HACIA LA FILOSOFÍA DESDE LA DIVERSIÓN Y HACIA LA DIVERSIÓN DESDE LA FILOSOFÍA
Si tuviera que perder mis sentidos definitivamente la vista seria lo último que perdiera. Para mi es el sentido más importante, aunque mucha gente pueda vivir sin él, yo lo valoro mucho. No sería capaz de disfrutar de muchas cosas que me encantan sin él. No sería en definitiva capaz de vivir sin él.
Iría perdiendo en este orden los sentidos si dependiera de mi preferencia:
1 El olfato, aunque no pudiera volver a oler olores que me gustan, que me traen recuerdos o que me abren el apetito. Pienso que sería el más prescindible para mí. Incluso sería a veces una ventaja porque no podría oler olores muy fuertes o desagradables, como el mal aliento de otra persona. Aunque pensándolo bien tampoco podría oler si he pisado algo indeseable o si huelo a sudor o si se está quemando algo y cosas por el estilo.
2 El gusto, estoy segura de que comer no sería fácil, echaría de menos los sabores como el chocolate, en realidad cualquier buen sabor. Por otro lado, si lo pienso bien, podría comer cualquier cosa porque ni sabría si huele mal ni si tiene un sabor desagradable. De esta forma podría tener una alimentación equilibrada y sana, porque me daría igual lo que estoy comiendo y aprovecharía para comer sano. Así tendría buen cuerpo y energía suficiente para aprovecharla haciendo ejercicio.
3 Lo siguiente que perdería sería el tacto. Este ya me da mucho miedo porque no sería capaz de sentir el calor de un abrazo, ni saber si me estoy quemando o haciéndome daño. Esto último aunque parece una ventaja no lo es en absoluto, porque podría provocarte heridas mucho más importantes si no eres capaz de darte cuenta de, por ejemplo, de que tienes a mano en algo que está ardiendo. Otra cosa que no podría notar es el peso de cualquier cosa, por lo que podría lesionarme o no saber cuánta fuerza tengo que emplear para coger algo. Sería incluso difícil hacer esfuerzos físicos. Aún así sigo pensando que me costaría mucho vivir sin poder sentir el calor de otra persona, los abrazos los besos…
4 El oído es el penúltimo que perdería. Si no soy capaz de oír a la gente hablar, de oír música que es algo que me encanta, de escuchar los ruidos, los sonidos que disfruto oyendo me acabaría volviendo loca. Yo valoro mucho desde los ruidos más comunes como el de la lluvia, el viento, los pájaros piando a los más importantes como a mi familia cuando me dicen que me quieren, cuando me desean buenas noches o buena suerte, cuando se despiden al irse y mil cosas más que prefiero no imaginar. Yo siempre he tenido el oído muy sensible por lo que me podría evitas algunos problemas, pero aún así lo necesito. Aunque hay mucha gente que aprende a vivir sin él, yo le doy también mucha importancia, es también más duro si lo has tenido y lo pierdes.
5 Por último está la vista, aunque preferiría no llegar a este. Si no tuviera la vista no sería capaz de ver a la gente que tanto quiero, no podría dibujar, ni leer, ni ver llover, ni ver a los pájaros, no vería las expresiones de la cara de la gente, ni sus gestos. Si perdiera este último definitivamente no me quedarían motivos para vivir, sufriría constantemente. De los demás sentidos he ido prescindiendo porque pensaba que por lo menos con este podría ver lo que huele e imaginarme su olor, podría ver que me estoy comiendo, podría ver si me abrazan o si me estoy haciendo daño y por último podría verles que me están hablando, podrían comunicarse conmigo aún. El pensar que sin este no podría hacer la mayor parte de las cosas que me gustan y que necesito me hace ponerlo en último lugar.
Si los perdiera todos, no sería capaz de seguir viviendo, entraría en una depresión grandísima de la que no saldría viva.
FILOSOFIESTA por Fernando López Acosta se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
© 2023 Creado por Fernando López Acosta.
Tecnología de