegado a conmover al país entero y si no exagero también a llegado a muchísimas partes del mundo, ya que hoy en día estamos en un país interconectado entre si y las noticias vuelan.
En definitiva, si donaría los órganos de un familiar aunque me doliera, pero si sé que se lo doy a una persona honrada y buena que se merece vivir no me importa, en cambio, si es una persona que no merece ni que sea nombrada no se los donaría. Como podéis comprobar esto también es un llamamiento de indignación por todas las injusticias que hoy en día se estas viviendo en el mundo.
Yo si lo haría, ya que no le veo mucho sentido al culto a los muertos. Además, a un muerto sus órganos no le va a servir de nada, y a la persona viva le puede salvar la vida y evitar que se muera.
Yo sí lo donaría ya que al muerto no le van a servir para nada, y a la otra persona le puede salvar la vida, Además, tu pariente ha dado su ultima voluntad sin saber que sus órganos pueden salvar una vida, y a lo mejor si lo hubiera sabido habría querido darlos
Pregunta que seguro que trae bastante revuelo y punto de vistas y desde ahí lo mirare para contestar lo más sinceramente a esta pregunta, pues primero me pondré en el caso de la familia que no lo haría, respetando totalmente su opinión, más tarde me pondré a favor de la familia que si lo aceptaría.
En el caso de que la familia no aceptase entran una series de características, espirituales sobre todos en la que entra en respetar la última voluntad de un ser querido, voluntad que por recordarlo y que desde donde este, este orgulloso de nosotros, para tener la tranquilidad de que alguien que ya no esta y que hemos querido siempre le hemos respetado, nunca le hemos fallado, no se tiene en cuenta a la persona que necesita el trasplante de órgano, incluso no es culpable nuestro ser querido muerto así que nunca tendremos cargo de conciencia, pues ni salvamos ni matamos una vida simplemente cumplimos la ultima palabra de un ser querido, que por ejemplo, si nos dio la vida, y mientras vivió nos la alegro, y aunque sus órganos en cuestión de tiempo desaparezcan, y solo queden los huesos, seguiremos cumpliendo la ultima voluntad de el porque así lo quiso y no somos nadie para decidir con el, porque al fin y al cabo no son nuestros órganos y su dueño es el que decide aunque ya no puede hacer nada para evitarlo, bajo mi punto de vista postura un poco cómoda, egoísta, sin criterio, pues si me coloco ahora en la otra parte, en la de la familia que necesita el trasplante, al ver la oportunidad de que su hijo, o cualquier miembro de la familia tiene la oportunidad de curarse gracias a un trasplante, como se sentirían si alguien se lo negara por ese motivo, si tal persona tiene su vida en juego, porque la persona que cumple la palabra de su ser querido que esta en el cielo o donde este no piensa un poco y se pone en la situación de que puede salvar una vida, de que no le fallara porque a la larga esa persona se sentiría orgulloso de que sus órganos hayan servidos para curar una vida, creo que todos tenemos el derecho a vivir, seria algo que se debería fomentar tras las muerte saber si podemos salvar vidas, curar enfermedades, evitarlas, si nos metemos en el aspecto espiritual pensemos que un trozo de la persona que se nos fue y que tanto quisimos esta ahí con esa vida que hemos salvado, y como sucede tantas cosas en la vida, por que no pensar que el día de mañana, en cierto futuro nos podríamos encontrar con que necesitemos una donación de órganos, antes de tomar cualquier decisión miremos las cosas de varias perceptiva, yo estoy de acuerdo con que se done y respeto al que no lo haga, pero sinceramente pensemos en la cantidad de persona que podemos salvar, hagamos que España siga siendo un país ejemplar en los caso de donación tanto de sangre como de órganos. Todo lo que se pueda mejorar a nivel humanitario es bueno, ya bastante daños nos hacen los políticos para hacérnoslo nosotros el pueblo.
Donar o no donar. ¿Esa es la cuestión? En este caso yo, en mi humilde opinión, no veo cuestión ni debate posible. Ya sabrán que yo soy ciegamente utilitarista, y que en todo caso intento hacer lo mejor para el mayor número de personas el mayor tiempo posible. Así que, sin lugar a dudas, donaría esos órganos.
La última voluntad es permisible y aceptable tanto en cuanto sea utilitarista, o al menos no sea avariciosa o inútil. Así, una voluntad de ser incinerado, o que no se donen los órganos, en un contexto normal sería aceptable y realizable. Sin embargo, en este contexto, el cumplimiento de la última voluntad está en contra de la vida de otra persona, y en este caso, la libertad de respetar la voluntad de una persona, que por muy frio que suene ha muerto tanto anatómica, moral y judicialmente, la libertad acaba donde empieza el derecho a la vida de otra persona. Nunca se debería permitir que ese tipo d últimas voluntades se llevara a cabo.
Ahora bien, no se puede tomar esta decisión desde el minuto uno. Un dato importante es el estado de salud de esos órganos, dado por sentado que no puedes donar los pulmones de una persona que ha muerto de cáncer de pulmón, ni el hígado de una persona muerta de cirrosis. Suponiendo que los órganos estén en buen estado, se deberían donar.
Tener en cuenta el detalle de que el trasplante sería inmediato, según la pregunta, pero… ¿y si no lo fuera? ¿Y si no supiéramos que esos órganos fueran a llegar a una persona? Entonces la cosa cambiaría, ¿no? Sería mejor conservar y cumplir la última voluntad que entregar los órganos del difunto para un trasplante que puede no llegar, incumpliendo en vano su última voluntad. Esa es la idea clave de mi argumento, en mi opinión. Incumplir en vano o incumplir para salvar una vida.
En ambos casos se está incumpliendo, pero los dos casos no son iguales. En el primero, el incumplimiento no merece la pena, por lo que en cierta manera es un error y un problema, e incluso una descortesía hacia ese familiar que nos encomendó una cosa que no pudimos cumplir. Por el otro lado, incumplir para salvar una vida, aparte del corte utilitarista, es, hablando mal y pronto, hasta reconfortante. Hay una vocecilla en tu cabeza que te dice que lo estás haciendo bien, que has hecho lo correcto aunque no fuera lo que el familiar quería, y se te ocurre esa vaga idea de que estaría orgulloso. Aunque, francamente, muy orgulloso no puede estar una persona que ha sido tan avariciosa de aún muriendo quisiera llevarse consigo órganos útiles (en el caso de que estos estuvieran plenamente sanos), lo cierto es que sí que has hecho algo bueno, o al menos algo útil.
Desde el otro punto de vista, se habla de la justicia para aquel que está muerto, y el respeto igual o incluso más que uno vivo. En mi opinión, en el momento de la muerte, el alma(o eso he decidido creer) abandona el cuerpo, que por muy frío que suene, no es tu familiar, no es tu amigo, abuelo, tío, primo… simplemente es un conjunto de órganos, huesos y carne, como todos los demás. Tu familiar no está ahí, está en otro lugar (no sé realmente en cual) pero su cuerpo ha dejado de ser él. Por ello, su decisión sobre su cuerpo, es aceptable tanto en cuanto sea positiva, pero reprochable e inaceptable cuando sea una actitud avara. Hablando mal y pronto, no lo va a necesitar, a diferencia de esa persona que necesita los órganos. Vuelvo a recordar que la libertad de una persona acaba donde empieza la de los demás, y que una persona muerta no puede decidir sobre lo que deja atrás, al menos en este ámbito.
Para los más escépticos, además, el familiar seguirá vivo en sus órganos, así que todos contentos.
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