HACIA LA FILOSOFÍA DESDE LA DIVERSIÓN Y HACIA LA DIVERSIÓN DESDE LA FILOSOFÍA
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Este cuento habla sobre la humanidad de las personas, sobre cómo, aun siendo algo en su propio beneficio, son capaces de intentar hacer trampas. Este cuento es uno de mis favoritos de Jorge Bucay, especialmente por la veracidad del propio cuento. Ambientado en un reino lejano, como todo cuento que se precie, narra la historia de un pueblo cuyo rey era bueno, benévolo, que intentaba ayudar a sus súbditos ante todo. Aún así, los súbditos le engañarán, le tomarán el brazo cuando les dio la mano… El día de la gran venta del susodicho vino, el pueblo vitoreaba al rey, cada uno feliz de su gran idea de estafa a corto plazo, seguro de que absolutamente nadie notaría la diferencia. Sin embargo les salió mal. Todos los campesinos, en su avaricia, habían dado un cántaro de agua en vez de vino, para ahorrarse lo poco que les costaba (que debiera ser bastante poco, dado que era un pueblo viñador).
Algo aparentemente tan divertido como lo cuenta Bucay, es un día a día en la sociedad, dedicada a las trampas y a la supervivencia con el menor esfuerzo posible. Así pues, si puedes ahorrarte esa jarrita mínima de vino, te la ahorras, y si puedes intentar dar gato por liebre, lo intentas. Aún así, habría gente que diera la jarra de vino, pero entre tanta agua se disolvería y no sería perceptible. Por eso debemos dar nuestra jarra de vino, pero no unos pocos, sino todos, para que se pueda crear esa súper ánfora de 15000 litros, fruto de nuestro esfuerzo. Es otra marca y señal más de que debemos dar lo mejor de nosotros, aunque nos cueste un poquito, porque merecerá la pena. Nunca debemos intentar jugársela a los que creen en nosotros, por mucho esfuerzo que nos cueste hacer lo que nos piden.
El cuento narra la historia de un pueblo llamado Uvilandia. Su Rey era muy bueno y solo pensaba en como podía beneficiar al pueblo . Un día se le ocurrió que podría quitar los impuestos, pero para poder pagar la educación, sanidad, etc, una vez al año cada habitante debía llevar una jarra de vino para llenar una cuba con la que se costearían los gastos del reino con su venta. El pueblo alabó al rey por su bondad y a final del año, todos los habitantes cumplieron con su obligación y vaciaron la jarra. El rey muy contento al ver que todos los habitantes habían cumplido con su obligación quiso brindar para celebrarlo, pero se sorprendió al notar que el vino no tenía ni olor ni sabor y pregunto a los magos del reino que le pasaba al vino. El mago mas mayor le dijo que no le pasaba nada, no había magia ni alquimia, simplemente no era vino, era agua.
Este cuento quiere decir que todos somos humanos y la mayoría de la veces pudiendo hacer algo bien, pensamos en nosotros antes que en los demás y en nuestro propio beneficio. Nos engañamos creyendo que por una sola persona que haga algo mal no se va a notar, pero es que no solo lo piensa una persona, al igual que tu, también lo piensan otras muchas.
En la actualidad se refleja de la misma forma que en el cuento, hay habitantes que trabajan de forma legal y otros ciudadanos que lo hacen de forma ilegal, sin declarar su patrimonio, pensando que por unas cuantas persona que lo hagan no pasa nada, pero son muchos los que lo hacen y los que perjudican a la economía.
Este cuento es muy útil también cuando hablamos del medio ambiente, son muchos los ciudadanos que no reciclan, que gastan en exceso, que no usan el transporte público, etc y que piensan que sus actos son insignificantes a escala mundial, pero no saben cuanto se equivocan.
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